Armas bolivianas en las favelas
Narcotraficantes brasileños utilizan ametralladoras desviadas del Ejército del país andino
Armas del Ejército boliviano para narcotraficantes brasileños. Los delincuentes de diferentes favelas cariocas han conseguido ahora ametralladoras automáticas con capacidad para derribar un avión.
La policía ha encontrado en varias favelas de Río de Janeiro (Brasil) nueve ametralladoras del calibre 30 (7,92x 57mm) modelo Lehky Kulomet ZB, fabricadas en la antigua República de Checoslovaquia. Se trata de armas de guerra que, según las investigaciones de las policías de Río y de Brasilia, pertenecían al Ejército de Bolivia. Las armas llegaron desde el país andino a través de Paraguay y de allí hasta Río de Janeiro.
En un documento de los servicios secretos brasileños revelado ayer por el diario O Globo enviado a la Policía Federal y al Ejército se dice textualmente: "Es irrefutable la existencia de armas de fuego y municiones provenientes de Bolivia que operan en manos de criminales que actúan en el Estado de Río de Janeiro".
La policía de Río solicitó ayuda en las investigaciones a la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), al sector de Inteligencia del Comando del Ejército y a la División de Combate al Crimen Organizado de la Policía Federal. "Puedo decir que, en las manos de los narcotraficantes o de cualquier persona, esas ametralladoras son muy peligrosas, no sólo por su calibre, sino por ser automáticas y disparar ráfagas constantes", afirmó el comisario Carlos Oliveira, jefe de la División de Represión del Narcotráfico de la policía de Río.
La gravedad de estas armas de guerra en manos de los traficantes de drogas de las favelas aumenta, ya que, desde lo alto de estos barrios, los traficantes hacen imposible la llegada de la policía al lugar, pues una bala disparada por estas ametralladoras puede alcanzar un objetivo a 1.500 metros de distancia, con mayor precisión que los fusiles, y es capaz de disparar 500 tiros por minuto.
Las autoridades bolivianas en Brasil ya han sido informadas del hecho, y se estudia un acuerdo bilateral entre Brasil y Bolivia para impedir en el futuro el desvío de dichas armas del Ejército boliviano a los narcos de Río. Sólo de un cuartel de Bolivia se calcula que fueron desviadas para la capital de Brasil 40 ametralladoras Lehky Kulomet ZB. Otras armas del Ejército de Bolivia decomisadas en las favelas de Río son fusiles de calibre 7,62 fabricados por la empresa española Santa Bárbara. Las armas salieron de España en 1989 destinadas al Ministerio del Interior de Bolivia y formaban parte de un lote de 750 fusiles.
Las armas de Ejércitos incautadas en las favelas de Río de Janeiro no son sólo bolivianas. Desde la década de los noventa, han sido encontradas, por ejemplo, granadas FMK-2 y fusiles FAL procedentes de los cuarteles de Argentina que llegan a la capital brasileña también vía Paraguay. Una lista a la que hay que añadir fusiles de asalto estadounidenses, Rugger y AR-15, comprados en Miami y llegados asimismo desde Paraguay. La policía ha encontrado ya cientos de esos fusiles en las favelas. Por último, existen las armas del Ejército brasileño, robadas generalmente con la connivencia de soldados y policías militares en los cuarteles de Río, convertida en una de las ciudades más violentas de Brasil.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.