La policía francesa registra cuatro fábricas y la sede de Lactalis tras los casos de salmonela
"La empresa se pone a disposición de la justicia y aportará los elementos necesarios para que la investigación se desarrolle", ha dicho el portavoz de la compañía
La policía francesa ha registrado este miércoles la sede de Lactalis, en Laval, y cuatro fábricas del grupo, incluyendo la de Craon, de donde salieron las cajas de leche en polvo infantil contaminada con salmonela, lo que forzó la retirada de lotes de este producto en decenas de países, entre ellos España. "Puedo confirmar que los investigadores están en varias plantas del grupo. Como ya lo dijimos, Lactalis se pone a disposición de la justicia y aportará todos los elementos necesarios para que la investigación se desarrolle en buenas condiciones", ha dicho el portavoz de la compañía, Michel Nalet.
Además de la sede de Laval y de la fábrica de Craon, ambas en el oeste de Francia, la policía ha registrado tres locales de las compañías Lactalis Nutrition Santé y Lactalis Nutrition Diététique, donde se realizan los controles de calidad del grupo, líder mundial en productos lácteos. Según una fuente cercana al caso, varios magistrados y 70 policías han participado en esta operación, que forma parte de la investigación preliminar abierta el pasado diciembre por "engaño agravado por el peligro para la salud" e "incumplimiento en la retirada de un producto" perjudicial para la salud.
El escándalo sanitario estalló hace varias semanas, cuando el Gobierno ordenó al primer grupo lechero francés que retirara sus lotes de leche y otros productos infantiles fabricados en la fábrica de Craon desde febrero de 2017 tras haber detectado una contaminación de salmonela. En total, debían retirarse varios miles de toneladas de leche comercializada en Francia y en el extranjero. La producción fue suspendida por las autoridades y la fábrica cerrada para ser descontaminada.
Sin embargo, en Francia grandes empresas de distribución, entre estas Leclerc, Auchan, Intermarché y Carrefour, admitieron estos últimos días haber vendido productos Lactalis que deberían haber sido retirados de la venta. En este país, las autoridades sanitarias dieron cuenta de 37 bebés afectados de salmonelosis, tras haber consumido leche o un producto de alimentación infantil de Lactalis. De estos, 18 fueron hospitalizados, aunque todos ya fueron dados de alta y están "bien", según la agencia Sanidad Pública Francia.
Un bebé también contrajo salmonelosis en España tras consumir leche infantil contaminada de la marca francesa y las autoridades sanitarias han dado cuenta de otro caso sospechoso en Grecia. La fiscalía de París abrió una investigación a fines de diciembre por "heridas involuntarias" y "puesta en peligro de la vida de terceros".
Frente a este escándalo, el Gobierno francés se comprometió el martes a reforzar los controles sanitarios en las empresas agroalimentarias y mejorar los procedimientos para retirar del mercado productos que presentan problemas. El ministro de Agricultura, Stéphane Travert, anunció además su voluntad de reforzar el "marco jurídico" existente para obligar a las empresas a transmitir al Estado los resultados de controles desfavorables, en productos o en las fábricas, si estos pueden tener "consecuencias nefastas" para la salud pública.
En el caso de Lactalis, se le ha reprochado al grupo una falta de transparencia y haberse demorado en actuar después de que se detectara salmonela en su fábrica de Craon durante los controles internos realizados en agosto y noviembre. Esta contaminación, detectada en la fábrica y no en sus productos, fue revelada al público en diciembre. Esta fábrica ya había sido foco de una contaminación de salmonela en 2005, cuando pertenecía a otra empresa, Celia, comprada por Lactalis al año siguiente.
La salmonelosis es una intoxicación alimentaria que puede suponer desde una gastroenteritis benigna a infecciones más graves. Es potencialmente más peligrosa para los niños, los ancianos o las personas con un estado de salud delicado.
Lactalis cuenta con un volumen de negocios anual de 17.300 millones de euros, obtenido sobre todo en Europa (58%). El gigante agroalimentario, que ha presentado sus disculpas a los consumidores, es propiedad de la familia Besnier, que figura en la clasificación de las 20 primeras fortunas de Francia, según la revista Challenge.
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