“Las enfermedades infecciosas son un riesgo importante tras el seísmo”
Para evitar epidemias y otros problemas, la experta explica que es clave que la población tenga acceso a agua y un techo
Olimpia de la Rosa, responsable médica de la Unidad de Emergencias de Médicos sin Fronteras, tiene una larga experiencia en la respuesta sanitaria ante los desastres naturales. De la Rosa, que ha participado en los equipos de respuesta tras el tsunami del 2004 en el sureste asiático y el tifón en Filipinas en 2013, alerta del riesgo que pueden suponer, tras el terremoto, enfermedades como el cólera, la diarrea o el sarampión.
Su organización, Médicos sin Fronteras, ha enviado a Nepal varios equipos, en total tienen ya unas 45 personas sobre el terreno y otras intentando llegar al país.
Pregunta. ¿Cuáles son las necesidades más inmediatas y básicas?
Respuesta. Por experiencia en otros desastres sabemos que las necesidades van evolucionando. Ahora mismo hacen falta equipos de rescate y atención a los heridos. También es urgente garantizar que toda la gente tenga un techo y acceso a agua y comida. Ya hay un cierto despliegue de equipos quirúrgicos y sanitarios, pero pronto empezarán a darse otras enfermedades que no son agudas, pero que necesitan atención médica: desde una pulmonía a la atención a un parto o problemas de salud materno infantil. Las enfermedades infecciosas son un riesgo importante en estos casos, sobre todo entre los niños y los grupos vulnerables.
P. ¿De qué enfermedades estamos hablando?
R. Hay enfermedades que ya se dan en el país y que pueden aparecer en mayor escala por el desastre, tanto por las condiciones en las que se encuentra la población como por el desastre y el estado en el que están las infraestructuras médicas, de agua, drenaje de residuos, que se han destruido. Los riesgos más conocidos son diarrea, cólera –que es endémico en la zona-- y otras enfermedades prevenibles con vacunas, como el sarampión, que en el caso de que aparezcan pueden extenderse mucho y ser un problema. Cualquier epidemia en una situación donde la gente está hacinada se puede extender rápidamente.
P. ¿Hay otro tipo de problemas sanitarios más invivibles?
R. La salud mental, por ejemplo. Las necesidades para atender estos problemas con importantes desde poco después de que se produzcan los eventos. Médicos Sin Fronteras ha enviado a Nepal equipos para evaluar el impacto del terremoto en la salud de la población, y esto incluye la salud mental. Y ese impacto no es sólo por las pérdidas humanas y materiales, que son importantísimas, también por enfrentarse a una situación ante la que el afectado no tiene control.
P. ¿Qué riesgo hay si se desatiende la salud mental?
R. No todo el mundo necesita atención, pero hay que hacer un seguimiento, porque las necesidades desatendidas pueden generar problemas a largo plazo. Trastornos de estrés postraumático, por ejemplo, que pueden llegar a incapacitar a la persona. Hay que tener en cuenta además que intervenir en salud mental no solo pasa por hacer una consulta psicológica, también por ofrecer a la población lugares donde se sientan seguros y donde tengan cubiertas sus necesidades básicas y puedan estar junto a sus allegados. También se hacen actividades para explicar a la población qué es lo que ha ocurrido y que lo que sienten es normal.
P. ¿Cómo se organiza la logística de la atención?
R. En estas fases agudas del desastre tratamos se ponen en marcha medidas temporales para garantizar, por ejemplo, que la población tenga acceso a agua. Como la construcción de canalizaciones no definitivas, la construcción o el traslado de letrinas temporales o la organización del transporte de agua en camiones cisterna, que suele ser complicada porque se necesita una fuente de aprovisionamiento que garantice que puede suministrarse agua en grandes cantidades a la población. Tras esto, el país necesitará una logística más relacionada con la ingeniería y la reconstrucción.
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