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Daniel Menéndez | Dirigente social

“Cualquier chispa en Argentina puede generar una situación difícil”

El líder del movimiento Barrios de Pie destaca que "el 48% de los niños está malnutrido" debido a cambios en la dieta que generan sobrepeso y obesidad

Daniel Menéndez frente a la sede del Ministerio de Trabajo, en Buenos Aires.
Daniel Menéndez frente a la sede del Ministerio de Trabajo, en Buenos Aires.Enrique García Medina

El argentino Daniel Menéndez (Buenos Aires, 1979) encabeza el movimiento social Barrios de Pie, que cuenta con una red de comedores y de cooperativas de trabajo en zonas marginadas y es uno de los más activos en las calles para exigir mejoras para las clases populares. Este sociólogo advierte que no es posible un crecimiento estable en Argentina mientras un 30% de la población viva en la pobreza.

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Pregunta. ¿Cómo se ha sentido el cambio de gobierno en los barrios más pobres?

Respuesta. El primer año de Macri fue muy malo. Se paró la economía, toda la obra pública, cayó el trabajo de la construcción, se disparó la inflación e impactó con un crecimiento fuerte de la pobreza sobre problemas estructurales de malnutrición, de hacinamiento, de consolidación del narcotráfico. Se trató de revertir en el segundo año por ser año electoral.

P. ¿La crisis golpeó sobre una base muy complicada?

R. Exacto. Hay más de 4.100 barrios populares, villas y asentamientos con grandes dificultades y sobre esto es lo que se asienta el discurso de (la gobernadora bonaerense, María Eugenia) Vidal al decir que después de 30 años de peronismo la situación es esta, que el 70% de la población de estos barrios está sin cloacas.

P. ¿Están cambiando en los barrios? El Gobierno anuncia obras de infraestructura, asfaltado, cloacas.

R. Hay una reactivación de la obra pública, pero para la magnitud del problema no se ve una respuesta suficiente porque eso significa grandes inversiones y una presencia del Estado que hoy no es tal. Pero sí, por ejemplo, en La Matanza, que está cruzada por una avenida, la ruta 3, se hizo el Metrobús, la iluminaron, la ordenaron y eso se nota. Aunque a 40 cuadras de allí haya gente que siga viviendo sobre el arroyo, en medio de la basura, y cada vez que llueve se inunda todo. Al kirchnerismo se le critica por dilapidar una cantidad de posibilidades en término de ingresos.

"El Gobierno ha tomado la opción de no defender a los más débiles"

P. ¿El kirchnerismo no aprovechó los años de crecimiento para mejorar los barrios?

R. La mejora llegó vía transferencia de ingresos, con planes sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH), pero no hubo un impacto significativo en infraestructura. En términos de vivienda, había casi 50.000 casas paradas desde 2007-2008. Se habían robado la plata, siendo claros.

P. ¿La presencia del narcotráfico es mucho más fuerte que hace diez años?

R. Sin duda. Es un problema central. Lo dice mucho (el diputado) Daniel Arroyo: en el barrio está la maestra, el que trabaja en una fábrica y el narco. El narco es al que mejor le va, al que la gente recurre.

P. ¿Ustedes compiten con el narco?

"Hablar de pobreza cero es márketing político. Los que gobiernan son muy cínicos"

R. En algunos barrios hay mayores dificultades, en otros no, pero siempre está. Incluso la Iglesia, que tiene un poder tan importante, tuvo que trasladar a curas. Está casi administrado estatalmente, porque el narco trabaja para la policía, financia una parte de la política, de las fuerzas de seguridad.

P. ¿En los barrios se ven cambios significativos?

R. En general la situación está peor. Si comparás 2017 con 2016, está mejor, pero si comparás 2017 contra 2015, está peor. Con los tarifazos, con salarios que crecen por debajo de la inflación, hay derrame al revés: caen las changas (pequeños trabajos en negro), el que te limpia la pileta, corta el pasto, el que cuida a los abuelos, los nenes. Para la clase media ese ajuste implica recortar estos gastos y no ir a comer fuera; en los barrios tienen que enviar a los chicos a comer a comedores porque no les alcanza.

