Corea del Sur lucha por contener un brote del síndrome respiratorio MERS
El síndrome respiratorio afecta ya a 35 personas y ha causado dos muertes
Corea del Sur trata de contener el mayor brote de MERS detectado en el mundo fuera de los países de Oriente Medio y que ha desatado la alarma entre la población. Después de que se haya confirmado un tercer muerto y cinco afectados más, el número de casos asciende ya a a 36 y más de 1.600 personas se encuentran bajo cuarentena. Más de un millar de escuelas ha cerrado las puertas para evitar posibles contagios.
En las calles de Seúl es ya fácil encontrar personas con mascarilla, mientras las autoridades evitan identificar los hospitales donde se trata a los infectados, para no desatar el pánico en los alrededores. En las áreas cercanas a los lugares donde se han detectado casos se ha prohibido que los soldados -en su gran mayoría jóvenes que cumplen un servicio militar obligatorio de tres años- abandonen los cuarteles. Sus padres tampoco pueden acudir a visitarles. Corea del Norte ha pedido controles fronterizos.
El nuevo fallecido es un hombre de 82 años, enfermo de asma y neumonía bacteriana que compartió habitación con otros infectados por el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, el nombre con el que también se conoce a la enfermedad. Según ha informado el Ministerio de Sanidad surcoreano, murió el miércoles por la noche.
Los cinco nuevos casos de esta enfermedad, de la misma familia que el SARS -y menos contagioso pero más mortífero-, son personal sanitario, familiares o pacientes en centros hospitalarios que se infectaron por contacto con personas portadoras del virus.
El portador original que introdujo el virus en Corea del Sur, un hombre de 68 años, contrajo aparentemente la enfermedad durante una visita a países del golfo Pérsico en mayo. Según la Organización Mundial de la Salud, este paciente no había mostrado síntomas durante su viaje. Tras encontrarse mal, una semana después de su regreso, buscó asistencia en dos ambulatorios y dos hospitales “creando múltiples oportunidades para la exposición al virus entre trabajadores sanitarios y otros pacientes”, explica la OMS. Entonces no se sospechaba que pudiera tratarse de MERS y no se aisló al paciente.
El caso se diagnosticó finalmente el 20 de mayo. Desde entonces, el virus se ha extendido con rapidez en el país asiático, entre preocupación por la capacidad de las autoridades de contener el brote o que éste pueda extenderse por naciones vecinas. Un caso ya se ha detectado en China, el de un empresario surcoreano que había entrado en contacto con el virus y viajó a Hong Kong y el territorio continental chino, donde cayó enfermo y se encuentra bajo tratamiento. Aquellos que pudieron estar en contacto con él también han quedado bajo cuarentena.
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, ha reconocido problemas en la reacción de los primeros días ante la enfermedad. “La reacción inicial ante enfermedades infecciosas nuevas como el MERS es uy importante, pero hubo deficiencias en la respuesta inicial, incluida la valoración de su capacidad de contagio”, admitió. Park convocó una reunión de urgencia sobre el asunto este miércoles.
Los casos pueden impactar en el sector sanitario surcoreano, considerado entre los mejores del mundo y que el Gobierno quiere posicionar como destino de referencia para el turismo médico internacional. Para 2020 aspira a que esa industria mueva más de 3.000 millones de euros.
El sector turístico ya ha empezado a verse afectado. La Organización Surcoreana de Turismo calcula que se han cancelado cerca de 7.000 viajes al país desde el comienzo del brote hace dos semanas. Los turoperadores temen que esa cifra pueda superar las decenas de miles si la situación se prolonga y especialmente los turistas chinos optan por destinos alternativos como Japón.
El MERS se detectó por primera vez en Arabia Saudí en 2012 y desde entonces ha contagiado a 1.196 personas en 25 países, la mayoría en Oriente Medio; 481 de los que enfermaron han muerto, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades. Los primeros síntomas del síndrome incluyen fiebre, tos y pérdida de aliento, unque los pacientes que transportan la enfermedad de un país a otro a menudo no presenten síntomas visibles
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