Siete agentes del servicio secreto español mueren en una emboscada al sur de Bagdad

Siete agentes del servicio secreto español (CNI) han muerto y otro ha resultado herido en una emboscada en la localidad de Suwaira, 30 kilómetros al sur de Bagdad, según ha confirmado esta tarde en rueda de prensa en Madrid el ministro de Defensa, Federico Trillo, que esta misma noche viajará a la capital iraquí, junto a Jorge Dezcallar, director del CNI, para acelerar la repatriación de los cadáveres.

Según la versión ofrecida por Trillo, el convoy estaba formado por dos vehículos civiles en los que viajaban ocho españoles. Sólo uno de los agentes "ha sobrevivido y se encuentra prácticamente ileso", según ha confirmado el ministro, que ha revelado que la identidad del herido: José Manuel Sanchez Riera. El resto de la expedición ha muerto en el ataque, "realizado con lanzagranadas RPG y con subfusiles kalashnikov".

"Los agentes españoles habían partido de Bagdad y cuatro de ellos retornaban a España para ser relevados, mientras los cuatro restantes iban a permanecer en la zona", ha explicado Trillo. El atentado se ha producido en la zona centro de Irak, el área geográfica que está bajo mando de EE UU, y, en el momento de ser sorprendidos por el ataque, los españoles estaban realizando labores de reconocimiento. Los siete cadáveres han sido rescastados por las fuerzas estadounidenses y han sido trasladados al tanatorio que se encuentra en el aeropuerto internacional de Bagdad, ha añadido el ministro, quien ha pedido respeto y solidaridad con los familiares de las víctimas y con el Centro Nacional de Inteligencia, organismo para el que trabajaban todos los asesinados.

Patadas y gritos a favor de Sadam

La escena con la que se han encontrado las fuerzas de la coalición cuando han llegado en auxilio de los agentes del CNI ha sido dantesca: coches calcinados y cuerpos ensagrentados tendidos en el asfalto. Un reportero de la cadena británica Sky News, David Bowden, que también ha llegado a la zona poco después del ataque, ha sido testigo de cómo una enfervorizada multitud daba patadas a los cadáveres de los españoles mientras profería gritos de apoyo al ex dictador Sadam Husein.

Desde el fin de la guerra, el pasado 1 de marzo, y hasta hoy, la cadena de ataques contra occidentales en Irak ha causado la muerte a nueve españoles. La primera, la del capitán de navío Manuel Martín-Oar, muerto en el ataque a la sede de la ONU en Bagdad el pasado agosto. La segunda, el asesinato del sargento primero del Ejército del Aire adscrito al Centro Nacional de Inteligencia José Antonio Bernal, muerto a balazos el 9 de octubre en la puerta de su casa en Bagdad tras un intento de secuestro. Hoy, ha sido el día más doloroso para el personal español en Irak, que ha perdido a siete de sus hombres.