Brasil aporta a la justicia argentina pruebas del presunto asesinato de Goulart
El expresidente brasileño murió en 1976 en Argentina y se sospecha que fue víctima del Plan Cóndor
Cada día hay más pruebas de que la causa de la muerte del expresidente brasileño João Goulart (1961-1964) en 1976 en Argentina no fue un paro cardíaco - como informó entonces la dictadura de Jorge Videla (1976-1981) - sino que fue envenenado en una de las operaciones del Plan Cóndor, programa con el que los regímenes militares de la mayoría de los países sudamericanos cooperaban para eliminar opositores. El fiscal brasileño Iván Marx presentó una denuncia por el presunto crímen ante el juzgado de la provincia de Corrientes, en el noreste de Argentina, que ya venía investigando desde hace años la muerte de Goulart, popularmente conocido como Jango. Marx también aportó documentos que presuntamente prueban que el exjefe de Estado y otra decena de exiliados brasileños sufrían persecución y seguimiento de los uniformados de su país, así como también de los argentinos y uruguayos. Un fiscal de Buenos Aires, Miguel Osorio, ha tomado la denuncia y ha decidido impulsar una investigación desde este país, según informó este miércoles la agencia de noticias estatal argentina Télam.
El Gobierno de Goulart se caracterizó por la adopción de políticas de izquierda y por eso fue derrocado por las Fuerzas Armadas en 1964. La dictadura brasileña se extendió hasta 1985. Jango debió exiliarse primero en Uruguay y en 1973, por invitación del entonces presidente de Argentina, Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974), se marchó hacia este país. En aquel 1973 también cayó la democracia uruguaya. Goulart, que impulsó una masiva reforma agraria pese a los orígenes terratenientes de su familia, contaba con fincas en el Estado de Río Grande do Sul, en el sur brasileño, así como en los países vecinos en los que se refugió. Murió el 6 de diciembre de 1976, ocho meses después del golpe de Estado en Argentina, en su hacienda La Villa, cercana a la pequeña ciudad de Mercedes, en Corrientes. Precisamente, una juez de esa provincia, Gladis Borda, era la que estaba indagando sobre la muerte de Jango y en 2012 tomó declaración testimonial al nieto del expresidente, Christopher Goulart.
Ahora, el fiscal Osorio ha pedido que la causa sea trasladada a su jurisdicción, al juzgado de Buenos Aires que investiga los delitos del Cóndor, que unió a las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay en los 70 y 80, pese a los recelos que existían entre ellas. Sucede que las pruebas que Marx aportó apuntan a la hipótesis de que Goulart fue envenenado al ingerir un remedio en un hotel porteño, el Liberty, donde el expresidente se encontraba circunstancialmente alojado. Además, el militante por los derechos humanos, abogado e historiador brasileño Jair Krischke suministró evidencias de que en mayo de 1976 el Ejército de su país pidió a la Policía Federal de Argentina que siguiera a Goulart. A partir de todo esto, Osorio inició una investigación contra integrantes de la Policía argentina y del Ejército brasileño, aunque en su escrito reconoce que la identidad de los sospechosos es desconocida de momento.
El fiscal porteño además solicitó a la Comisión de la Verdad de Brasil copias certificadas de la documentación presentada por su par brasileño. La Comisión de la Verdad fue creada en 2011 por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, para que investigara los asesinatos, las torturas y otras violaciones de los derechos humanos en los 21 años de régimen militar del que ella también fue víctima y prisionera. A diferencia de Argentina o Chile, en Brasil rige una amnistía para los criminales de la dictadura.
En enero pasado, los ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, y de Argentina, Héctor Timerman, firmaron un pacto para desclasificar e intercambiar archivos sobre las víctimas de las dictaduras que ambos países padecieron. Se creará una comisión técnica bilateral para acometer esa tarea. Los funcionarios dejaron trascender tras aquel acuerdo que de ese intercambio de información podrían surgir datos sobre el deceso de Goulart.
Jango fue homenajeado el año pasado por Rousseff en un acto en el que le devolvió simbólicamente la presidencia. Fue ministro de Trabajo del Gobierno de Getúlio Vargas (1930-1945), caracterizado por una política de intervención del Estado en la economía y de subidas de salarios. Fue vicepresidente de los Gobiernos del desarrollista Juscelino Kubitschek (1956-1961) y del populista Jânio Quadros (1961), que, al ser depuesto por los militares, fue sucedido por el propio Goulart. Primero Jango gobernó Brasil bajo la tutela del Congreso, con presencia conservadora, y de las Fuerzas Armadas, pero en 1963 se liberó de ella y puso en marcha sus reformas, como el aumento del impuesto a la renta, la exigencia de reinversión de beneficios a las multinacionales y un plan de alfabetización. Si bien mantuvo una buena relación con EE UU, en plena Guerra Fría se atrevió a acercarse a la Unión Soviética. Le costó caro. En 1964 fue derrocado por los militares. En su exilio argentino, antes de su muerte, en el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976), sufrió un intento de atentando de la fuerza parapolicial Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A.
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