P. ¿Ha crecido mucho la demanda en los comedores?

R. Sí. El impacto en el 2016 fue fuertísimo y en 2017 se mantuvo. Hicimos un relevamiento en la provincia de Buenos Aires y vimos que el 48% de los chicos están malnutridos. Antes la pobreza estaba más asociada a la desnutrición, ahora sufren problemas de obesidad y sobrepeso porque hay un cambio en la dieta: aumentaron los hidratos de carbono y cayeron las proteínas.

P. ¿Ve riesgo de que la situación genere una tensión social?

"Con el gobierno anterior hubo mucha mentira, mucha corrupción"

R. El problema es que es una estructura social muy al límite todo el tiempo y no hay un horizonte de desarrollo que lo pueda resolver. Hay que ser muy cautelosos porque cualquier chispa puede generar una situación difícil porque la situación es dificil. Hay una subestimación de los que gobiernan de creer que se puede sostener un país sobre el 30% de pobreza y construir gobernabilidad en ese marco, pero eso genera mucha inestabilidad. Incluso diría que no entra en crisis por los movimientos sociales. El país es vivible porque hay redes de solidaridad interior, comedores comunitarios, tarea por fuera del Estado.

P. ¿Hay parte del gobierno que busca contener?

R. En un país como el actual, donde quienes gobiernan tienen un arraigo de los sectores concentrados para quienes trabajan, van a buscar beneficiar a un sector y hacer viable el país para que esas grandes empresas puedan hacer sus negocios. Ahí van a intentar que el país no estalle y para eso buscan algún grado de contención. Hay una parte de la población que vive con derechos de segunda.

"El Papa plantea una crisis civilizatoria por la exclusión intolerable que existe"

P. ¿Qué papel tiene el Papa?

R. El Papa, en términos generales, tiene una lectura aceitada respecto al cuestionamiento del modelo capitalista internacional. Plantea una crisis civilizatoria por la exclusión intolerable que existe y pregona la organización de los excluidos no no como actor receptor de dádivas sino como actor de transformación.

P. ¿Qué influencia real tiene?

R. No lo sé. Me parece que hay una prédica a la que el gobierno está atento y creo que puede ser una exageración hablar de su injerencia. El otro elemento importante es que el Papa está en relativa soledad. En otros momentos históricos había más actores internacionales para pensar alternativas al capitalismo, incluso desde dentro, hoy no hay voces que puedan objetar las reuniones del G-20, de la OMC, ni siquiera repensar las grandes ganancias.

P. ¿Cree que se puede transformar Argentina?

R. Sí, sino no haría lo que hago. Aunque quienes pensamos en un país distinto al actual tenemos un gran desafío. Uno de los problemas de la consolidación de este gobierno es que se hace sobre la base del fracaso de un proyecto que tenía ideas progresistas pero que hacía otras cosas. Hubo mucha mentira, mucha corrupción, no se desconcentró, se dividió al sector popular. Los sectores que están gobernando se aprovechan del fracaso de esas ideas.

P. ¿La promesa de pobreza cero de Macri es una expresión de deseo?, ¿se están poniendo las bases para lograrlo?

R. Me parece que es márketing político. Es algo que la gente quiere escuchar y los gobiernan son muy cínicos y no tienen ningún problema en decir lo que la gente quiere escuchar. Si uno se guía por el programa económico sería muy raro que se llegue por esas vías a una situación de pobreza cero.

P. ¿Es optimista sobre cómo está evolucionando el país?

En lo más mínimo. El Gobierno ha tomado un camino muy complicado. Hay una opción por no defender a los más débiles y una jerarquización de las fuerzas represivas para que cumplan un rol en un escenario que tiene un horizonte complicado si ese es el camino.

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