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La UE lanza el zafarrancho por el empleo

Los cuatro grandes países del euro se comprometen a acelerar inversiones contra el paro juvenil para incluir a una generación casi perdida en el ciclo productivo

De izquierda a derecha, la periodista Christine Ockrent, Felipe González, Martin Schulz; François Fillon, ex primer ministro francés, y la eurodiputada Sylvie Goulard, este martes en París.
De izquierda a derecha, la periodista Christine Ockrent, Felipe González, Martin Schulz; François Fillon, ex primer ministro francés, y la eurodiputada Sylvie Goulard, este martes en París.

Europa ha dado este martes un primer paso, modesto económicamente, pero de fuerte significado político, para colocar a los seis millones de jóvenes desempleados del continente (dos millones de los cuales son españoles) en el centro de la agenda pública. Convocadas en París por el think tank del inversor y mecenas Nicolas Berggruen, las cuatro mayores economías de la zona euro se comprometieron a poner en marcha en unas semanas un “new deal por el empleo de los jóvenes”.

El plan, aún por perfilar, acelerará las inversiones y sugerirá las reformas necesarias para modernizar y unificar el mercado laboral europeo con el fin de incorporar a una generación indignada y casi perdida al ciclo productivo de la calidad y la innovación. Alemania, Francia, Italia y España dan así el primer paso para intentar restañar las profundas heridas sociales abiertas por el explosivo cóctel de recesión, austeridad, mala gestión, tecnocracia, afasia institucional y desunión que sufren los Veintisiete.

El debate Europa: las próximas etapas reunió en el anfiteatro del Instituto de Estudios Políticos, popularmente conocido como Sciences Po, al presidentes francés y jefe del Gobierno español y a los ministros de Economía y Trabajo de Berlín, París y Roma. Junto a ellos, 400 representantes de la sociedad europea: empresarios, líderes de opinión, políticos y expolíticos, expertos en comunicación y muchísimos estudiantes que siguieron con entusiasmo las discusiones.

François Hollande abrió la jornada reafirmando la intermitente fe europeísta de Francia, y su compromiso con el new deal [en eferencia al plan de inspiración keynesiana que puso en marcha el presidente de EE UU Franklin D. Roosevelt contra la Gran Depresión]. El mandatario francés confirmó que el plan se debatirá en la cumbre europea del 28 de junio y se presentará el 3 de julio en Berlín durante una cita de los ministros de Trabajo europeos presidida por la canciller alemana, Angela Merkel, y por él mismo.

Fuente: Eurostat.
Fuente: Eurostat.

Nicolas Berggruen, fundador del Instituto Berggruen y un inversor internacional con una destacada participación en PRISA, editora de EL PAÍS, había subrayado al presentar el debate la necesidad de “buscar nuevas ideas europeas para entrar en un ciclo nuevo que permita dejar atrás la fase de la austeridad”, y Hollande reiteró que hace falta dar a la zona euro un Gobierno económico estable, y propuso dotarlo de un presupuesto que saldría de impuestos como la tasa Tobin y se dedicaría a promocionar el empleo joven.

“Se trata de recuperar el crecimiento a medio y largo plazo”, dijo Hollande. “Pero estamos ante una emergencia y hay que actuar ya”. “La generación de la postcrisis nos va a pedir cuentas a los gobernantes de hoy. Nos van a recordar que nosotros tuvimos la esperanza de que una vez terminados nuestros estudios podríamos tener un trabajo, una vida exitosa. No podemos dejar a esta generación sin perspectivas porque si no los jóvenes sentirán solo rencor y desafección hacia Europa”.

El plan englobará en principio tres inyecciones de capital distintas, ya programadas por la UE pero que seguían bloqueadas por falta de voluntad política, por mera desidia burocrática o por no contravenir el fervor de la austeridad. Por un lado, la UE entregará 10.000 millones de euros al Banco Europeo de Inversiones (BEI), que permitirán a la entidad garantizar unos 60.000 millones de euros en préstamos para las pymes que contraten a jóvenes. Además, 16.000 millones de fondos de cohesión paralizados desde hace 18 meses serán destinados al empleo juvenil, la innovación y la educación. Según la Comisión, 55.000 pymes y 780.000 jóvenes recibirán ayudas.

Finalmente, un crédito europeo de 6.000 millones de euros será repartido hasta 2020 por el BEI entre los socios, en colaboración con el sector privado, para mejorar la capacitación de quienes busquen su primer trabajo: en el 25º aniversario del programa Erasmus, se quiere extender la idea a los no universitarios, sobre todo en el deprimido sur, donde las cifras de paro superan —y en algunos casos más que duplican— el 25%.

La mayor novedad, sin embargo, no es monetaria sino de método. Alemania incorporará al New Deal juvenil su sistema de aprendizaje vocacional mixto, que permite a los jóvenes recibir cursos públicos de formación en 340 oficios distintos mientras hacen prácticas en empresas privadas para ajustar la oferta del mercado laboral a la demanda.

La gran defensora de este programa es la ministra de Trabajo alemana, Ursula von der Leyen, que en París se ha revelado como un modelo de dinamismo y rigor. Madre de siete hijos, habla inglés y francés fluido, y suena ya como futura sucesora de Merkel. Aunque su tono es más suave, su empuje no parece menor que el de la canciller; oyéndola pareció que su afán es resolver el problema de paro del norte antes que el del sur. “Europa necesita personal cualificado. Ya tenemos los fondos y ahora debemos movilizar a las empresas y los Gobiernos. Queremos más movilidad”, dijo. “En Alemania, Austria y Holanda tenemos un millón de puestos de trabajo vacantes”.

La lista de intervinientes fue larga y lujosa. Mario Monti, ex primer ministro italiano; Jacques Delors, expresidente de la Comisión Europea, y Felipe González, entre muchos otros, recordaron la necesidad de seguir perfeccionando el maravilloso sueño europeo. Europa irrita, duele, a veces parece dormida y deshilachada. Pero, pese a todo —y en eso todos parecieron de acuerdo otra vez—, sigue siendo un fabuloso artefacto político y la única solución de largo plazo a los problemas de sus viejos y cansados Estados-nación.

Las claves del plan

Movilizar ya la partida de 6.000 millones de euros del presupuesto europeo ya destinada combatir el paro juvenil para los próximos siete años. Eso significa invertir 142 euros por persona para menores de 25 años.

16.000 millones de fondos estructurales, sin usar todavía desde hace 18 meses, para empleo juvenil, innovación y educación: 55.000 pymes y 780.000 jóvenes recibirán esas ayudas.

Erasmus para no universitarios. Se trata de trasladar este exitoso plan de intercambio —lleva 25 años funcionando— a los no universitarios para que puedan formarse en empresas de países de la UE distintos al suyo.

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