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Un diputado de la izquierda alemana se enfrenta a dos años de prisión por ‘traficar’ con un migrante

El parlamentario en el Bundestag por Die Linke (La Izquierda) Diether Dehm se enfrenta a dos años de cárcel por trasladar en su coche a un migrante desde Italia hasta Alemania

Belén Domínguez Cebrián

El diputado en el Bundestag por Die Linke (La Izquierda) Diether Dehm se enfrenta a dos años de cárcel tras ser acusado de traficar con migrantes. Hace semanas, el parlamentario por Baja Sajonia reconoció públicamente haber trasladado a un migrante africano en su coche para ayudarle a salir de Italia y atravesar Suiza y alcanzar su destino final: Alemania. 

El diputado en el Bundestag de Die Linke por Baja Sajonia, Diether Dehm.
El diputado en el Bundestag de Die Linke por Baja Sajonia, Diether Dehm.

"No fue un acto premeditado, fue una acción espontánea", explica al teléfono desde Baja Sajonia, al noroeste del país. Dehm, figura conocida y reconocida en la izquierda comunitaria —militó en los socialistas alemanes y dirigió las juventudes progresistas en Europa—, asegura que no recibió dinero por parte de Michael (nombre ficticio), lo que le libra de cualquier tipo de infracción. "Actué sin pensar en conspiración alguna", sostiene. Pero el caso es que algo se movió en el interior del diputado y decidió actuar como actuó y, de alguna forma, dar ejemplo al resto de la sociedad. 

Tan solo en 2015, algo mas de un millón de personas llegaron a Alemania. Pero aún muchas quedan varadas en Grecia y también en Italia esperando poder continuar el camino al norte o simplemente esperando a una más que probable deportación. Alemania ya ha conseguido devolver a 50.000 migrantes que había en su territorio y Suecia, otro de los países que más presión migratoria ha recibido, planea echar a 150.000 el año que viene.

Por eso Dehm, de 66 años, acudió a un campo de refugiados en Italia —no especifica la localidad ya que considera que sería "facilitar el trabajo de la acusación porque necesitan hechos y datos que aún no tiene", repite avispadamente—, conversó con Michael, un joven cuya nacionalidad Dehm tampoco quiere desvelar "de menos de 20 años" y se lo llevó a su casa del Lago Maggiore (a unos 100 kilómetros al norte de Milán, casi en Suiza). "Tenía un claro déficit de sueño. Durmió durante unas 25 horas", ilustra aún con asombro. El alemán, al ver que el joven no significaba un peligro para la sociedad —"no era terrorista ni ladrón y quería aprender nuestra lengua y nuestra cultura", asegura— decidió ayudarle en su travesía a la UE. "No me pagó", repite. "Yo le di un poco de dinero al llegar aquí [Alemania]", admite aunque no quiere especificar ni cuánto le entregó, ni dónde se despidieron para no encontrarse nunca jamás.

Dehm está convencido y hasta orgulloso de su actitud con el joven africano con el que se comunicaba en inglés. "No es bueno lo que le está pasando y me dijo que cuando en su país ya no haya peligro, volvería ". Como Michael, 144.950 personas han entrado en Italia a través del mar Mediterráneo en lo que va de año, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Y por tan sólo ayudar a uno de ellos, Dehm, diputado en el Bundestag y cercano en su día a la Stasi, a pesar de haber nacido en el Oeste, se enfrenta a prisión. Además, ha renunciado al aforamiento que su grupo parlamentario, Die Linke, le sugirió solicitar al presidente de la cámara de representantes. "Nunca se lo darían a alguien de mi partido". Y tampoco quiere luchar por ella, asegura. "Si evito la cárcel sin aforamiento, significa que cualquier persona puede hacer lo mismo que hice yo", cierra.

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