“Hay que liberar el potencial de los pobres”
El experto mundial en lucha contra la pobreza explica los Programas de Apoyo Rural de Pakistán, con los que ha ayudado a decenas de millones de personas
Llevar seis décadas ayudando a comunidades rurales de Pakistán a salir de la miseria y la economía de subsistencia da cierta autoridad. Por ejemplo, para comparar tu trabajo con el de Miguel Ángel: “Él creía que las esculturas estaban dentro del mármol y su trabajo consistía en quitar la parte que sobra. Yo veo el potencial en la gente. Con el enfoque adecuado, solo tienes que liberar ese potencial”. Ese es Shoaib Sultan Khan, quizá el mayor experto mundial en ayudar a los pobres a encontrar vías para salir de la pobreza por sí mismos.
El enfoque adecuado lo encontró Shoaib (Moradabad, India, 1933) hace ahora 30 años, cuando la Fundación Aga Khan (ya entonces una de las organizaciones no gubernamentales más importantes del mundo) le pidió que pusiera en marcha un programa de desarrollo rural en el norte de Pakistán. La Red de Programas de Apoyo Rural (RSPN, en sus siglas en inglés) empezó en tres remotos distritos montañosos del país asiático llamados Gilgit, Baltisan y Chitral. Se marcaron el objetivo de doblar la riqueza de sus habitantes en un periodo de 10 años. En 1992, el Banco Mundial certificó que lo habían logrado.
“En aquel momento, Pakistán era un lugar más tranquilo”, bromea Shoaib por teléfono desde su residencia de Londres, donde pasa la mitad del año. Tranquilo en cuanto al extremismo islámico, pero rodeado de todos los riesgos geopolíticos de la Guerra fría. “Este programa se inició en el norte, en las montañas, en una zona que tiene una concentración de comunidades ismailitas [rama del chiísmo]. A un lado estaba la Unión Soviética, al otro China y al otro Afganistán, en términos políticos era un área muy sensible”. Toda su experiencia la relató, pasados los 80 años, en el libro A journey through grassroots development, en 2009. Ese mismo año fue nominado al Premio Nobel de la Paz.
Intentando definir en una sola línea en qué consiste el trabajo de su organización, Shoaib asegura que “todo se basa en la presunción de que hay un enorme potencial en la gente y lo único que se necesita es liberar ese potencial”. Su enfoque es distinto de la cooperación al desarrollo estándar de los países occidentales. “La estrategia normal de los Gobiernos es preguntar cuáles son los problemas de la gente y luego intentar solucionarlos. Nosotros exigimos primero un compromiso antes de decidirnos a participar”.
Lo que ofrece RSPN no es una ayuda al desarrollo en sentido occidental. Ofrece un método, las herramientas económicas, en sentido intelectual y financiero, para que personas que nunca han conocido otra cosa que la subsistencia de la tierra sean capaces de emprender, ahorrar y tener ambición de una vida mejor. Cuando tuvo la oportunidad de hablar ante la Asamblea General de la ONU, en noviembre de 2007, tituló su discurso Erradicar la pobreza a través de la iniciativa empresarial.
"No fui allí [las aldeas del norte del Pakistán] con un paquete de ayuda preconcebido. No pregunté a los campesinos cuáles eran sus problemas o sus demandas". Simplemente, ofreció un modo de organizarse para salir adelante. "Los pobres del mundo rural nunca podrían superar sus limitaciones solos", asegura. Necesitan esa colaboración. "Los campesinos tienen el potencial de hacer cosas, pero para desarrollarlo tienen que organizarse. Individualmente, están inermes, pero juntos pueden ayudarse unos a otros y desatar ese potencial".
Lo primero que enseña RSPN en el mundo rural de Pakistán es a ahorrar. Es el primer paso de este microcapitalismo. "Generar capital a través de una disciplina de ahorro", en palabras de Shoaib. "El capital es poder y deseo de participar en el programa para mejorar sus habilidades y crear capital social". En definitiva, "sin dinero no puede ocurrir nada". Ese dinero parte, primero, de lo que sean capaces de ahorrar las comunidades rurales. Primero, compromiso. Después, ayuda financiera. Entonces, los objetivos. "Necesitas un catalizador desde fuera [la organización] en el que crea la gente. Nosotros los organizamos. Es una asociación para el desarrollo". Shoaib insiste en este concepto: son socios de los pobres, no benefactores. Asociación para el desarrollo, no ayuda. "En esa asociación, los pobres tienen que cumplir primero con sus obligaciones, antes de que comiencen las obligaciones del RSPN".
Dicho en tres pasos: "Organízate. Identifica quiénes de entre los tuyos pueden ser líderes competentes y honestos, empieza un programa de ahorro para generar tu propio capital y mejora las habilidades de los individuos".
De sus comienzos recuerda una aldea, Ahmadabad, aislada por un río de montaña. Para llegar a ella en 1983 “tuve que sentarme en una cesta que luego arrastraban para cruzar el río”. “Había 110 casas que no tenían comunicación, escuela, sanidad, agua potable para beber o electricidad”, recuerda. “La última vez que los visité, hace unos años, tenían todos los servicios imaginables, además de dos generadores hidráulicos y una caja de ahorros propia con millones de rupias”.
Desde que comenzaron en 1982, los Programas de Apoyo Rural han dado cobertura a 30 millones de personas, la mitad de ellos en India, donde se extendieron en los años noventa. En Pakistán, han implicado ya a 4,6 millones de hogares (unos 30 millones de personas) en 112 distritos del país. "Mucha gente atribuía el éxito del RSPN a razones religiosas, a lo remoto del área donde empezó, o a la cultura de las montañas, y dudaban de que pudiera ser replicado" en otros sitios. Para Shoaib, el éxito de estos programas en provincias como Andhra Pradesh, en India, "con población hindú y un estricto sistema de castas", no hace sino "demostrar la efectividad del concepto más allá de la zona, la religión, la etnia u otros factores".
Hoy, Pakistán es un país inestable, carcomido cada vez más por el integrismo religioso. "No hay duda de que la pobreza es el problema básico que causa muchas de las enfermedades del país", reflexiona Khan. "La salvación del país está en capacitar a la gente a través de un proceso de movilización social", como la asociación para el desarrollo que él propugna.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.