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¿Por qué todavía no hemos visto a ningún protagonista oriental, negro o árabe en una serie española?

Las personas racializadas siguen siendo secundarios en la ficción nacional. ‘Hija del camino’, el primer proyecto con una protagonista negra, puede suponer el cambio que empiece a reflejar la realidad del país. Exploramos los motivos por los que todavía no hemos llegado a ese punto

Una escena de ‘Médico de familia’, una de las ficciones castizas y cien por cien blancas de la España de los noventa.
Una escena de ‘Médico de familia’, una de las ficciones castizas y cien por cien blancas de la España de los noventa.Globomedia

En la pasada ceremonia de los premios Feroz, la actriz y humorista guineana Asaari Bibang se marcó un monólogo sobre sus 20 años de experiencia en el oficio: “Yo no tengo representante, tengo madame, porque siempre hago de puta. Una vez propuse hacer el personaje con acento español y me dijeron que no era creíble”. Es gracioso porque es verdad, pero también triste porque es verdad. Este año hay varias películas sobre afroamericanos y estadounidenses de origen asiático nominadas a los Oscar. La serie más vista del mundo es Los Bridgerton (Netflix), que fantasea con un siglo XIX británico racialmente integrado. El nuevo Arsène Lupin, también de Netflix, es Omar Sy, hijo de senegaleses. Y la serie favorita de la crítica, Podría destruirte (HBO), la protagoniza Michaela Cohen, londinense originaria de Ghana.

Pero en España, un país en el que, según datos del INE, entre 2007 y 2017, uno de cada cinco nacimientos tenía un progenitor extranjero, sigue sin apostarse por protagonistas racializados. Como resume la actriz de origen ecuatoguineano Anahi Beholi: “Vas a un estreno y todo el reparto es blanco. Luego te metes en el metro y la diversidad es brutal”. ¿Dónde están las historias de esa España no blanca?

Parte de la explicación es política. A principios del milenio, el nuestro pasó de ser el país europeo con mayor aceptación de la inmigración a la zona baja de la tabla debido a la insistencia de algunos políticos en asociar inmigración con criminalidad. España siempre se ha imaginado blanca. “La actitud de los españoles hacia sus inmigrantes viene de su relación histórica con las colonias”, explica el actor y director ceutí Abdelatif Hwidar. “En el subconsciente colectivo español está la idea de que los africanos son seres inferiores. ¿Cómo se justifica que en los noventa hubiese una telecomedia producida con dinero público que incluyese un personaje al que todos llamaban moromielda?”, recuerda en referencia a la serie Makinavaja.

La cómica y actriz Asaari Bibang.
La cómica y actriz Asaari Bibang.Iago Cortón

Durante aquellos años y los siguientes, los inmigrantes aparecían en televisión en calidad de amenaza, chiste (el machupichu de Aída) o lección moral (cualquier inmigrante que apareciese en Farmacia de guardia, Médico de familia o Los Serrano), pero jamás eran los protagonistas de su propia historia. Cuando la serie de TV3 El cor de la ciutat incluyó un personaje árabe en 2000, lo interpretó el valenciano Nacho Fresneda. Un modelo cubano hizo de traficante magrebí en 2014 en El príncipe. Las personas racializadas irrumpen muy lentamente en la ficción nacional, pero hoy al menos las jóvenes españolas de origen árabe encuentran un referente en Mina El Hammani, la actriz que interpreta a Nadia en Élite. Está claro que la ficción puede ayudar a que los estereotipos cambien.

Los obstáculos siguen ahí. El actor marroquí Ben Zahra recuerda que una importante directora de casting le dijo que todos los extranjeros que ella conocía trabajaban en la construcción o el servicio doméstico. Cuando un estudiante de la ECAM seleccionó a la actriz taiwanesa Huichi Chiu como protagonista de su cortometraje de fin de curso, los profesores le indicaron que el público no iba a entender una china trabajando como limpiadora en una estación de tren. Pilar Pardo, representante de actores y cofundadora junto al actor Armando Buika de la asociación The Black View, que aglutina actores, actrices y artistas negros en España, señala que nada cambiará mientras las decisiones las tomen “aquellos que nunca han convivido con personas no blancas”.

Muy pocos están dispuestos a asumir la responsabilidad por lo poco diversas que son nuestras películas y series. “Creo que hemos naturalizado, para mal, que la ficción estándar aquí la protagonizan blancos y la diversidad racial solo entra cuando el personaje lo pide”, admite Dani de la Orden, que acaba de estrenar su última película, Loco por ella, en Netflix. “Yo tenía pensados a Álvaro Cervantes y Susana Abaitua y el resto lo dejé en manos de los responsables de casting”, aduce. Los directores de casting, a su vez, buscan actores blancos si no se les pide lo contrario. Cecilia Bayonas, por ejemplo, alega que los personajes vienen descritos de manera que, muy a menudo, queda implícito que son blancos: “Y, ante la duda, pregunto al director”.

La estudiosa y aplicada Nadia de 'Élite', interpretada por Mina El-Hammani.
La estudiosa y aplicada Nadia de 'Élite', interpretada por Mina El-Hammani.

