Obama se reúne con el presidente de la Cámara para tratar el abismo fiscal
Esta es la última semana en la que se celebrarán sesiones en el Congreso, por lo que se agota el tiempo para negociar entre demócratas y republicanos
Barack Obama ha recibido en la tarde de este jueves en la Casa Blanca al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner para tratar de dar un impulso a las negociaciones para evitar la entrada en vigor de lo que se ha llamado el abismo fiscal y que parecían haber entrado en un punto muerto a lo largo de esta semana. La reunión ha durado unos 50 minutos y, según el entorno de Boehner, se ha asistido a un “intercambio de ideas franco”.
El encuentro entre el presidente de Estados Unidos y Bohener es el segundo cara a cara que ambos mantienen tras la reunión del pasado domingo en la Casa Blanca y ha tenido lugar la víspera del viaje que el republicano tiene previsto realizar al Estado del que es representante, Ohio. El hecho de que el presidente de la Cámara decidiera tomarse un fin de semana tan largo se había considerado por los analistas políticos como una clara señal de que en no iba a haber mayores progresos en la negociación para evitar la entrada en vigor de recortes en el gasto público y de una subida generalizada de impuestos a partir del 1 de enero de 2013. Tras la reunión, un ayudante de Boehner ha asegurado que "las líneas de comunicación siguen abiertas".
Horas más tarde durante una entrevista que el presidente grabó para la televisión local de Minnesota de la cadena CBS, éste aseguró que detrás de la reticencia de Boehner a no ceder en un incremento impositivo a los más ricos subyacía una postura eminentemente política, antes que económica. "Creo que la idea de no subir impuestos se ha convertido en una especie de religión para los republicanos. Boehner representa a un partido muy beligerante y creo que no quiere que piensen que él se rinde a mi propuesta, porque eso lo debilitaría ante los suyos", afirmó Obama.
Boehner presentó a principio de semana un plan que se aferra a la necesidad de recortar el gasto y el presidente ha reiterado que no habrá acuerdo que no pase por una subida impositiva a las rentas más altas. A lo largo de este jueves en los pasillos del Congreso se barajaba la posibilidad de que el dirigente republicano autorizara a los suyos votar de manera separada la ampliación del recorte de impuestos para las clases medias antes de fin de año y las medidas tributarias para los ricos, pero Boehner ha sido categórico: “Lo que dice la ley es que el 1 de enero de 2013 entra en vigor una subida impositiva para todos los ciudadanos. Yo aspiro a llegar a un acuerdo con el presidente antes”.
El presidente mantiene su rechazo a cualquier propuesta que no incluya una subida de impuestos para el 2% de ciudadanos más ricos
La reunión entre ambos dirigentes se produjo un día después de que se conociera que tres de cada cuatro estadounidenses respaldan un acuerdo entre el Partido Republicano y la Casa Blanca que imponga una subida de impuestos a los ciudadanos con mayor nivel de ingresos, según un sondeo elaborado por el diario The Wall Street Journal. Los ciudadanos respaldan por tanto la principal exigencia del presidente Obama a la hora de firmar un posible un pacto con la oposición. Según la encuesta, un 61% de los votantes republicanos también respaldan esta condición.
Sin embargo, y en una muestra del difícil acuerdo al que deben llegar las dos partes, dos de cada tres ciudadanos también estarían dispuestos a recortar el presupuesto de programas públicos de salud para reducir así su contribución a la deuda nacional.
El Partido Republicano y la Casa Blanca, inmersos en las negociaciones para evitar los efectos del 'abismo fiscal', como se conoce al conjunto de recortes y subidas de impuestos previstos para el día 1 de enero, han reconocido en los últimos días las distancias que les separan. Si el líder demócrata del Senado, Harry Reid, admitió este martes que la llegada de un pacto antes de navidad es “difícil”, horas después era el portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, quien reconocía que las diferencias que les separan son “serias”.
“Hemos intercambiado algunas propuestas estos días y ayer el presidente y yo charlamos honestamente sobre la gran distancia que nos separa”, reconoció Boehner este martes en rueda de prensa. Los republicanos enviaron a la Casa Blanca este lunes una nueva oferta dentro de las conversaciones para evitar el ‘abismo fiscal’, como se conoce al conjunto de recortes presupuestarios y subidas de impuestos por un valor de 700.000 millones de dólares y que entrarían en vigor automáticamente a comienzos de 2013.
