Berlín y Pekín estrechan relaciones en plena “incertidumbre global”
El primer ministro chino visita la capital alemana, en un momento de tensión diplomática entre Alemania y Estados Unidos
Berlín se ha propuesto dejar claro a Estados Unidos y al mundo que hay vida más allá del vínculo trasatlántico. La canciller, Angela Merkel, ha escenificado hoy su deseo de diversificar sus alianzas en tiempos volátiles, con la visita a la capital alemana del primer ministro chino, Li Keqiang, apenas horas después de la de su homólogo indio. El desfile de potencias mundiales se produce en plena crisis diplomática entre Washington y Berlín, que hace temer por la salud de las relaciones trasatlánticas.
"China se ha convertido en un socio estratégico más importante", arrancó Merkel. “Vivimos en tiempos de inseguridad global y vemos que tenemos la responsabilidad de expandir nuestra alianza en todas las áreas e impulsar un orden mundial basado en la ley", sostuvo la canciller. “Estamos preparados para contribuir a la estabilidad mundial”, añadió Li en Berlín.
Desde el Gobierno alemán insisten en que la relación con Washington resulta vital para Berlín, pero a la vez, ha quedado patente en los dos últimos días, que la sintonía con China y con India, al menos en dos dosieres clave - comercio y lucha contra el cambio climático- es mucho mayor.
“China respetará sus responsabilidades respecto al cambio climático”, dijo el primer ministro chino, en conferencia de prensa conjunta con Merkel. La ratificación del compromiso chino se produce en el día en el que está previsto que Donald Trump anuncie si se retira del Acuerdo de París sobre cambio climático. “China debe moverse hacia un modelo de desarrollo sostenible. Tenemos que promocionar el desarrollo limpio”, añadió Li antes de partir hacia Bruselas.
Cimientos del orden actual
Ambas visitas, la india y la china, están dirigidas también a preparar el terreno para la cumbre del G-20, de la que Alemania es la anfitriona y que se celebrará en julio en Hamburgo. Esa cumbre, será un buen momento para testar la solidez de los cimientos del orden mundial actual.
El domingo pasado, bajo una carpa de la fiesta de la cerveza en Baviera, y recién llegada de la cumbre del G-7 en Taromina, Merkel pronunció unas palabras inusualmente duras, con las que vino a decir que EE UU ha dejado de ser un socio incondicional y que la UE debe mirar por su futuro por sí misma a partir de ahora. El presidente de EE UU, Donald Trump, le contestó con un tuit en el que protestaba en mayúsculas del volumen de exportaciones alemanas y de la que considera una insuficiente contribución germana a la hucha de la OTAN.
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