Rousseff defiende los logros de su Gobierno ante la ONU
La mandataria brasileña aprovecha la Asamblea General para defender los logros de su mandato
Por si a alguien le cabía duda de la principal preocupación de Dilma Rousseff estos días, la presidenta de Brasil se encargó de despejarla este miércoles al abrir los debates de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York: las elecciones en octubre en las que se juega su permanencia en el gobierno.
“Abro este debate general en vísperas de las elecciones que determinarán, en Brasil, al presidente de la República”, comenzó Rousseff su alocución en un escenario como la ONU, que multiplica cualquier mensaje político. Le siguió una detallada lista de los logros de Brasil en la última década y media en que el gigante sudamericano ha estado en manos de su Partido de los Trabajadores (PT), primero con Luis Inácio Lula da Silva y, desde 2011, con la propia Rousseff.
La presidenta brasileña destacó desde la “consolidación” de la democracia a la “estabilidad” económica del país sin dejar de lado a una sociedad en la que en medio de esta “gran transformación” se ha reducido enormemente el nivel de pobreza.
“Treinta y seis millones de brasileños han salido de la pobreza extrema desde 2003, 22 millones durante mi gobierno”, subrayó Rousseff, que también citó el reciente anuncio de la FAO de que sacaba a Brasil del Mapa Mundial del Hambre y los logros en materia de acceso a la educación, sanidad o integración de minorías. Todo ello, recalcó una vez más, “sin descuidar la disciplina fiscal y la estabilidad monetaria” en medio de una gran incertidumbre mundial que con todo, reconoció, ha “afectado fuertemente” a la economía brasileña en los últimos tiempos.
“Es urgente y vital restablecer el dinamismo de la economía global, que debería esforzarse en impulsar la inversión, el comercio internacional y la reducción de desigualdades entre los países”, reclamó Rousseff, quien volvió a calificar de “inaceptable” la demora en la reforma del reparto de votos conforme al mayor peso de las economías emergentes como Brasil en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
No fue hasta la mitad del tiempo concedido a su discurso que Rousseff se dedicó a atender problemas de carácter global, con una dura crítica al “uso de la fuerza incapaz de eliminar las causas subyacentes de los conflictos” en plena campaña internacional liderada por Estados Unidos contra el terrorismo extremista islámico en Oriente Medio.
Tanto el conflicto palestino-israelí como la “masacre sistemática del pueblo sirio”, la “trágica desestructuración nacional” de Irak, la “grave inseguridad” en Libia, el conflicto en Sahel o la crisis de Ucrania demuestran que “cada las intervenciones militares no llevan a la paz, sino a un deterioro de esos conflictos”, afirmó Rousseff.
La presidenta brasileña también incluyó en su discurso otro viejo reclamo de su país: la necesidad de una “reforma genuina” del Consejo de Seguridad de la ONU para que éste pueda “superar su actual parálisis”.
“Un Consejo de Seguridad más representativo y más legítimo también sería un Consejo más eficiente”, sostuvo Rousseff, cuyo país aspira a un puesto permanente en ese organismo.
Exactamente un año después de que se subiera al mismo podio de la ONU a denunciar las prácticas de espionaje internacional reveladas por Edward Snowden -y de las que ella misma fue víctima, hecho que ha enfriado sus relaciones con EE UU-, Rousseff volvió a insistir en la importancia de que se tomen acciones para “garantizar que Internet se seguirá desarrollando de manera abierta, democrática y libre”.
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