Las joyas arquitectónicas de los pueblos más afectados
Las localidades más damnificadas por el seísmo comparten la escasez de población y un valioso patrimonio histórico
Amatrice (2.650 habitantes)
Situado en la provincia de Rieti, en la región de Lacio, esta localidad de origen medieval fue seleccionada, por la Asociación Nacional de Municipios, como uno de los pueblos más bonitos de Italia el año pasado.
La localidad es conocida en toda Italia por una salsa típica para acompañar a la pasta: la amatriciana. Este próximo fin de semana se iba a celebrar la 50 edición de un festival gastronómico en torno a su salsa. La plaza en la que debía tener lugar la celebración ya no existe. Unos 700 restaurantes italianos se han adherido a una propuesta solidaria a base de comer pasta a la amatriciana para ayudar a las víctimas. Cada plato de esta receta que se sirva recaudará dos euros para la reconstrucción de las zonas más damnificadas.
Su casco histórico, destruido en gran parte por el temblor de este miércoles, contiene monumentos de los siglos XIII-XV. Pese a su escasa población, la localidad cuenta con casi una decena de edificios religiosos, principalmente de estilo gótico y barroco, aunque también destacan los frescos renacentistas que albergan algunas de estas iglesias. A principios del siglo XX la localidad contaba con más de 10.000 habitantes, por lo que ha perdido más de un 70% de su población en los últimos 100 años.
Al importante patrimonio histórico y cultural cabe añadir que el municipio se encuentra dentro del Parque Nacional del Gran Sasso y Montes de la Laga. La localidad cuenta también con un par de museos, uno de arte sacro y otro de arte contemporáneo.
Accumoli (667 habitantes)
Situada también en la provincia de Rieti, esta localidad también forma parte del Parque Nacional del Gran Sasso y Montes de la Laga. Muchas rutas de senderismo comienzan en su núcleo urbano. El pueblo también cuenta con un museo dedicado a la naturaleza de la región.
Tiene una densidad de población de 7,6 habitantes / km2 —casi 30 veces menos que la media del país— lo que lo convierte en uno de los municipios más despoblados de la provincia. El pueblo ha perdido población de manera continuada desde hace más de un siglo (3.100 habitantes en 1911).
Al contrario que Amatrice, la localidad no tiene arquitectura religiosa destacable. Sin embargo, su arquitectura civil es un claro ejemplo de lo próspero que fue el pueblo a partir de la época renacentista. En el casco histórico sobresalen cuatro palacios de los siglos XV-XVII.
Arquata del Tronto (1.178 habitantes)
Las primeras referencias históricas de este pueblo, situado en la región de Las Marcas, son del siglo VI, según la web oficial del municipio. Por esta localidad pasaron Carlomagno en el 800, San Francisco de Asís en 1215 y Giuseppe Garibaldi, quien pernoctó en 1849.
En las últimas décadas, Arquata ha perdido población de manera aún más pronunciada que Amatrice o Accumoli. En 1921 superaba los 7.250 habitantes, por lo que su población se ha reducido en más de un 80% en menos de un siglo.
Entre su patrimonio religioso destacan dos iglesias de los siglos XIII y XVII, una de ellas contiene una réplica del sudario de Turín.
Pescara del Tronto (135 habitantes)
Esta pedanía, perteneciente a Arquata del Tronto, es probablemente la localidad que ha quedado más destruida tras el terremoto y sus múltiples réplicas. Su aislamiento y los desperfectos en las carreteras provocaron que los equipos de rescate tardaran varias horas en poder acceder al pueblo.
La iglesia parroquial cuenta en su interior con una cruz procesional que se ha utilizado de manera continuada desde el siglo XIII, considerada uno de los elementos religiosos mejor conservados de Las Marcas, según la Junta de la región .
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