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Un beso de premio, dos ‘zascas’ a Vox y cuando Sigourney conoció a Bisbal: los Goya, en las redes

La gran gala del cine español se desarrolló en Valladolid, pero su reverso tenebroso, ese en el que todo el mundo opina, tuvo lugar en miles de teclados y pantallas

Javier Calvo y Javier Ambrossi sentados. Cecilia Roth, Antonia San Juan, Marisa Paredes, Penélope Cruz y Pedro Almodóvar, de pie.
Javier Calvo y Javier Ambrossi sentados. Cecilia Roth, Antonia San Juan, Marisa Paredes, Penélope Cruz y Pedro Almodóvar, de pie.JAVIER SORIANO (AFP via Getty Images)
Guillermo Alonso

Los Goya eran trending topic casi dos horas antes de que comenzase la gala a las 22.04, principalmente gracias a tres asuntos. Primero, los atuendos de la alfombra roja, siempre prestos a que la gente haga en X, antes Twitter, eso para lo que nació: opinar. Segundo, los críticos con el evento. Por ejemplo, los voceros de la ultraderecha que mandan a los actores a buscar “un trabajo de verdad”. O los defensores de las protestas de los agricultores, que en plenas manifestaciones por todo el país piden que los actores reivindiquen lo suyo en vez de pedir más “subvenciones para sus bodrios” (sic). Por último, en tercer lugar, algo mucho más luminoso: los cientos de miles de fans de Enzo Vogrincic, protagonista de La sociedad de la nieve, nuevo ídolo oficial del cine español del año y que le dejaron claro que no necesitaba un Goya: “Ya has ganado el premio a dueño de mi corazón”. En el vídeo que una fan grabó a Enzo (“¡Enzo en traje, chicas!”) suenan esos gritos de admiración que son tan puros y desafinados como la propia idolatría juvenil.

Pero si hay un primer meme de la noche es una estampa a la que no le hizo falta ni memificarse, porque ya era un meme consciente y buscado: la directora argentina Carla Pereira, nominada a mejor cortometraje de animación por Metamorphosis, con un maquillaje que recuerda a una mezcla entre Avatar y la fantasía TikTok y un bebé monstruito (de mentira) en sus brazos. Aunque para reacción viral, la que provoca un propio viral: Nebulossa, el grupo que tras ganar el Benidorm Fest gracias a Zorra ha convertido tres minutos de synthpop en un debate nacional. Los mirones apostados frente al Palacio de Congresos de Valladolid, claro, les gritaron “zorra”. Con cariño.

La alfombra roja dejó también una estampa muy comentada en redes: Salvador Sobral, héroe nacional portugués, ganador de Eurovisión en 2017 por la bellísima Amar pelos dois, siendo… borde.

Y a José Coronado, para algunos convertido definitivamente en la silueta del Goya que acabaría llevándose.

Esos pijamas de Javier Calvo y Javier Ambrossi que se convertían en trajes después de un tirón de Ana Belén, que dio comienzo a la gala, fueron comparados con muchas cosas en las redes sociales. Entre las más amables, el traje de Chanel (también obra de Palomo) que la llevó al tercer puesto de Eurovisión en 2022.

Cuando hay una celebridad internacional entre el público, como esta noche ocurrió con Sigourney Weaver (premio Goya Internacional) los ojos del público la buscan con especial curiosidad (y las cámaras de RTVE la enfocan con especial cariño). Y esta es la cara que puso ante Bisbal, que no puede faltar en un listado de reacciones en redes, dado que es uno de los tesoros españoles de la fábrica del meme (no dijo “máquinas”, una pena).

A la hora de comienzo de la gala y cuando La sociedad de la nieve ya había arrasado en solo 45 minutos, en las redes se apresuraban a buscar los mejores microvídeos que reflejasen ese (permítasenos el chiste) alud de premios. Este fue el más aplaudido:

Otras tuiteras venían, como diría Yolanda Díaz (presente en la gala), con datos.

Y si no hay un meme con Belén Esteban, este artículo no funciona (por cierto, una frase de Belén que es ya un meme en sí mismo, formó parte del guion de la gala, aquella en la que la princesa del pueblo afirmaba que su currículum era “el cariño de toda esta gente”).

