Bb Trickz: “En bachillerato fumaba mucho, estaba resentida con el mundo. Luego vi que la vida era divertida”
La enigmática última estrella de la música urbana en España fascina a C. Tangana, irrita a Yung Beef, es la sensación de TikTok y, como única certeza, resulta tan esquiva como se presenta
Hay misterios con el peligro de volverse obsesivos. ¿Quién es Bb Trickz? Esta pregunta desató, entre febrero y mayo de este año, una curiosidad tan exuberante, tan poco convencional, que en algunos causó rechazo hacia esta ignota cantante de música urbana. Tanto se especuló sobre su nombre real (Belize Kazi), su edad (23 años) y su lugar de nacimiento (Barcelona), que uno no sabe si fiarse cuando ella misma lo confirma. “Yo nunca he querido esconder nada”, se defiende. “Como mucho al principio no quería decir mi edad porque me hacía gracia que la gente pensara que soy una niña. Pero luego [a finales del pasado abril] hicimos un vídeo con las velas de cumpleaños y ya se acabó el juego”.
Kazi es persona de muchos paisajes, liga con el antro más sórdido de París y con el sofá aterciopelado del Hotel Palace donde tiene lugar la entrevista. Tiene la piel limpísima: dice que ha fumado porros, y será verdad, pero en sus ojos no hay rastro de decadencia. Viene con su manager y mejor amigo, Lucas [no revela su apellido], quien hace unos meses le animó a que grabara alguna canción. “Pero en vez de simplemente ponernos a hacer música por ser artístico y bohemio, pensamos en cómo podríamos tener repercusión”, explica Lucas. Su presencia en la conversación compensa la naturaleza hermética de Belize Kazi. “Siempre ha sido una persona que está en su mundo. Te llama y aparece. No es una persona con la que puedas quedar. Ella elige quedar contigo”.
Una amiga de la entonces aspirante a rapera le propuso una fórmula de distribución entonces casi inédita en España: publicar la canción por fragmentos de 20 segundos en TikTok. “A mí no me convencía, pero salió bien. TikTok es una plataforma donde a la gente le gusta ver lo que te gusta a ti, o lo que se te da bien”, reflexiona Kazi. El 10 de febrero subió su primer tema: 18 segundos de grabación en formato selfi de Bambi, que después publicaría íntegramente. Repitió el mismo modelo varias veces, cambiando de escenario y a menudo acompañada de amigas. En pocos días los vídeos se hicieron virales. Se crearon memes con ellos. Las letras de sus temas –barras desconcertantes, provocadoras y políticamente incorrectas– desataron amplio debate. ¿Quién era la niña que cantaba cosas como: “No era squirt, era pis”, o “Si quieres una perra fiel búscate una fea”?
“Era una chica que andaba siempre sola por el Raval, siempre con sus cascos puestos. Ya era una especie de leyenda antes de hacer música, todo el mundo la conocía, todo el mundo sabía quién era. Desde los más tirados hasta los artistas. Siempre ha sido solitaria y al mismo tiempo un personaje público”, defiende Lucas. Belize es hija de madre canadiense, de quien saca su perfecto inglés, y de padre catalán, un DJ y productor que le ponía vinilos antes de ir a dormir y la llevaba con él a pasar la tarde en el estudio. En el colegio le costó encajar con las demás. “Me hicieron bullying. Después, en bachillerato, no quería joder con nadie. Los profesores me caían mal, hacía pellas y yo les caía mal a ellos. Nunca entregaba las cosas, fumaba mucho. Estaba un poco resentida con el mundo. Luego crecí y vi que la vida era divertida. Ahora me parece divertido el mundo”.
En aquellos años se cuajó su indiferencia hacia lo que piensen los demás y, con ella, su talante provocador. “En Instagram con lo de contestar preguntas era un poco polarizante. Mucha gente de toda la vida me ha tenido tirria. Siempre he sido un poco controversial [en inglés]”. En pleno frenesí detectivesco, personajes anónimos de X, antes Twitter, rescataron dos apariciones de la joven Belize en un anuncio de Nesquik y en portadas de libro de texto de Santillana. “Sinceramente no sé ni cómo los encontraron. Me hace gracia porque la gente piensa que he sacado los contactos de esos trabajos que hice de pequeña. Era por diversión, porque se lo pedí a mi madre”.
Siempre ha querido ser artista. “Además de la música también me interesa el mundo de la moda, y me gustaría escribir o dirigir películas. En lo único que no me veo es actuando, tendría que ser un reality o algo”. De su película favorita, Kill Bill (2004), y de la protagonista, una mujer en busca de venganza llamada Beatrix, sacó la inspiración para su nombre artístico. “Mi madre la puso un cumpleaños. Mis amigas lloraron y yo la quería seguir viendo”.
