“Argentina envió misiones especiales para rescatar nazis”
Entrevista con Uki Goñi, autor de 'La auténtica Odessa'
El libro del periodista argentino Uki Goñi (Washington, 1953) La auténtica Odessa desató un terromoto cuando se publicó en 2002. Era sabido que muchos nazis encontraron refugio en Argentina después de la II Guerra Mundial pero, apoyado en una amplia documentación, Goñi demostró que la clave no estaba en que los criminales de guerra hubiesen llegado al Cono Sur buscando refugio, sino que el presidente Juan Domingo Perón organizó misiones especiales para rescatarlos.
El organizador de la Solución Final, Adolf Eichmann (capturado luego por el Mosad, juzgado y condenado a muerte en Israel), el sádico médico de Auschwitz, nunca capturado, Josef Mengele y Klaus Barbie, juzgado finalmente en Francia tras 40 años de huida, fueron los nombres más famosos, pero decenas de nazis de numerosos países recibieron ayuda para llegar hasta Argenina. El encargado por el propio Perón de llevar a cabo esta siniestra misión de rescate fue Carlos Fuldner, un argentino que perteneció a las SS y que falleció en Madrid en 1992. Fue uno de los principales organizadores de la famosa red Odessa (Organización de Antiguos Miembros de las SS). Su libro también da numerosos detalles sobre la implicación del Vaticano y de Suiza en la fuga de los nazis. Goñi responde a varias preguntas por correo electrónico.
Pregunta. ¿Cree que, después de los juicios de Nuremberg celebrados contra la cúpula nazi después de la II Guerra Mundial, la mayoría de los criminales nazis lograron escapar?
Respuesta. Una gran cantidad de criminales fueron llevados ante la justicia tras la guerra. Los principales líderes responsables fueron ajusticiados en Nuremberg. Los aliados siguieron haciendo juicios contra nazis hasta 1949 y un total de 5.025 fueron condenados en las zonas de Alemania bajo administración aliada entre 1945 y 1949. Los procesos han continuado hasta hoy. Se calcula que un total de 80.000 alemanes han sido condenados desde el fin de la guerra en toda Europa. En Polonia, por ejemplo, ha habido unas 40.000 condenas pero es imposible saber cuántos se han escapado. Si tomamos una definición muy estricta de "criminal de guerra" (alguien con una causa judicial abierta en Europa), el número de los que llegaron a Argentina no es elevado. Según los cálculos que empleo en mi libro La Auténtica Odessa, fueron 180, incluyendo a los criminales alemanes, croatas, belgas, franceses, etc. Si tomamos una definición más amplia, que incluya a todos los miembros de las SS o del NSDAP que llegaron a Argentina, sin causas abiertas, el número podría ser de miles.
P. ¿La detención en Argentina de Adolf Eichmann en 1960 sirvió para que se escondiesen mejor?
R. Al contrario. La captura de Eichmann demostró al mundo la presencia de estos criminales en Argentina. Más allá del caso puntual de Mengele, que huyó a Paraguay y después a Brasil, la captura de Eichmann sirvió para que Alemania empezara a hacer algunas, pocas, peticiones de extradición a Argentina, como el caso del SS Gerhard Bohne, el primer criminal nazi en ser extraditado de Argentina en 1964.
P. Según sus investigaciones, Argentina no sólo dio refugio a nazis, sino que les buscó de manera activa para darles refugio.
R. Argentina envió misiones especiales financiadas por el presidente Perón a rescatar nazis de Europa. Perón se reunió en la Casa Rosada con criminales con causas abiertas en Europa y organizó con ellos el rescate de sus camaradas en Europa, que se llevó a cabo entre 1947 y 1950. El encargado por Perón para esta misión fue el ex capitán de las SS argentino-alemán Carlos Fuldner, quien cumplió esta misión en Italia, Suiza, Alemania y también en España. Fuldner murió en España en 1992.
P. ¿Por qué cree que se dejó de perseguir a los nazis con tanta intensidad? ¿Fue a causa del inicio de la Guerra Fría?
R. Los aliados tuvieron un gran interés en llevar a los nazis a juicio al terminar la guerra. Pero después, los aliados se retiraron de la administración de Alemania e Italia y de ahí la búsqueda de justicia pasó a ser responsabilidad de los países europeos. La Guerra Fría tuvo que ver, pero también está la cuestión más práctica que luego de que se retiraron de Europa. Estados Unidos y Gran Bretaña ya no tenían ninguna responsabilidad ni podían llevar a cabo más juicios en el continente europeo porque se habían retirado geográficamente de allí.
P. ¿Qué lecciones podemos aprender de cómo se persiguieron los crímenes de guerra después de la II Guerra Mundial? ¿Cree que hay alguna enseñanza universal que pueda valer para investigar otros genocidios como en Yugoslavia o Ruanda?
R. Yo no soy optimista respecto a qué los humanos hayamos aprendido a no cometer más esta clase de crímenes en masa. Volverán a ser cometidos porque está en la naturaleza humana hacerlo. Lo que sí nos sirve es que, a través del estudio de estas historias, aprendamos cuáles son las herramientas para estar más alertas en el momento en que se vuelvan a producir, o para escapar, o para intentar reducir la magnitud del crimen.
P. ¿Cuáles fueron los peores países en dar refugio a los nazis? ¿Está España entre ellos?
R. Argentina se distingue entre todos por la decisión de Perón de rescatar a los nazis acusados de crímenes. Perón, durante su exilio en Madrid, dijo que él consideraba los juicios de Nuremberg una "infamia". Llevar a juicio a un ejército vencido ofendía su sentido de honor militar, y que por eso se propuso rescatar a la mayor cantidad de ex oficiales posibles de esos juicios. Creo que esto, y la llegada de criminales de la envergadura de Eichmann y Mengele a sus costas, hacen de Argentina el país que más se lució en esta horripilante empresa de rescatar nazis tras la guerra.
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