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Texas: Perdidos en propiedad privada

Deisy Yael Cardona, una colombiana que cruzaba ilegalmente la frontera de EE UU se encuentra desaparecida desde noviembre

Deisy Yael Cardona, desaparecida en Texas
Deisy Yael Cardona, desaparecida en Texas

Lo último que Sara supo de su madre, Deisy Yael Cardona, es que estaba en un rancho, junto a otras personas que trataron de cruzar la frontera ilegalmente por Texas en noviembre pasado. Desde entonces su paradero es desconocido y las alternativas para buscarla son escasas, sobre todo si realmente estaba en propiedad privada.

La madre de Sara fue deportada en 2013 a Colombia, luego de estar detenida por varios meses en Estados Unidos. Volvió a intentar entrar. Fue entonces cuando se perdió su rastro. Sus dos hijas son ciudadanas estadounidenses, de 18 y 11 años. Cuando recuerda el arresto y la deportación, Sara habla con tristeza, pero lo preferiría frente a la tortura que ha sido no saber de su madre en todo este tiempo.

“Si estuviera detenida sabría al menos dónde se encuentra, sabría si está bien de salud, yo no le doy esto a nadie”, dijo. Desde que Deisy desapareció ha recibido diferentes versiones de lo que le ocurrió.

Una es que ya no pudo más, estaba enferma y el grupo con el que viajaba la dejó atrás y luego un coyote la escondió. Otra le llegó con una petición de 850 dólares por su rescate. Una tercera fue una mujer que le dijo que la había visto en un rancho con mucha gente y que se veía enferma, pero no le dio la ubicación.

Su historia es la de miles de personas que han intentado cruzar a Estados Unidos por Texas. Durante 2014, la patrulla fronteriza (CBP, siglas en inglés) ha capturado a 252.012 personas en el estado. Un incremento considerable frente a años anteriores; en 2013 la agencia reportó 235.567 arrestos en total. Informes locales en Texas sugieren que el aumento en el cruce de indocumentados se debe a que un nuevo influjo de personas provenientes de Centroamérica está intentando cruzar por el estado, luego que zonas como Arizona y California reforzaran la seguridad.

La CBP no se ha quedado de manos cruzadas: la agencia ya inició la segunda fase de prueba para operar dirigibles equipados con cámaras en el sector del Valle Río Grande (Texas), un equipo que el Departamento de Defensa utilizó previamente en lugares como Afganistán.

¿Tierra de quién?

Las estrategias para cruzar en Texas están en constante cambio y ahora el uso de terrenos privados para ingresar a Estados Unidos es cada vez más común. Texas tiene cerca de 2.000 de los 3.000 kilómetros de frontera con México y una parte importante de esta tierra es propiedad privada.

Muchos de los ranchos cuentan con carteles donde se especifica que está prohibido el ingreso, incluso para la CBP. Durante años la agencia tuvo problemas con los rancheros porque destruían cercas en persecuciones.

Pero en 2011 se aprobó una legislación estatal que responsabiliza directamente al gobierno federal por el costo. Según Susan Kibbe, directora ejecutiva de South Texas Property Rights Association esto ha calmado los ánimos con el tiempo.

“La mayoría de los rancheros tienen una buena relación con la CBP, sobre todos después que se aprobara la legislación. Se sienten más cómodos. De vez en cuando hay roces con agentes nuevos que dejan las puertas abiertas. Últimamente muchos de ellos están empezando a colocar agua en sus ranchos por razones humanitarias”, comentó.

“Nos preocupa mucho el aumento en el tráfico de personas en los ranchos, sobre todo por parte de las organizaciones criminales. Ellos se aprovechan de todo lo que dice el gobierno estadounidense. Si la política es por ejemplo no deportar a mujeres y niños, entonces esa es la gente que usan para traficar y traer sus drogas”, agregó.

Según Douglas Mosier, vocero de la CBP en Texas, la agencia no cuenta con ninguna estadística respecto a aprehensiones realizadas en ranchos privados. “No he escuchado tampoco de ningún rancho que esté siendo vigilado particularmente, asociado al cruce de indocumentados por esa zona”, explicó. Pero de acuerdo con Rafael Larraenza director de Los Ángeles del Desierto, el hecho de que no existan números oficiales no aminora una realidad con la que se encuentra a menudo.

Su organización se dedica a rescatar a personas que se han perdido en su intento por cruzar la frontera. Usualmente los familiares de desaparecidos lo contactan a Larraenza para que los localice.

“No hay forma de entrar a los ranchos y lo que pasa ahí adentro solo Dios sabe. Lo que en general hemos hecho es ponernos en la puerta y acampar, hasta que llegue el dueño y pedimos permiso, la respuesta casi siempre es un profundo no”, cuenta Larraenza.

“Esto muchas veces nos ha obligado a brincar la cerca, eso nos ha valido represalias, perros, balazos, agresión física y verbal. A ellos no les importa que una persona se descomponga ahí adentro, no tienen ningún interés en que los vayan a buscar”.

Bajo el sol, sin agua y comida, el tiempo es crucial para cualquiera que intente cruzar la frontera y atravesar los ranchos. La desorientación y el escaso contacto que tienen con sus familiares cuando ingresan a territorio estadounidense los expone. Uno de los pocos puntos de referencia que existen son las carreteras, pero eso no ayuda mucho en medio de la angustia de quienes se extravían o simplemente no pueden seguir y deciden abandonar su travesía en tierra privada.

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