Montse García, de Atresmedia, asegura que en su cadena “no se presta atención a la raza de los personajes, sino a los personajes en sí”. Las cosas son algo distintas en TVE. En Servir y proteger aparece un policía negro y antes hubo una policía colombiana. Y el cura guineano de Cuéntame convive con todo el mundo. “Nosotros, como ente público, tenemos esa responsabilidad y la estamos asumiendo poco a poco”, explica el director de ficción de la cadena pública, Fernando López Puig. ¿Por qué va la cosa tan despacio? “Queremos que nuestras series sean aceptadas por la audiencia y, para eso, recurrimos a caras conocidas. Y entonces caemos en las convenciones caucásicas. Sería importante que surgiese una estrella racializada, porque las series en prime time necesitan caras populares para funcionar. Con las audiencias en abierto hay que ir a lo seguro”. También reconoce, eso sí, que la pública no depende de la audiencia para funcionar.

Según Domingo Corral, director de producción de Movistar+ (que ha contado historias como La unidad o Skam), las caras conocidas solo son un reclamo los primeros diez minutos. Las series más exitosas de la última década (Juego de tronos, Stranger Things, Breaking Bad) no tenían grandes estrellas en su reparto. Lo mismo podría decirse de triunfos locales como Élite, La casa de papel o Veneno. Telecinco Cinema está preparando películas mucho más diversas “en todos los sentidos del término”, según explica su consejero delegado, Ghislain Barrois, quien admite que, a menudo, se tiende a imaginar, por defecto, a todos los personajes varones, blancos y de unos 40 años.

Telecinco produjo la película más nominada de los Goya, Adú, protagonizada por un niño negro, Moustapha Oumarou. En la ceremonia hubo dos actores de origen africano nominados: Matías Janick por Historias lamentables y el ganador, Adam Nourou, compañero de reparto de Oumarou en Adú. El guineano Janick fue el único niño negro en su colegio de Alcobendas: “En el instituto, ya había más. Por eso productores y guionistas no incluyen a personajes racializados, porque no los ven a su alrededor”, señala. Jaume Benacolocha, CEO de la productora Diagonal TV-Banijay, considera que “a los españoles nos sigue costando identificarnos con un protagonista de una etnia distinta a la blanca”. Según el productor, la serie Skam sí refleja que los chavales de ahora no distinguen entre razas porque todos han nacido en el mismo lugar.

El actor Adam Nourou retratado para ICON.
El actor Adam Nourou retratado para ICON. Raphaël Chatelain

El salto generacional es palpable: la diversidad racial es mucho mayor en las series sobre adolescentes. Gracias a Élite, Mina el Hammani es ahora la cara más famosa de El internado: Las cumbres (Amazon). Lo único que tiene de árabe su personaje es que lo interpreta ella. Mina es lo más parecido a una estrella racializada que ha habido en España hasta el momento. “Tengo todas mis esperanzas puestas en ella, porque si triunfa abrirá muchas puertas”, indica Abdelatif Hwidar, quien interpretó a su padre en Élite. “Si lo peta un actor árabe, el resto vendrán detrás”.

“Llevamos muy poco tiempo siendo una España multicultural”, analiza el guionista Carlos Montero, creador de personajes racializados en la ficción como Jan, de Física o química, o Nadia y Omar, de Élite. “Esto empezará a cuajar cuando la segunda generación de inmigrantes, bilingüe e inmersa en las dos culturas, empiece a crear sus propias ficciones y haga oír su propia voz”. Tal y como resume la directora de casting Ana Lambarri, “los guionistas, al fin y al cabo, escriben sobre lo que conocen”.

La actriz y creadora Beatriz Mbula asegura que ha notado mucho interés en su trabajo “desde que se reactivó el movimiento Black Lives Matter”. Aunque teme que este interés sea “una moda”, ella va a aprovecharlo. ¿Presionan los estadounidenses para que Netflix España se ponga al día con la diversidad? Verónica Fernández, su directora de contenido, señala que no hace falta, que eso va en la cultura de la marca. Hoy se ha anunciado la adaptación de la novela Hija del camino, de Lucía Asué Mbomío, que será la primera ficción española con protagonista racializado. Jiajie Yu ha sido seleccionado por el programa Residencias, de la Academia de Cine, para desarrollar su guión Tres edades en el tiempo, historia de tres generaciones de mujeres chinas en España. Una de sus referencias es The Farewell (2019), película estadounidense por la que Awkwafina se convirtió en la primera intérprete asiática en ganar un Globo de Oro. “En España”, dice Yu, “sigue siendo raro encontrar gente china que se dedique al audiovisual”.

Abdelatif Hwidar ganó un Goya en 2008 por su cortometraje Salvador y en 2018 estuvo preseleccionado para los Oscar con Manspreading. “Voy encontrando mi voz. Ahora, el IVC [Institut Valencià de Cultura] ha concedido una ayuda de desarrollo a un guion mío”. ¿De qué trata? “Es una comedia sobre los actores árabes en España. En clave de humor, sin victimismo”. Beatriz Mbula también tiene en marcha un proyecto derivado de su webserie, Asunto casting. “Está basado en mi experiencia como actriz afro en España, en una sucesión de castings estereotipados y sin profundidad”. Cada uno, al fin y al cabo, escribe sobre la realidad que conoce.

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