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Investigado un periodista argentino por crímenes durante la dictadura

El director del diario 'La Nueva Provincia', acusado de colaborar con el asesinato de dos empleados y delitos de lesa humanidad

Alejandro Rebossio
Emilio Massera y Jorge Videla.
Emilio Massera y Jorge Videla.EPA

Unas 370 personas han sido condenadas ya por crímenes de la última dictadura militar de Argentina (1976-1983), pero nunca un periodista. Por eso ha sido noticia que este martes fuera indagado por presuntos delitos del terrorismo de Estado Vicente Massot, el director y dueño del periódico conservador La Nueva Provincia, de Bahía Blanca, una de las ciudades más importantes de la provincia de Buenos Aires, con 300.000 habitantes, a 573 kilómetros al sur de la capital argentina. Massot debió responder en los tribunales de su ciudad porque está imputador por la fiscalía de integrar una asociación ilícita con los militares, de ser el coautor de los asesinatos de dos de sus obreros de la imprenta, porque supuestamente instigó el crímen, colaboró con él y lo encubrió, y de ocultamiento de la verdad en los secuestros, torturas y homicidios de otras 35 víctimas del régimen.

La Nueva Provincia, al igual que la mayoría de los periódicos de Argentina, apoyaron en su momento a la dictadura. Pero se diferencia de casi todos ellos en que siguió justificando con algún matiz el accionar del régimen incluso después del regreso de la democracia al país. Massot, que durante la dictadura actuaba como periodista mientras su madre dirigía el periódico, llegó a calificar algunos delitos de lesa humanidad como “excesos inevitables”. Cuando el año pasado murió el exdictador argentino Jorge Videla (1976-1981), La Nueva Provincia se distinguió del resto de la prensa de su país al llamarlo “expresidente”. Pero no es de eso de lo que se acusa a Massot en los tribunales.

Los fiscales lo imputaron en 2013 por varios delitos porque consideraron que el actual director de La Nueva Provincia no solo escribía artículos en tiempos de la dictadura sino también se encargaba de la política de recursos humanos del periódico. Los dos obreros desaparecidos, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, era delegados sindicales y habían organizado varias huelgas. Los fiscales también acusan a Massot de narrar en su periódico que supuestos terroristas de izquierdas habían muerto en enfrentamientos cuando en realidad habían sido fusilados por las fuerzas armadas. La agencia de noticias Infojus citó una investigación de una historiadora argentina, Ana Belén Zapata, que lo entrevistó por estas acusaciones y que recibió como respuesta una negación de la responsabilidad en los crímenes. Massot le dijo que por aquellos años viajaba mucho a Buenos Aires y también cumplió con el entonces obligatorio servicio militar.

Massot también incursionó en la arena política y fue viceministro de Defensa del Gobierno del peronista neoliberal Carlos Menem (1989-1999), el mismo que indultó a los jerarcas de la dictadura condenados por el terrorismo de Estado y a los guerrilleros sentenciados por crímenes de los 70. Massot debió renunciar a aquel cargo después de reivindicar públicamente la tortura. "No hay un solo caso en el mundo de un Ejército, de un Estado, que entre ganar violando leyes o perder por no violarlas, haya preferido no hacerlo”, dijo Massot en una conferencia en 2012. “Esto parece brutal, y en el razonamiento hay que llegar hasta las últimas consecuencias, como cuando Churchill dijo que estaba dispuesto a bajar al infierno y pactar con el diablo para ganarle a Hitler. ¿De qué fin y de qué medios estaba hablando? Esa idea de que el fin no justifica los medios es importante decirla, a condición de que se explique que en la práctica no se puede cumplir", sentenció el ahora imputado.

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