Tres muertos por ébola en Malí en un nuevo foco de la enfermedad
El virus llegó desde Guinea con un hombre que viajó junto a cuatro familiares
Al menos tres personas han fallecido a causa del ébola en Bamako, la capital de Malí, en lo que supone un nuevo foco de la epidemia que se extiende por África Occidental y que ha provocado ya, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 14.098 contagios y 5.160 muertos. Los tres fallecidos son un hombre de 70 años de nacionalidad guineana que viajó ya enfermo desde su país de origen hasta Bamako, un amigo que fue a visitarle a la clínica Pasteur, donde estuvo ingresado, y un enfermero de 25 años que le atendió.
Los dos primeros son considerados casos probables —fueron enterrados sin que se les hiciesen las pruebas— y el tercero está confirmado por los trabajos de laboratorio. A consecuencia de este nuevo brote, unas 90 personas han sido puestas bajo vigilancia por el Gobierno y la citada clínica se encuentra bajo cuarentena con unos 30 ciudadanos en su interior, entre ellos una decena de soldados de la ONU.
El primero de los fallecidos, Sekou Koïta, un varón guineano de unos 70 años y líder religioso en su comunidad, residía en un pueblo llamado Kourémalé, cerca de la frontera de Guinea con Malí. Empezó a sufrir los primeros síntomas el pasado 17 de octubre y, tras pasar por dos clínicas de la región con una insuficiencia renal aguda, una consecuencia habitual del ébola, viajó hasta Bamako en autobús el día 25 acompañado por dos de sus esposas, su hermano y su hijo.
Acabó ingresado en la clínica Pasteur, donde falleció dos días más tarde, sin que entre las pruebas que se le realizaron figurase la del ébola, y ello pese a que procedía de una región con una alta tasa de contagios.
Al tratarse de un predicador musulmán, su cuerpo fue llevado a una mezquita de Bamako para una ceremonia ritual de lavado, desde donde se le trasladó a su pueblo para ser enterrado. Pese a la existencia de una alerta por ébola en el país y a la procedencia del fallecido, la manipulación de su cadáver se realizó sin ninguna protección. En los días siguientes, cinco miembros de su familia en Guinea enfermaron, tanto los cuatro que le habían acompañado a Bamako como otra hija. Dos de ellos fallecieron y fueron enterrados, también de manera no segura, y los otros tres se encuentran en el centro de ébola de Guéckédou. Uno de ellos ha dado positivo en el test del virus.
Los otros dos muertos en la capital maliense son una persona que fue a visitar a Koïta y murió de manera repentina sin que se realizase prueba alguna y un enfermero de 25 años, Saliou Diarra, que trabajaba en la clínica Pasteur y atendió al primer fallecido. El sanitario fue diagnosticado primero de malaria, hasta que su agravamiento forzó su ingreso en la propia clínica, donde quedó aislado el pasado 10 de noviembre. Las pruebas de laboratorio confirmaron anteayer que se trataba del ébola, y ese mismo día murió, según ha confirmado el Ministerio de Sanidad de Malí.
La epidemia rebasa ya los 5.000 fallecidos y los 14.000 contagios
Entre las 90 personas que se encuentran sometidas a vigilancia figuran 28 trabajadores sanitarios, uno de los cuales es un médico de la clínica Pasteur que presenta los primeros síntomas de la enfermedad y ha sido aislado en un centro especializado a varios kilómetros de la capital. El facultativo se encuentra a la espera de los resultados de la primera prueba. Otros 45 son familiares y personas del entorno del enfermero, mientras que el resto pertenece a la familia de acogida del líder religioso.
La mencionada clínica ha sido cerrada y puesta en cuarentena con una treintena de personas en su interior, entre ellos una decena de soldados de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Malí (Minusma). Un equipo de la OMS está profundizando en el seguimiento de contactos para ampliar la cifra de personas bajo vigilancia, haciendo hincapié en quienes manipularon el cadáver del primer fallecido en la mezquita.
Estos tres fallecidos no tienen ninguna relación con el primer caso de ébola registrado en Malí, una niña de dos años y medio también procedente de Guinea que falleció el pasado 24 de octubre en Kayes, al oeste del país. Las 105 personas puestas bajo vigilancia por este primer caso ya se encuentran fuera de peligro al haber superado anteayer el periodo de 21 días de riesgo.
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