Y otros, más sentimentales, solo tenían ojos para la emoción de J. A. Bayona ante cada premiado de su película (o sea, ante casi todas las personas que subían al escenario).

Desde dentro de la propia gala, los juegos de palabras con La sociedad de la nieve también dieron de sí para lanzar dardos a la organización, como este de la jefa de Cultura de la SER.

La salida de José Sacristán al escenario, para entregar el Goya de honor a Juan Mariné, pone de manifiesto la velocidad del sentir en las redes sociales. Si su defensa de la obra de Carlos Vermut (acusado por tres mujeres de violencia sexual) fue cuestionada a su paso por la alfombra roja, en cuanto sale al escenario y da un emocionante discurso, casi todos los mensajes en X aplauden sus 86 (increíbles) años y su voz, una de las más reconocibles y ricas del cine (y la televisión) en España. Y, además, su respuesta (en X se llama zasca) a los comentarios de Juan García-Gallardo, vicepresidente de Castilla y León, sobre el cine español (”Quieren vivir de producir obras cinematográficas que no ve nadie”). Se refirió a él como “algún indocumentado”. Hora y media después, Almodóvar no sería tan diplomático.

La altura de los micrófonos fue fuente de chanzas durante toda la gala, empezando por el gigante Javier Botet, pero en ningún momento tan notable como cuando J. A. Bayona entregó el Goya Internacional a la altísima Sigourney Weaver.

El discurso de Sigourney Weaver fue bellísimo. Que los subtítulos en español, de un discurso que ella entregó previamente a realización, se adelantasen a sus palabras, no tanto.

Pero no restó importancia a lo más bienvenido en redes: que Weaver se acordase de la mujer que le ha dado voz a todas sus películas, desde Alien (1979), en español: María Luisa Solá. A los pocos minutos, Solá era trending topic. Eso sí que es un homenaje.

¿Y Los Javis? Los presentadores de la gala fueron héroes de la noche para algunos, especialmente por sus discursos a favor de la industria del cine español o por el entusiasmo que mostraron durante toda la gala en una ceremonia que, a menudo, se come a sus presentadores.

Otros no estaban tan contentos.

¿Y Ana Belén? Es imposible decir cosas malas de Ana Belén, incluso en Twitter, donde es posible decir cosas malas de cualquiera.

“Volved masivamente a las salas, que es donde las películas se ven como Dios manda”, ruega Fernando Méndez-Leite durante su discurso (laaaargo) como presidente de la Academia. El creador de una de las grandes plataformas del cine español no parece creer en el mismo dios.

Hablando de creer: el in memoriam suele ser el momento más emocionante de la gala, este año elevada por una bella versión de Procuro olvidarte de Salvador Sobral y Sílvia Pérez Cruz. Algunos se apresuraron a echar de menos algunos nombres en cuanto terminó.

Pocas sorpresas cuando Bayona (que se pasó toda la noche siendo trending topic) recogió el Goya a mejor dirección. Para algunos, sí que fue una sorpresa (bienvenida, agradable y necesaria) ese beso a su novio antes de subir al escenario.

Antes de entregarse el Goya a mejor película a La sociedad de la nieve, Almodóvar convierte el zasca de Méndez-Leite en rezasca para Juan García-Gallardo: “El dinero que los cineastas recibimos como anticipo lo devolvemos con creces al Estado, además de crear miles de puestos de trabajo”.

Y esa fue la gala en tuits. Tal vez lo resumió todo a la perfección La Dani, nominado a mejor actor revelación por Te estoy amando locamente, en un tuit escrito 14 horas antes de que todo esto sucediese:

Y de regalo, por haber llegado hasta aquí, este gif que dejó Pedro J. García. Para que lo use usted cuando lo necesite.

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Sobre la firma

Guillermo Alonso
Editor web de ICON. Ha trabajado en Vanity Fair y Telecinco. Ha publicado las novelas ‘Vivan los hombres cabales’ y ‘Muestras privadas de afecto’, el libro de relatos ‘La lengua entre los dientes’ y el ensayo ‘Michael Jackson. Música de luz, vida de sombras’. Su podcast ‘Arsénico Caviar’ ganó el Ondas Global del Podcast 2023 a mejor conversacional.

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