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El Gobierno de Milei lanza un “botón” para silenciar a los periodistas en las conferencias de prensa de la Casa Rosada

El vocero del presidente propone que la gente vote quién puede participar y quién no en sus ruedas de prensa, un sistema bautizado como “Gran Hermano periodístico”

El vocero de la Presidencia de Argentina, Manuel Adorni, habla en una conferencia de prensa en la Casa Rosada, en Buenos Aires,.
El vocero de la Presidencia de Argentina, Manuel Adorni, habla en una conferencia de prensa en la Casa Rosada, en Buenos Aires,.AP
Federico Rivas Molina

Un “botón muteador” y “un Gran Hermano periodístico”. El Gobierno argentino detalló este miércoles cuáles son sus planes para el control de las conferencias de prensa que se celebran periódicamente en la Casa Rosada. Manuel Adorni, vocero del presidente, Javier Milei, dijo que la intención es alcanzar una libertad de expresión “en todo su esplendor”. El “botón muteador” permitirá al vocero silenciar a los periodistas que se excedan en los tiempos de su pregunta o “le arranquen el micrófono de las manos” al personal de prensa del Ejecutivo. Lo otro, dijo, es “un esquema donde la gente elija quiénes estén y quiénes no [en las ruedas de prensa], como un Gran Hermano periodístico”, sostuvo Adorni. La resolución, que se publicará “en los próximos días”, incluirá un código de vestimenta —traje y corbata para los hombres— y que los acreditados tengan un contrato fijo con sus empleadores.

La relación entre Milei y la prensa no es buena. El presidente no duda en tildar a los periodistas que lo critican de “mentirosos”, “profetas”, “imbéciles”, “corruptos” o “ensobrados”, es decir, pagados por algún poder de turno para afectar al Gobierno. Basta que no le guste algún comentario para que embista con furia en sus redes contra el responsable. La última víctima fue Carlos Pagni, uno de los analistas más respetados de Argentina y columnista de EL PAÍS, por sus advertencias sobre la fortaleza artificial del peso, algo que señalan cada vez más economistas, incluso los cercanos al Gobierno. “Sinceramente, me repugnan de modo superlativo todos esos periodistas operadores [...]. A los periodistas marionetas operadores y a sus titiriteros les comento que deben laburar [trabajar] en ser eficientes y adecuar el stock de capital, mientras que en el Gobierno nos vamos a encargar de seguir bajando impuestos que permitan aún mayores salarios”, escribió Milei en sus redes sociales.

En julio pasado, Adorni ya había prometido que el acceso a las ruedas de prensa de la Casa Rosada quedaría restringido a “periodistas de fuste, con experiencia y de medios altamente reconocidos”. Los considerados “aptos” debían “sentir que es un honor estar en la Casa Rosada cubriendo lo que le pasa al presidente”. Un mes antes, el Gobierno había intentado reflotar una ley de 1944 que obligaba a los periodistas a tener una matrícula otorgada por la Secretaria de Trabajo, pero tuvo que dar marcha atrás ante el repudio generalizado del gremio. En abril pasado, Milei ya había ampliado por decreto las excepciones que permiten al Estado negar información solicitada por periodistas de investigación y ciudadanos.

La apertura de sesiones del Congreso del 1 de marzo pasado dio pistas sobre cuál es el objetivo final del Gobierno. Por primera vez desde el regreso a la democracia, los reporteros acreditados en el edificio legislativo no pudieron acceder a los palcos de prensa y fueron desplazados a otros más alejados, pequeños y sin acceso al audio del discurso presidencial. La televisión pública, uno de los pocos medios del Estado que ha sobrevivido a la motosierra de Milei, se cuidó de ocultar el saludo del presidente con su vicepresidenta, Victoria Villarruel, con quien ha roto todo contacto. Tampoco mostró que la mitad de los asientos del recinto estaba vacía por el boicot opositor al ultraderechista; y volvió inaudible un reclamo que un diputado le hizo al presidente por su decisión de nombrar por decreto a dos jueces de la Corte Suprema. El legislador en cuestión fue luego amenazado en un pasillo del Congreso por el principal asesor presidencial.

Milei dijo durante su presentación que la Casa Rosada “juega de visitante” en la prensa tradicional, pero advirtió que es “local” en las redes sociales. Entre las reformas que Adorni prevé para acreditar periodistas a sus comparecencias está también la de abrir la puerta a youtubers e influencers, muchos de ellos pagados por el Estado, que forman parte del ejército de trolls que defiende la gestión del Gobierno.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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