Gran parte de su música y su personaje surgió de manera improvisada. “Nunca escribo lo que canto. Pongo el beat y digo lo primero que se me viene a la cabeza”. Resulta complicado categorizarla dentro de un género específico. Se ha comparado su estilo con el de la rapera estadounidense Ice Spice, una de las reinas del drill, género en boga, que también canta muchos de sus temas off-beat (fuera de ritmo).
“Yo diría que hago rap, en un sentido más tradicional. En España faltaba una chica que rapease de verdad, alguien que quisiera ser la mala”. Para ella, el secreto de la viralidad de sus letras radica en cantar sin restricciones, sin querer agradar a todo el mundo. “Cuando empecé a hacer música me preocupaba mucho lo que diría mi ex o mi madre, y con el tiempo me solté más. Me gusta causar un poco de confusión, e incluso que haya gente a la que no le guste”.
El 15 de abril lanzó Missionsuicida, su primer tema completo, de minuto y medio de duración. En el vídeo, se la ve acompañada de su grupo de amigas, vestidas como si salieran del colegio. Poco después, se supo que Virgin Music Group, la discográfica filial de Universal, había cerrado un trato con la prometedora rapera. “Después de publicar el primer TikTok la escribieron todas las compañías. Las citamos a todas el mismo día y les pusimos unas condiciones muy claras, y difíciles de conseguir en ese momento. Pensamos: quien consiga lo que queremos será mago, y nosotros solo jodemos con los magos”, recuerda Lucas.
Al día siguiente del lanzamiento, Los Xavales, unos influencers de música urbana, afirmaron con rotundidad que con Bb Trickz había nacido una estrella. C. Tangana rompió un silencio de meses en redes sociales para compartir una de las frases de la joven: “Voy a la playa enseñando las tetas porque soy europea”. Rosalía y Bizarrap la empezaron a seguir en Instagram y Karol G además compartió unos segundos de Missionsuicida en su cuenta.
Bb Trickz, que nueve días después sacó Trickstar, su primer y único EP, también logró captar la atención de Yung Beef, uno de los pioneros del trap en España, a quien mencionó en uno de sus temas: “Te follaste a Yung Beef, ahora tienes sida”. En respuesta, Beef lanzó BB TRICKZ IS FOR KIDS, una canción en la que ponía en duda su autenticidad y la acusaba de falta de “calle”. “Yo intento ser lo más original, real y fiel a mí misma. Soy muy meticulosa, y suelo pensar mucho lo que hago antes de hacerlo. Justamente la música es el espacio en el que lo que hago o lo que digo sale de dentro, y soy capaz de enseñar mis colores. Había gente que decía que porque fuese vestida de niña del cole o de pija ya estaba mintiendo. La gente se lo toma todo muy en serio. Intento hacer las cosas con algo de comedia y de ligereza”, responde Kazi.
Después de haber firmado un contrato con una multinacional con solo un par de vídeos de TikTok en su discografía, su primer concierto fue ante miles de personas. Ocurrió a principios de julio, en el Rolling Loud, uno de los festivales de hip hop más importantes del mundo, celebrado en Portugal, en el que cantaron estrellas del rap norteamericano como Travis Scott, Gucci Mane o Playboi Carti. “Lo hicimos un poco como quisimos, que la gente se quedase un poco impactada al ver a 40 personas subidas en el escenario, sin saber quién es esta niña. Era un teaser [adelanto] de lo que puede venir”.
Ha pasado un verano intenso, en el que ha comprobado cómo el dinero y la fama cambian a las personas, y también a quienes les rodean. “Cuando uno coge fama la cara de mucha gente cambia”, lamenta. Vive en constante movimiento entre París, Mallorca y Madrid, donde planea establecerse. Su siguiente paso es terminar de cumplir sus compromisos contractuales, por lo que es probable que en poco tiempo podamos volver a disfrutar de su música. Ahora busca el equilibrio entre su entretenimiento favorito, sumergirse en su mundo con sus cascos puestos, y la vida de una estrella de la música: “A veces me agobia un poco estar con mucha gente. Pero últimamente me gusta ir a sitios a los que normalmente no iría, muy pijos o muy macarras”.
—¿Y dónde iría normalmente?
—No iría a ningún sitio.
Realización: Paty Abrahamsson. Maquillaje y peluquería: Adrián Rux (Cool Producciones). Asistente de realización: Jorge Ariza. Asistente de iluminación: Marcos Jiménez.
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