Tres escenarios para Venezuela
Lo último que necesita América Latina es un regreso de juntas militares
La admisión del presidente venezolano Hugo Chávez de que tendrá que “repensar su agenda” tras haber sido diagnosticado con una nueva “lesión” que podría ser cancerosa plantea dudas sobre el futuro de su modelo narcisista-leninista tanto en Venezuela como en otros países latinoamericanos. Muchos de los que pensábamos que Chávez terminaría ganando las elecciones del 7 de octubre —gracias a una combinación del uso indiscriminado de fondos estatales para comprar votos, un casi monopolio de los medios de difusión y la intimidación de votantes opositores— deberemos repensar nuestros pronósticos. Chávez aún puede ganar, pero ya no es algo tan seguro.
De repente, Chávez parece vulnerable. Los analistas políticos venezolanos ya no debaten si Chávez estará en el poder “más allá del 2019” —tal como el mismo presidente afirmó en fecha tan reciente como el 18 de febrero—, sino si seguirá siendo presidente a fines de este año.
Hay tres grandes escenarios de lo que puede ocurrir en Venezuela durante los próximos meses:
Escenario 1: Nada cambia. Chávez reduce su ritmo de actividades, pero sigue en carrera para las elecciones presidenciales de octubre.
Chávez podría ganar si, además del uso casi irrestricto de los medios electrónicos y la intimidación de opositores, su gobierno se beneficia de una escalada de los precios del petróleo en caso de un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán. Eso le daría al gobierno venezolano aún más recursos para ganar votos.
Además, Chávez se podría beneficiar del “efecto lástima”, que podría hacer que muchos venezolanos sientan simpatía por él debido a su enfermedad y lo apoyen en las urnas, aunque por otro lado muchos venezolanos resienten el hecho de que el presidente y sus ministros hayan mentido al negar airadamente rumores sobre su enfermedad que resultaron ser ciertos.
Escenario 2: Chávez designa a un sucesor. Su salud se deteriora y el presidente venezolano designa a un sustituto para que compita en las elecciones de octubre, tal como lo hizo Fidel Castro en Cuba cuando anunció el 31 de julio del 2006 que se sometería a una operación y que cedía provisoriamente el poder a su hermano Raúl.
Cuba, cuya economía depende de los petrodólares de Chávez y es el país más interesado en mantener el status quo en Venezuela, será la primera en recomendarle a Chávez una sucesión como la de los hermanos Castro que mantenga vivo el Gobierno, en la que Chávez seguiría siendo el “padre de la revolución” pero detrás de bambalinas.
Pero sin la presencia constante de Chávez en los medios, su sucesor podría perder las elecciones de octubre. El Gobierno de Venezuela es notoriamente inepto y corrupto, y depende casi por completo de la popularidad personal de Chávez en algunos sectores de la población. Asimismo, el Gobierno se enfrenta a tendencias electorales que han mostrado un constante aumento de los votos de la oposición: los candidatos antichavistas obtuvieron el 52% de los votos en las elecciones legislativas del 2010, e inesperadamente conquistaron 3 millones de votos en las primarias de este mes.
Escenario 3: Una intervención militar, o “el escenario egipcio”. Chávez queda incapacitado o muere durante los próximos meses, y los militares venezolanos toman el poder con la excusa de impedir una ola de violencia.
Los generales de Chávez —algunos de los cuales, como el Ministro de Defensa, general Henry Rangel Silva, han sido acusados por Estados Unidos de estar involucrados en el narcotráfico, mientras que otros temen investigaciones por corrupción si la oposición llega al pode. Son los que más tendrían que perder si el régimen de Chávez se derrumba.
“Para evitar perder el poder, los militares y las fuerzas radicales podrían buscar una salida militar para suspender las elecciones, alegando un supuesto peligro de guerra civil”, me señaló el consultor político y encuestador Alfredo Keller desde Caracas. “Si Chávez desaparece, es muy posible un escenario egipcio”.
Mi opinión: Cualquiera de estos tres escenarios es posible, pero para preservar lo que queda de democracia en Venezuela, la comunidad internacional debería advertir ya mismo a los militares venezolanos que no aceptará un “escenario egipcio” en Venezuela.
Lo último que necesita Latinoamérica tras la erosión de las libertades democráticas en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros países es un regreso de las juntas militares. Los dos primeros escenarios —gane quien gane— serían preferibles al tercero.
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