Los papeles de Panamá salpican al colombiano Humberto de la Calle
El jefe negociador con las FARC admite haber tenido una sociedad en el extranjero pero niega cualquier relación hoy en día
El jefe negociador del Gobierno de Colombia con la guerrilla de las FARC, Humberto de la Calle, es el primer colombiano relevante que se ha visto salpicado por los papeles de Panamá. Pese a que su nombre no había aparecido mencionado en ninguno de las informaciones relacionadas con los documentos a los que han tenido acceso decenas de medios, De la Calle, en un comunicado ha admitido que en el pasado creó una sociedad familiar denominada Davinia pero que hoy no tiene "ninguna relación con sociedades panameñas ni con ninguna otra sociedad extranjera actualmente vigente".
Connectas, el portal colombiano que ha tenido acceso a los millones de documentos analizados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), aseguró que hay más de 850 colombianos relacionados con la firma de abogados Mossack Fonseca, experta en crear empresas offshore. Según la información de Connectas, entre los clientes se encontrarían políticos, funcionarios públicos y, sobre todo, empresarios.
A diferencia de otros países de América Latina, en el caso de Colombia ninguno de las personas a las que se había hecho referencia hasta ahora tenía mucha trascendencia a nivel internacional. La reacción de De la Calle se produce después de que los investigadores de Connectas se pusieran en contacto con el jefe negociador del Gobierno, según se desprende del comunicado de este: "Entregué toda la información relevante y respondí a todas las inquietudes, incluso puse a disposición mi declaración de renta", asegura De la Calle en el texto.
El político colombiano explica que, "por razones de seguridad y confidencialidad", constituyó una sociedad familiar llamada Davinia "con el único fin de servir de tenedora" de su patrimonio familiar. Además, asegura el comunicado, Davinia "no tuvo cuentas bancarias, ni generó ingresos de ninguna índole, ni hizo préstamos, ni realizó operaciones lucrativas. Durante su existencia los impuestos relacionados con ese patrimonio, ubicado íntegramente en Colombia, fueron pagados en su totalidad y de forma oportuna. Tales impuestos se liquidaron de acuerdo a la ley colombiana por tratarse de bienes en Colombia. Por lo tanto, aun si la sociedad hubiese sido colombiana, los impuestos habrían sido iguales".
Por último, De la Calle insiste en que dicha sociedad extranjera "no existe en la actualidad y su patrimonio fue incorporado a una sociedad colombiana, a la cual pertenece únicamente mi núcleo familiar, la cual también se encuentra legalmente registrada en la Cámara de Comercio de Bogotá".
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