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Los “extraños rituales” de Travis Scott: por qué los egipcios no quieren que un artista negro actúe delante de sus Pirámides

El rapero estadounidense presenta el 28 de julio su nuevo disco, ‘Utopia, en una de las siete maravillas del mundo, con una parte de la comunidad egipcia en su contra

El cantante Travis Scott actúa en el Festival Astroworld, en Houston (Texas), en 2021. Foto: ERIKA GOLDRING (WIREIMAGE) | Vídeo: EPV

Durante los últimos días el rapero Travis Scott (Houston, Texas, 32 años) ha visto peligrar el concierto que tiene programado frente a las Pirámides de Giza el próximo 28 de julio, uno de los más esperados de este año. Se debe a los “extraños rituales” que supuestamente realiza en sus actuaciones en vivo y que “alteran los valores sociales y las costumbres egipcias y árabes”. Los organizadores del evento han desmentido los rumores de cancelación y han asegurado que el concierto se desarrollará tal y como se había programado. Este incidente ha reavivado las antiguas acusaciones de satanismo contra Scott y ha evidenciado el malestar del público egipcio por el uso recurrente de símbolos del antiguo Egipto por parte de artistas afroamericanos.

Travis Scott, llamado en realidad Jacques Berman Webster II, es uno de los cantantes más escuchados del mundo. Ha colaborado con varios artistas prominentes en la industria como Drake, Kanye West o Rosalía, y es padre de dos hijos con la modelo Kylie Jenner, la más pequeña del clan Kardashian. Coincidiendo con el concierto, presentará su nuevo álbum, Utopia, el primero en cinco años. Scott no ha dejado de avivar las expectativas en torno a este trabajo. Acaba de sacar K-Pop, un primer adelanto con Bad Bunny y The Weeknd, y antes había realizado acciones como pintar un grafiti con el nombre del disco en Tarragona, que ha llevado a algunos a especular sobre un nuevo trabajo conjunto con la autora de Motomami. Es un álbum especialmente significativo porque también es el primero desde el trágico incidente en el festival Astroworld 2021, cuando 10 personas perdieron la vida uno de sus conciertos.

El incidente ocurrió en el festival Astroworld de Houston, en 2021, organizado por el propio cantante. Una estampida desencadenada al comienzo de su actuación derivó en la muerte de diez jóvenes y dejó aproximadamente 300 heridos. Scott tenía fama de incitar el caos durante sus actuaciones, y además circularon vídeos en los que varios asistentes pedían al rapero que parara el concierto cuando ya se habían producido varias muertes. Kylie Jenner, presente en la actuación, aclaró que no tenían conocimiento de la gravedad de la situación durante el evento. A pesar de ello, se interpusieron más de 500 demandas legales contra Scott y la organización del festival. El mes pasado, el gran jurado del condado de Harris decidió no presentar cargos penales contra Scott ni contra el promotor de conciertos, después de meses de investigaciones policiales.

Astroworld Festival
Entrada del Festival Astroworld, que algunas teorías conspirativas han comparado con una figura pintada por El Bosco.Rick Kern (Getty Images)

Inmediatamente después de la tragedia de Astroworld surgieron numerosas teorías de conspiración. Algunas, sin ningún tipo de fundamento, sugerían que el incidente fue el resultado premeditado de un “sacrificio de sangre”, planeado por el autor de Sicko Mode. Estas teorías se propagaron rápidamente a través de las redes sociales, especialmente en TikTok, donde ciertos clips alcanzaron decenas de millones de reproducciones antes de ser censurados por la plataforma. Las especulaciones se basaban en aspectos como el diseño del escenario, que una publicación viral en la red social china interpretó como una cruz invertida que conducía a un portal al infierno. Otro punto señalado era la puerta de entrada a Astroworld, con la forma de la boca de Travis Scott, muy parecida a una figura representada en el Tríptico del Jardín de las Delicias del pintor holandés Jheronimus Bosch (el Bosco).

Extraños rituales

El pasado martes, el Sindicato Musical de Egipto suspendió la licencia para el concierto de Travis Scott. Según el comunicado reproducido por medios locales, la organización “se opone a cualquier alteración de los valores sociales y costumbres egipcias y árabes”. Además, hacen referencia a “investigaciones e información documentada” sobre los “extraños rituales” que Scott supuestamente realiza en sus conciertos. Esta decisión ha causado divisiones en Egipto, con personalidades públicas como el cantante Ahmed Saad y el empresario Naguib Sawiris manifestando su desacuerdo. Pocas horas después, Live Nation desmintió la cancelación del evento.

