“La libertad es un bien más escaso de lo que los jóvenes imaginan”
Juan Luis Cebrián explica en Nueva York que el consenso fue la clave del éxito de la Transición española
El debate sobre la Transición viajó del campus de la prestigiosa universidad de Brown, en Providence (Rhode Island), a esa especie de oasis entre la masa de edificios que rascan el cielo de Manhattan que es la sede del Instituto Cervantes. Y como sucede en la escena académica cuando se analiza el periodo que llevó a la consolidación de la democracia, la discusión fue profunda aunque sin las rigideces que imponen las clases magistrales.
A un lado, la escritora Elvira Lindo. Al otro, el anfitrión, Ignacio Olmos. En el centro, el presidente ejecutivo del grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. Como dijo en la introducción el director del Cervantes neoyorquino, la discusión trató de introducir a los asistentes en la delicada maquinaria de relojería que fue el proceso que llevó a España a la democracia. El recorrido de un complejo laberinto que arrancó en la adolescencia del fundador de EL PAÍS.
“Mi familia era del lado de los vencedores de la Guerra Civil”, señaló Cebrián cuando Lindo le preguntó por lo que imaginó de joven que llegaría tras la muerte de Franco, “así que tuve la oportunidad de conocer el régimen desde dentro”. Explicó, sin embargo, que su grupo de amigos era muy heterogéneo y que el fermento universitario era más de los estudiantes que de los profesores, “como ahora con Podemos”.
La discusión fue profunda aunque sin las rigideces que imponen las aulas magistrales
“Queríamos un país normal, como el que veíamos cuando viajábamos a Italia o Francia, con una democracia”, indicó ante los asistentes, en una conversación que se prolongó durante hora y media. En su reflexión, lamentó que las jóvenes generaciones que no vivieron la dictadura valoren tan poco las libertades. “Es un bien mucho más escaso de lo que la gente imagina. Para los que nos tocó construir la democracia fue un requisito esencial”, explicó.
Cebrián dijo que hace falta un proceso regenerativo, porque el sistema funciona cada vez peor. En este sentido, admitió que comparte el 80% de las críticas que hacen movimientos como Podemos o Ciudadanos. Pero también dejó claro que rechaza el 80% de las soluciones que plantean. Le preocupa que estos partidos cuestionen la Transición y quieran hacer algo completamente nuevo. “La democracia perfecta no existe”, insistió.
Cebrián dijo que hace falta un proceso regenerativo, porque el sistema funciona cada vez peor
El consenso fue clave en el éxito de la Transición, a todos los niveles. “La gente se olvida de que el periodo posterior a la muerte de Franco fue la reconciliación entre los hijos de los que ganaron la Guerra Civil y de los que la perdieron”, recordó. Es más, señaló que el dictador murió en la cama, “no le echó ninguna revolución”. “Es absurdo que ahora se diga que hubo un pacto clandestino de los poderosos para repartirse el pastel”, lamentó.
Cebrián tampoco se declara sorprendido ahora por el hecho de que estas nuevas fuerzas políticas culpen a la transición de los males de la democracia. El motivo, la degeneración que sufrió el sistema político español cuando el consenso se rompe con la llegada de José María Aznar a la presidencia y se prolonga con José Luis Rodríguez Zapatero. “Tomaron decisiones que hicieron más sectaria la política y descuidaron el centro”, señaló.
Pese a las críticas, Cebrián defendió un sistema político que garantice la alternancia del poder, porque es algo que dijo sirve para dar cohesión y estabilidad un país con tensiones de dispersión territorial muy grandes. La incomodidad que están generando Podemos y Ciudadanos es necesaria en este debate. Pero tratar de regenerar, concluyó, “no es empezar de cero”. “Lo de la casta es un eslogan. Ellos también se están convirtiendo en casta”, remachó.
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