La llegada de menores migrantes a EE UU baja un 70,4% en dos meses
La Organización Internacional de Migraciones informa de que en agosto hubo 3.141 casos, frente a los 10.622 de junio
La ola de inmigrantes menores que viajan a Estados Unidos ha menguado. En agosto, las autoridades estadounidenses registraron 3.141 menores sin compañía, una bajada de 70,4% en comparación con junio, cuando se destapó la masiva llegada de 10.622 niños y adolescentes provenientes de Centroamérica y México.
Las cifras del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, presentadas en Costa Rica por la directora adjunta de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), Laura Thompson, muestran el primer frenazo en julio, cuando el número de menores no acompañados descendió a 5.501, después de que en junio se alcanzara el punto máximo del fenómeno y que el propio vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, lo calificara de “desafío humanitario”. Los 3.141 del mes de agosto hacen retornar el movimiento a los niveles de principios de 2014.
Thompson ha asegurado que los Gobiernos centroamericanos, así como el de México y el de Estados Unidos, se han visto obligados a poner mucho mayor atención al fenómeno que ha llevado a decenas de miles de menores a recorrer, sin sus padres, los peligros y las longitudes de una región plagada de violencia y de redes de tráfico de personas. La representante del organismo ha afirmado que las familias han visto que no es cierto que los menores estén exentos de ser deportados al llegar a Estados Unidos, como creían muchos en México, Guatemala, Honduras o El Salvador.
Incluso el número de familias también ha caído de manera contundente, al pasar de 16.329 en junio a 7.405 en julio y a 3.295 en agosto, de acuerdo con el reporte. “Ya se dieron cuenta de que sí hay deportaciones de menores y que la ley migratoria no está dentro de las prioridades del presidente Obama. Además ha habido campañas de información que han tenido efecto”, ha valorado la directora adjunta, que además ha advertido que Centroamérica seguirá expulsando a su gente mientras persista la inequidad social y la violencia, que convierte a este región en la más insegura del planeta.
Thompson ha dicho que si Centroamérica no corrige el reparto de su riqueza se seguirá viendo gente saltar a La Bestia, el tren que recorre México con miles de inmigrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras rumbo a Estados Unidos, donde la crisis económica del último quinquenio no ha bastado para motivar el retorno de centroamericanos como sí lo ha hecho con mexicanos o como ha ocurrido en Europa con los migrantes sudamericanos.
Pese a la reducción en la cifra de niños sin compañía, la coyuntura migratoria centroamericana ahora es más compleja que en el pasado, ha señalado la diplomática. Los movimientos motivados por las guerras de la región de los ochenta, así como la pobreza, se mezclan ahora con la violencia ciudadana y el crimen organizado. Además ha comentado que los hombres han dejado de emigran solos, como ocurría en el pasado. “La mitad de la migración son mujeres jefas de hogar que dejan a sus hijos al cuidados de terceros o abandonados, con el dilema de quedarse solos en una dinámica social complicada o de emigrar solos, como hemos visto en este año”, ha dicho.
“No es que antes no ocurriera o que no ocurra en otras partes del mundo. En el caso de niños centroamericanos que llegan solos a Estados Unidos lo que nos sorprendió fue la magnitud, pero podemos rescatar que eso provocó que los Gobiernos tuvieran mayor conciencia del problema de los niños inmigrantes o incluso de la migración misma en la coyuntura actual. Ya eso es un gran paso”, ha repasado con optimismo Thompson.
La directora adjunta ha hecho ver que Centroamérica es una excepción en el continente, pues aquí los flujos migratorios siguen dirigiéndose con exclusividad al norte. En otros países del continente ha empezado a variar la dirección y ha aumentado la población, con ejemplo en Brasil, Argentina, Panamá, Colombia, Chile Ecuador y México, motivados sobre todo por el dinamismo económico del momento.
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