Seis nombres para dibujar el futuro político argentino
El Partido Justicialista y la presidenta de la República tienen por delante el reto de evitar que la formación se resquebraje y preparar los comicios del año próximo
La inesperada muerte del líder político Néstor Kirchner, motor de la presidencia de la República y amo del Partido Justicialista, va a obligar a ajustar las piezas del mapa del poder en Argentina. Cristina Fernández tiene asegurado el sillón presidencial hasta octubre del año próximo, pero el peronismo navega sin rumbo y sin capitán, y es previsible que la principal oposición para su reelección venga de las filas justicialistas, liberadas del control del ex presidente fallecido. Aunque es cierto que Néstor Kirchner situó a su esposa en el poder sin la aprobación del partido, una vez desaparecido éste y tras los pulsos internos se determinará qué peso tendrá la formación en la designación del nuevo candidato presidencial. El futuro más cercano de la política argentina pasará inexorablemente por los siguientes nombres:
Daniel Scioli (Buenos Aires, 1957).- Scioli es una de las claras figuras emergentes. Durante su etapa de Gobierno fue el vicepresidente de Néstor Kirchner, quien le situó como gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires (que concentra casi la mitad de los electores del país) a las pocas horas de la salida de ambos del Gabinete en 2007. Conoce el partido y sabe desenvolverse en el Gobierno. Es amigo personal del matrimonio y previsiblemente será uno de los apoyos de Cristina Fernández en lo que resta de mandato. Tiene muchas posibilidades de suceder a su jefe ahora fallecido. Si finalmente tomara las riendas del judicialismo, Scioli tendría que saber lidiar con las dos corrientes en las que actualmente se divide la formación: los oficialistas, más conocidos como kirchneristas y los federales, muy críticos con el trabajo de los Kirchner. Sería la culminación de una carrera que comenzó en 1997 apadrinada por el entonces presidente Carlos Menem.
Eduardo Duhalde (Provincia de Buenos Aires, 1941).- Este experimentado político ocupó la Presidencia argentina entre 2002 y 2003, y es la principal figura del peronismo disidente. Tras su paso por la Casa Rosada decidió apoyar la candidatura de Néstor Kirchner, que entonces era prácticamente un desconocido. Su impulso fue determinante y la presidencia cayó en manos de Kirchner tras la renuncia de Menem a presentarse a una segunda vuelta, después de vencer en la primera ronda electoral. La cordialidad que presidió sus relaciones se rompió posteriormente y dejó paso a un indisimulado enfrentamiento. Kirchner acabó arrebatándole a Duhande el poder dentro del Partido Justicialista. Este curtido político argentino tiene un profundo conocimiento y gran influencia en el conurbano bonarense, determinante en cualquier elección. No ha ocultado en los últimos meses su deseo de concurrir a las presidenciales del año próximo. De hecho, Duhalde es uno de los promotores del Frente Común del peronismo disidente que el pasado mes de junio acordó unirse para presentar una alternativa a la candidatura de los Kirchner.
Hugo Moyano (La Plata, 1944).- Dirigente de la potente Confederación General del Trabajo (CGT) desde julio de 2004 y presidente del Partido Justicialista en la provincia de Buenos Aires, Moyano no ha ocultado nunca sus aspiraciones políticas. Si existía alguna duda de cuáles podrían ser sus intenciones tras la desaparición del ex presidente Krichner, la despejó ayer en una declaración pública en la sede del sindicato, en la que se ofreció como sostén de la gobernabilidad del país, mostrando su absoluto respaldo y compromiso con el mandato de Cristina Fernández: "Acompañamos (a Cristina) en el dolor y ratificamos nuestro acompañamiento absoluto hasta sus últimos días como presidenta e incluso si ella quiere proseguir", subrayó.
Francisco de Narváez (Bogotá, 1953).- Este político y empresario de la comunicación es el dirigente peronista más alejado del Partido Justicialista, ya que incluso ha concurrido a los comicios en las listas de la oposición y está en la esfera de Mauricio Macri, actual jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, líder del centroderechista PRO (Propuesta Republicana) y diputado nacional entre 2005 y 2007. Macri es la eterna promesa de la oposición. La muerte de Néstor Kirchner puede dar alas a esta asociación política entre De Narváez y Macri para intentar hacerse con la Presidencia de la República en 2011.
Gobierno argentino tiene el reto de recuperarse del revés político que ha supuesto la muerte de Kirchner. Cristina Fernández, sin ningún control del Partido Justicialista, se apoyará principalmente en su Gabinete, con Aníbal Fernández como mano derecha, y también en Daniel Scioli.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.