Obama se reúne con Cristina Fernández en medio de la polémica comercial
EE UU no intreviene en la crisis de YPF y da prioridad a una buena relación con Argentina
La Administración norteamericana ha preferido no inmiscuirse en el conflicto del Gobierno de Argentina con la empresa petrolera YPF-Repsol, y el asunto no fue oficialmente abordado en la reunión bilateral que Barack Obama sostuvo en Cartagena con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la cumbre de las Américas.
El consejero nacional de seguridad adjunto de la Casa Blanca, Ben Rhodes, declaró que confía en que los litigios comerciales que afronta Argentina sean convenientemente resueltos en los organismos internacionales que existen para ese fin, y no quiso precisar la postura de su Gobierno respecto al caso YPF.
“Tenemos diferencias ocasionales con Argentina pero no queremos que eso complique nuestra amplia cooperación en cuestiones económicas, de energía y de seguridad”, manifestó Rhodes.
Pese a la gravedad de este problema y al hecho de que también hay parte de capital norteamericano en YPF, EE UU parece dar prioridad a las relaciones con Argentina, un país que ocupa un papel fundamental en el equilibrio de fuerzas en el cono sur y en el conjunto de América Latina.
Dada la particular sensibilidad que rodea un caso en el que algunos gobiernos latinoamericanos creen ver una presión de carácter neocolonial por parte de España, la Administración norteamericana no quiere, con su intervención, dar más argumentos para que Argentina pueda presentarse como víctima de poderes extranjeros.
Como interpretan algunas fuentes en esta cumbre, Washington tiene que tener mucho cuidado para que, ahora que empieza a declinar la influencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, Fernández de Kirchner no trate de ocupar ese vacío.
La presidenta argentina promueve una política de corte populista que tiene algunas semejanzas con la del líder venezolano, con el que ha demostrado una gran amistad desde hace tiempo. Ante la ausencia de esta cumbre de los principales aliados de Chávez, los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Ecuador, Rafael Correa, Fernández de Kirchner ha tenido el papel principal como disidente de la línea mayoritaria. Su manifestación más clara de ese rol fue su decisión de abandonar la reunión antes de la clausura como protesta por la negativa de la cumbre a hacer pública una declaración de apoyo a la reivindicación argentina sobre las islas Malvinas.
Para EE UU, es importante mantener a Argentina, dentro de lo posible, en el que campo de los países amigos, como parte de su estrategia para contribuir a la creación de un continente políticamente estable y económicamente más poderoso.
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