La Administración Obama, sin embargo, sigue rechazando cualquier propuesta que no incluya una subida de impuestos a los ciudadanos con mayor nivel de ingresos para contribuir así a un aumento de la recaudación en las arcas federales. La Casa Blanca ha ofrecido sin embargo reducir esa recaudación durante la próxima década a 1,4 billones de dólares -desde los 1,6 que reclamaba en un principio- pero no negociará ninguna propuesta que no acabe con los recortes de impuestos a los ricos que impuso el expresidente Bush. Los Republicanos, en otra muestra del bloqueo que afecta a las conversaciones, piden un máximo de 800.000 millones en recaudación.
El presidente Obama ha seguido estas semanas una estrategia muy similar a la de su campaña. Lejos de permanecer en Washington, Obama se ha desplazado a varias empresas de la costa Este, ha celebrado encuentros con ciudadanos de clase media y con propietarios de pequeñas y medianas empresas, los principales afectados en caso de desacuerdo. Este lunes, el presidente visitó la fábrica de automóviles Daimler Detroit Diesel, en Detroit (Michigan), donde anunció además un plan de inversión para expandir su capacidad productiva.
“América solo alcanza el éxito cuando la clase media está fortalecida, cuando todo el que trabaja duramente tiene una oportunidad de salir adelante”, dijo Obama en un discurso que bien podría haber pronunciado durante su campaña electoral. “Quiero un sistema de impuestos que compense a los empresarios y fabricantes como Detroit Diesel porque crean empleo. Ese es el país que necesitamos construir y la razón por la que estoy aquí con ustedes”.
El presidente aludió en varias ocasiones a la necesidad de recuperar el liderazgo en innovación, investigación y producción de tecnología para que el país salga reforzado de la crisis económica, pero también a las negociaciones que le han mantenido ocupado en Washington. “Quiero que reduzcamos nuestro déficit de una manera equilibrada y responsable”, dijo Obama, advirtiendo de las consecuencias que tendría una falta de acuerdo para trabajadores como los que le escuchaban esta tarde en Detroit.
“Quiero que pongamos a más ciudadanos a trabajar en la reconstrucción de nuestras carreteras, puentes y escuelas. Estoy aquí porque se trata de devolver a Estados Unidos algunas de las mejores tecnologías del mundo”, aseguró en referencia a la industria automovilística de Michigan. “Durante siete décadas en las que ha habido varias revoluciones tecnológicas que han enviado muchos puestos de trabajo al extranjero, ustedes han trabajado para que la producción continuara aquí”.
Obama y Boehner se reunieron este domingo por primera vez en tres semanas, en su segundo encuentro desde que comenzaran las conversaciones. Éstas giran en torno a dos puntos clave, los recortes de presupuesto para programas públicos y las tasas impositivas sobre los ciudadanos, necesarias para financiar las arcas federales. La subida de esos impuestos para aquellas personas con un salario superior a 250.000 dólares anuales fue uno de los argumentos centrales de la campaña de Obama y cuenta con el apoyo de la mayoría de los ciudadanos.
Los republicanos se han opuesto en las últimas semanas a aceptar esa condición y, según revela este lunes el diario The Washington Post, podría conceder a Obama una subida si el margen se sitúa en 375.000 dólares anuales. El presidente ha afirmado en varias ocasiones que rechazará cualquier propuesta que no incluya una subida de impuestos para el 2% de ciudadanos con mayor nivel de ingresos y que, si el Congreso acaba aprobando una ley sin esta condición, utilizará su poder de veto.
En cuanto a los recortes a los programas de salud como Medicare y Medicaid, que financian la atención médica de personas sin recursos y de la tercera edad, los demócratas están dispuestos a eliminar 350.000 millones de dólares de su presupuesto, pero Boehner quiere que esa cifra ascienda a 600.000 millones, según fuentes consultadas por el diario.
A falta de un pacto, el Congreso de Estados Unidos entra este lunes en la última semana en la que estará funcionando a pleno rendimiento, ya que el día 17 está programado el receso por vacaciones. El portavoz de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aseguró que podría retrasar esa fecha si es necesario, pero en cualquier caso los legisladores -que ya han intercambiado propuestas durante tres semanas- podrían agotar este viernes uno de los plazos clave para que el acuerdo salga adelante.
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