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Los demócratas defienden al FBI frente al ataque de Trump por la investigación rusa

Los congresistas de la oposición publican un contrainforme en el que niegan la versión de los republicanos que pone en duda la legitimidad de la investigación de Mueller

Pablo Ximénez de Sandoval

El Comité de Inteligencia del Congreso de Estados Unidos ha publicado parcialmente este sábado un informe elaborado por los demócratas que contradice la versión de los republicanos y de la Casa Blanca sobre los posibles excesos del FBI en su investigación sobre la campaña de Donald Trump y la injerencia rusa en las elecciones. El memorándum, elaborado por el líder demócrata en el Comité, Adam Schiff, defiende la legalidad de las actuaciones del FBI contra el entorno del presidente.

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Adam Schiff, líder demócrata en el Comité de Inteligencia. AP
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La respuesta demócrata llega tres semanas después de que los republicanos en el Comité hicieran público, con el aplauso del presidente, un informe de cuatro páginas en el que trataban de desacreditar la investigación del FBI sobre la trama rusa. El informe estaba redactado por la oficina del líder republicano en el comité, Devin Nunes, uno de los congresistas más cercanos a Trump y que fue miembro de su equipo de transición.

La pieza clave de toda la polémica es la vigilancia del FBI sobre Carter Page, asesor de la campaña de Trump y personaje conectado con el Gobierno ruso. Page fue vigilado bajo autorización judicial basándose en una fórmula judicial para monitorizar presuntas actividades de espionaje extranjero en Estados Unidos. La teoría que tratan de presentar algunos republicanos y el presidente es que el FBI pidió permiso al juez para investigar a Page basándose en un famoso dossier elaborado por un exespía británico, Christopher Steele. Es el dossier en el que se afirmaba que Rusia tenía información sobre actividades sexuales de Trump en Moscú con la que podía chantajearlo. Nunca se ha probado.

Según los republicanos y el presidente, en su justificación para pedir investigar a Page el FBI no reveló que ese informe había sido el resultado de una investigación privada de Steele pagada por la campaña de Hillary Clinton. Es decir, que el FBI tenía una motivación política para investigar a Page, y a través de él a la campaña de Trump, y que no se lo dijo a los jueces.

De esta forma, el presidente trata de presentar la investigación policial como una trama de espionaje político contra él desde la cúpula del FBI nombrada por Barack Obama y, por tanto, desacreditar toda la investigación del fiscal especial, Robert Mueller, sobre la posible connivencia entre su campaña y la actividad rusa para favorecerle en las elecciones.

La respuesta publicada por los demócratas este sábado niega de plano esta versión. Primero, explica que la investigación del FBI sobre Carter Page empezó en julio de 2016, al menos siete semanas antes de que fuera revelado el famoso informe Steele, en septiembre. Segundo, afirma que el FBI sí dijo al juez que autorizó la vigilancia que parte de la información que tenían contra él provenía de una fuente con motivaciones políticas. Y tercer, esa vigilancia fue autorizada por cuatro jueces distintos, tres de ellos nombrados por presidentes republicanos.

El informe original del republicano Devin Nunes es “un evidente esfuerzo para menoscabar” al FBI y el Departamento de Justicia, la investigación del Fiscal Especial y la investigación del Congreso, dice el informe del demócrata Adam Schiff. “Los agentes del FBI y el Departamento de Justicia no (subrayado) abusaron” de la ley de contraespionaje, “ni omitieron información importante, o subvirtieron esta importante herramienta para espiar la campaña de Trump”.

El informe lleva fecha del 29 de enero. La Casa Blanca se ha negado a dar luz verde a su publicación, y ha exigido que fuera censurado en algunos apartados, al tiempo que aceleraba la publicación del memorándum de los republicanos. El presidente dijo sentirse reivindicado en sus denuncias conspirativas por el papel elaborado por Nunes. Este sábado, tuiteó que el informe demócrata era “un fiasco”.

La existencia de dos memorándums distintos, estrictamente partidistas, revela el grado de división política que está provocando este asunto algunos congresistas republicanos dispuestos a sostener cualquier cosa que diga el presidente y unos demócratas que quieren llevar la investigación hasta el final.

La batalla de los memorándums y la división partidista en el Comité de Inteligencia del Congreso ha convertido a Schiff y Nunes, ambos representantes de California y desconocidos hace un año, en dos figuras políticas de primer orden en Estados Unidos.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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