Días antes de este anuncio, un medio egipcio informaba de una campaña en redes sociales que reclamaba la cancelación del concierto del rapero estadounidense. Hay muchos egipcios que se sienten molestos o incómodos con la apropiación cultural de sus símbolos por parte de cantantes africanos u otros artistas de ascendencia africana. Beyoncé y Rihanna, por ejemplo, se vistieron como Nefertiti para una actuación en Coachella y una portada de Vogue Arabia, respectivamente. El videoclip de Michael Jackson, Remember the Time, se ambienta en una corte del antiguo Egipto. Kanye West llevó un colgante del dios egipcio Horus en los premios BET de 2011, similar al mostrado en el videoclip de su canción Power. La cantante Janelle Monáe asistió a los Globos de Oro vestida como Nefertiti. El rapero Nas publicó un álbum titulado I Am, cuya portada fusiona su rostro con el de Tutankamón. Nina Simone incorporó la estética egipcia en su estilo para su álbum Fodder on My Wings, que presenta la silueta de Nefertiti.

Coachella
La cantante Beyoncé vestida de Nefertiti en el Festival de Coachella 2018, en Indio, California.Larry Busacca (Getty Images for Coachella)

Los cantantes y artistas afrodescendientes empezaron a utilizar elementos de la iconografía egipcia para reivindicar la relevancia de la historia y cultura africanas. El movimiento afrocentrista, al promover la idea de que la historia y cultura de África han sido elementos fundamentales en la construcción de la civilización humana, busca fortalecer la identidad de las comunidades afrodescendientes a nivel global. Esta postura surge en respuesta al eurocentrismo y a otras formas de dominación cultural que han relegado y minimizado la contribución de las culturas africanas y afrodescendientes en la historia mundial. En el caso particular del antiguo Egipto, el afrocentrismo sostiene que dicha civilización tenía fuertes raíces africanas y que los antiguos egipcios mantenían lazos culturales con otras sociedades africanas. Algunos pensadores de esta corriente incluso sugieren que algunas de las grandes figuras del Antiguo Egipto eran de raza negra.

La mayoría de los egipcios se identifican con una herencia árabe o mediterránea, debido a la influencia cultural árabe en la región y al predominio de esta lengua como idioma oficial. De ahí que tiendan a rechazar la idea de una posible ascendencia africana de la antigua civilización egipcia. Esto ha generado controversias recientes cuando artistas afroamericanos han utilizado iconografía egipcia. El Museo Nacional de Antigüedades en Leiden, Holanda, recibió críticas por organizar una exposición titulada Kemet, Egipto en hip-hop, jazz, soul & funk. Esta muestra evidenciaba la influencia del antiguo Egipto en la música de la diáspora africana, incluyendo imágenes de artistas negros representando a gobernantes del antiguo Egipto. El Servicio de Antigüedades de Egipto criticó la exposición por su enfoque afrocentrista y la tildó de apropiación cultural. Como resultado, el museo se vio impedido para continuar con sus excavaciones en la necrópolis de Saqqara, cerca de El Cairo. Este conflicto se suma a otros similares, como la elección de la actriz negra Adele James para interpretar a la reina Cleopatra en un docudrama de Netflix.

Existen más casos en la historia de la música donde han surgido tensiones culturales debido al uso de elementos simbólicos de otras culturas. Por ejemplo, en 1966, John Lennon afirmó en una entrevista que The Beatles eran “más populares que Jesús”. Esta declaración provocó una reacción fuerte, especialmente en Estados Unidos y otros países con población cristiana mayoritaria. Surgieron protestas y en algunos lugares se quemaron discos de The Beatles en público. Varias estaciones de radio también decidieron boicotear su música durante cierto periodo. Los comentarios de Lennon incluso llevaron a la cancelación de algunos conciertos de la banda. Travis Scott, que en ningún momento se ha pronunciado sobre esta polémica, tendrá la oportunidad de actuar frente a las pirámides de Giza. Allí, millones de fans en todo el mundo le verán hacer esos “extraños rituales” que le han convertido en un verdadero faraón de nuestros tiempos.

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