Manuel Adorni, el ‘domador de periodistas’ de Milei
El portavoz presidencial es la cara más mordaz del Gobierno argentino. Sus dardos tienen preferencia por las organizaciones sociales, empleados públicos, feministas y mapuches
La realidad argentina de este 2024, encabezada por un presidente en guerra mundial contra el Estado de bienestar al grito de “¡Viva la libertad, carajo!”, supera la ficción. Sólo Gran Hermano y el fútbol han hecho sombra a los telediarios más vistos del país y la población argentina ha pasado los primeros meses del Gobierno de Javier Milei enganchada a las novedades que llegaban a diario desde la Casa Rosada. No hay plata para 18 ministerios: afuera la mitad. No hay plata para la obra pública: se frena toda. No hay plata para tantos empleados públicos: serán despedidos hasta 70.000. No hay (casi) plata para las universidades públicas ni para la investigación científica ni para políticas contra la violencia de género ni para costosos tratamientos médicos de enfermedades raras… El altavoz de muchas de estas noticias ha sido el portavoz presidencial, Manuel Adorni (La Plata, 44 años), un conocido tuitero que encarna hoy la cara más mordaz del Gobierno ultraderechista.
Desde que Milei asumió el poder, el pasado 10 de diciembre, Adorni brinda una conferencia de prensa casi diaria que puede seguirse en directo en Youtube. A través de los comentarios abiertos al público, sus fans le alientan a que “dome” a los periodistas, es decir, que critique sus preguntas o les dé una respuesta cortante para dejarlos en evidencia. “Desayuno todos los días con estas conferencias, es mejor que Netflix”, escribe un usuario a la espera de que Adorni comparezca ante la sala de prensa de la sede del Gobierno argentino. “Es una máquina de destruir zurdos”, “el mejor vocero de la historia”, “domador de periodistas”, celebran otros una vez arranca.
Algunos de esos intercambios son editados después en piezas cortas y se viralizan a través de las cuentas del portavoz presidencial en las redes sociales: sus seguidores se acercan al millón en Instagram, son más de 700.000 en X y van camino de los 150.000 en Youtube. En el vídeo más popular, con más de dos millones de reproducciones, se ve a uno de los periodistas acreditados en la Casa Rosada, Fabián Waldman, de FM La Patriada, relatar uno a uno los ataques sufridos por varios colegas en la represión policial de una manifestación y a Adorni interrumpirle varias veces pidiéndole que formule la pregunta. Sin inmutarse, Waldman continúa el recuento de los periodistas heridos y al final le pregunta: ¿Quiere libertad de prensa este Gobierno para que se pueda transmitir lo que sucede como lo que pasó ayer en el Congreso?”. “Sí. Siguiente pregunta”, le responde.
“No entiendo cuál es el derecho supuesto que estás defendiendo”, dice Adorni en otra de sus respuestas editadas a Waldman al ser consultado sobre el decreto de necesidad y urgencia de Milei que limitaba derechos laborales como el derecho a huelga o a la actividad sindical hasta que ese capítulo fue frenado en la justicia. “Saluden a Télam que se va”, escribió en X en tono jocoso tras la suspensión del servicio de la agencia estatal de noticias, en la que trabajaban 700 personas.
La vocería, sin motosierra
“Los despidos van a seguir pasando, casi como un proceso permanente y eterno”, aseguró tras la no renovación de contratos de más de 15.000 empleados estatales a finales de marzo. “El 30 de junio habrá otra barrida y limpieza”, anticipó el pasado viernes en alusión a la nueva tanda de despidos masivos, que se acercan ya a los 30.000. “Es sano que así sea”, agregó, sin mostrar preocupación alguna por esos trabajadores que se quedaron sin trabajo sin recibir indemnización ni subsidio de desempleo en plena crisis económica. Él, en cambio, no predica con el ejemplo: esta semana designó a dos personas más en la Subsecretaría de Vocería y Comunicación y en total superan ya el centenar.
El portavoz ha acusado también a los periodistas de tener problemas conceptuales y de estar confundidos. Cuanto más dura es su respuesta, más aplausos recibe en los comentarios y en cuestión de minutos se transforma en un nuevo vídeo de burla que corre como la pólvora en las redes libertarias. “Hola, señor domado”, se dirigió Milei a Waldman el día en el que el presidente se presentó en la sala de prensa.
Organizaciones sociales, sindicalistas, empleados públicos, movimientos feministas y pueblos indígenas están entre los blancos favoritos del portavoz de Milei, que es uno de los grandes arietes del Gobierno en la batalla cultural contra la izquierda, que hace énfasis en la comunicación y la educación.
“Se va a proceder para prohibir el lenguaje inclusivo y todo lo relativo a la perspectiva de género en toda la Administración nacional”, comunicó en febrero, antes del cierre definitivo del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades. “Se terminó con la propagación de banderas y simbolismos pseudo-mapuches”, dijo días atrás al burlarse del nombre indígena que tenía desde 2008 un lago de Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina— “Acigami es un nombre aborigen que significa bolsa alargada, vaya Dios a saber qué tenía que ver”— y anunciar que volvía a llamarse Lago Roca, en homenaje al expresidente Julio Argentino Roca. El Gobierno reivindica a Roca como el prócer fundador de la Argentina moderna, pero para los pueblos originarios es un genocida por haber dirigido la campaña militar contra los indígenas del sur del país.
Adorni es amado por los seguidores de Milei y odiado por sus opositores. Si los peronistas llaman despectivamente gorilas a los antiperonistas, él se reapropió del término: “Gorila: dícese de la persona que trabaja todos los días para poder vivir un poco mejor, pero que aporta más de la mitad de lo que gana en impuestos para poder mantener un Estado inviable. Además, quiere eliminar planes sociales a piqueteros y vagos. También se lo llama facho. Fin”.
Como su jefe político, el portavoz se alimenta de la polarización. “Yo sí quiero grieta. Yo sí quiero a los delincuentes, a los corruptos, a los chorros (ladrones), a todo lo que no le hace bien a la Argentina de un lado y a la gente de bien del otro”, afirmó al recibir el premio al mejor tuitero de 2022. Ese discurso caló en una sociedad desencantada con los políticos y empobrecida después de años de estancamiento económico y alta inflación, y contribuyó al ascenso fulgurante de Milei a la Presidencia argentina. La popularidad de su portavoz lo acerca a una futura candidatura política.
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