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Putin emprende una ofensiva para que retornen los empresarios rusos en el extranjero

El mandatario pretende que grandes fortunas repatríen capitales y vuelvan a su país de origen

Pilar Bonet
El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con magnates, en Krasnoyarsk, este miércoles.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con magnates, en Krasnoyarsk, este miércoles.SPUTNIK (REUTERS)

En vísperas de las elecciones presidenciales en Rusia, el jefe del Estado Vladímir Putin trata de infundir confianza a sus compatriotas, empresarios residentes o poseedores de bienes y cuentas en el extranjero, para que los declaren ante el fisco ruso, repatríen sus capitales y regresen a su país de origen.

A lograr estos fines podrían contribuir tres factores nuevos, que sin estar coordinados entre sí son interpretados en un sentido convergente por los políticos y comentaristas rusos. Se trata de un nuevo paquete de leyes para la amnistía de capitales, la entrada en vigor de los requerimientos internacionales contra el lavado del dinero (reglas de intercambio automático de información) en el Reino Unido y la perspectiva (incluida también la incertidumbre como tal) sobre nuevas sanciones a empresarios rusos en el marco del informe elaborado por el Ministerio de Justicia de EEUU.

La Duma Estatal de Rusia (cámara baja del Parlamento) aprobó el miércoles en primera lectura un paquete de tres leyes para garantizar una amnistía fiscal desde el 1 de marzo de 2018 hasta el 28 de febrero de 2019. La legislación, presentada por legisladores del partido del Gobierno (Rusia Unida) y otras dos fuerzas políticas, supone una extensión y ampliación de otra ley de amnistía fiscal, vigente entre el 1 de julio de 2015 y el 30 de junio de 2016. La legislación anula las responsabilidades penales derivadas de la evasión fiscal, pero no las contraídas por estafas, lavado de dinero u otras infracciones del código penal.

El paquete legal, actualmente en la Duma, permite no solo declarar los activos, sino también defender a los ciudadanos de la Federación Rusa y al empresariado de la presión injustificada en el extranjero”, dijo Andréi Makárov, jefe del comité de presupuesto e impuestos de la cámara. Según Makárov, esta legislación es un paso para cumplir el fin marcado por Putin de “pasar la página de los paraísos fiscales en nuestra economía”. El pasado diciembre, el jefe del Estado pidió una prolongación de la amnistía.

La amnistía anterior dio como resultado 7.200 declaraciones de impuestos, informó Makárov, según el cual no es posible decir cuánto dinero reportaron a las arcas de Rusia, porque para ello habría que abrir las 7.200 declaraciones y contar su importe, lo que contravendría las garantías dadas a quienes se acogieron a la medida. El jefe del comité de mercados financieros de la Duma, Anatoli Aksákov, dijo esperar que más gente se acoja ahora a la amnistía porque “la situación en los mercados internacionales no es muy positiva” y porque muchos entienden que en las circunstancias actuales “el mercado ruso es más interesante y más seguro desde el punto de vista de la defensa de la propiedad y los negocios”.

Las autoridades británicas han anunciado su intención de exigir información sobre los orígenes de los capitales de los extranjeros residentes en el Reino Unido en cumplimiento de las normas internacionales suscritas también por Rusia y otras decenas de países, que prevén el intercambio de información sobre cuentas bancarias. Makárov manifestó que el “principal fin” de las autoridades británicas, es no darle a los rusos “la posibilidad de devolver la gestión de sus negocios y de su dinero a Rusia”. “Las declaraciones pueden ayudarles a defender sus intereses, cuando son presionados por motivos políticos por parte de los Estados donde se encuentran sus activos”, dijo. Makárov.

Aludiendo a la necesidad de proteger a los ciudadanos rusos amnistiados del celo de los responsables del orden y la seguridad en su propio país, Makárov dijo también que en dos de los casos de acogidos a la amnistía se había impedido a los servicios de seguridad rusos el acceso a la información que deseaban. El diputado confía en acabar el proceso de aprobación de las leyes (dos lecturas más en la cámara baja, la aprobación del Consejo de la Federación o cámara alta y la firma del presidente) para el 1 de marzo.

Por otra parte, Borís Titov, el defensor de los derechos de los empresarios adscrito al presidente de Rusia, divulgó el miércoles los nombres de 16 empresarios rusos que desearían volver de Reino Unido, donde se refugiaron. Se trata de pequeños y medianos empresarios temerosos de ser perseguidos judicialmente, porque se consideran víctimas de arbitrariedades cometidas por o con la indiferencia de la Administración rusa. Sobre ellos no influyen ni las sanciones occidentales contra Rusia ni las contrasanciones rusas, aclaró Titov.

Titov, que se entrevistó con cerca de 40 empresarios en Londres la semana pasada, dijo haber entregado a Putin la lista en la que figuran, según dijo, gentes que consiguieron huir antes de ser encarcelados y que, en muchas ocasiones, ya han sido excluidas de la lista de Interpol. Los empresarios han pedido verificar la legalidad de los procesos que penden sobre ellos en Rusia y el secretario de Prensa de Putin, Dmitri Peskov, dijo que la lista será estudiada conjuntamente con los órganos de orden público. “Cada caso debe ser examinado individualmente”, afirmó. A juzgar por la diferencia numérica entre los interlocutores que acudieron a la cita de Titov Londres y los que desean volver, la mayoría es reticente. Titov, que es candidato a la presidencia del Estado y que está en la lista de empresarios y funcionarios rusos confeccionada por el Ministerio de Justicia norteamericano. Para atender a los interesados en regresar, Titov está creando cinco representaciones internacionales, entre ellas España (las otras cuatro son EEUU, Arabia Saudí, Reino Unido y Chipre).

En España hay cerca de 70 empresarios rusos que querrían volver, y de ellos han sido contactados entre cinco y siete, dijo Dmitri Grigoriadi, miembro del equipo de Titov, interpelado por este periódico. Según Grigoriadi, en España hay unos 70 empresarios potencialmente deseosos de regresar, una cifra semejante a la de Chipre y mayor que la de Reino Unido o EE UU, circunstancia atribuible al coste de la vida. En Reino Unido, dijo, hay entre 50 y 60 casos, de los cuales Titov y su equipo ha contactado a 20.

Según Védomosti, la amnistía puede ser interesante para el empresariado medio, pero los grandes empresarios son escépticos y ninguno de los interlocutores del periódico en el reciente Foro Económico Davos se mostró interesada por ella. Sin embargo, las mayores dificultades para trabajar en occidente y la lucha contra los paraísos fiscales en general podrían ser argumento para reflexionar sobre la vuelta a Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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