Patricia Urquiola, sobre la vida, el diseño y los retos futuros: “No hay que caer en la trampa de nuestras propias limitaciones”
La diseñadora arquitectónica, como ella misma se define, es la creadora española con mayor proyección internacional y comparte con el diseñador británico Peter Saville los últimos Premios Madrid Design Festival Awards en la quinta edición de Madrid Design Festival
Al abordar su premiada trayectoria –llena de exitosas colaboraciones con firmas como Moroso, Driade, Flos, GAN, Andreu World, Glass Italia, Budri, Kettal, Kvadrat, Haworth, BMW, Boeing, Louis Vuitton, Missoni, Mandarin Oriental Hotels, Four Seasons o Marriott– Patricia Urquiola (Oviedo, 1961) cita a Alberto Zontone, su pareja en la profesión y en la vida, para explicar que el suyo es un trabajo en equipo. Desde hace años reside en Milán, la ciudad donde fundó su estudio en 2001. Desde allí capitanea una actividad multidisciplinar por naturaleza, que experimenta con los materiales y también con las ideas. Lectora apasionada de botánica y filosofía científica, Urquiola cita al crítico y comisario de arte suizo Hans Ulrich Obrist, que afirma que todos somos una caja de herramientas para los demás. “Yo soy eso”, explica la diseñadora.
Para esta creadora de alma atlántica, también por autodefinición, recibir el Madrid Design Festival Award en reconocimiento a toda su trayectoria y hacerlo en este momento, después de la reflexión inducida por la pandemia, es crucial. “La situación nos ha enfrentado a dos años de profundas reflexiones. Siento que estoy recomenzando y recibir un premio en estos momentos es muy importante”, dijo en la ceremonia de entrega el pasado 16 de febrero.
Patricia Urquiola atiende a ICON Design en una suite del madrileño Four Seasons, vestida con sudadera blanca, cómodos pantalones berenjena y deportivas, quizás como reflejo de su idea de que “no hay que caer en la trampa de nuestras propias limitaciones”, aplicable a la forma de vestir, pensar y diseñar. Reflexiona de forma recurrente sobre la pandemia y el confinamiento, y explica cómo esta situación nos ha enfrentado a lo inesperado: “Estamos viviendo como sociedad un momento sintomático. Hemos hecho cosas que no habíamos hecho en cinco años y la sociedad ha tenido que aprender a convivir”.
Menciona el que, para ella, es uno de los grandes retos de la sociedad: el calentamiento global. “Es preciso encontrar soluciones, pero somos unos neófitos en esta situación y tenemos mucho que replantear”. Cabe citar también su interés por “crear algo que genere otra cosa”, una idea que aprendió de su proyecto para la jarra H2O Bilbao: “Un diseño potente al servicio de una buena causa”. La diseñó en 2014 para el ayuntamiento de Bilbao con el objetivo de financiar la construcción de pozos de agua potable en Etiopía. Ahora acaba de repetir este concepto para la escuela Istituto Castelli de la Real Fábrica de Capodimonte, en la que Urquiola ha ideado una edición limitada de piezas de arte en cerámica. Las presentó en la feria EDIT Nápoles 2021, dentro del proyecto MADE IN EDIT, y formaron parte de una subasta solidaria, en colaboración con Christie’s, para subvencionar la restauración del jardín educativo del colegio.
Desde 2015, también es directora artística de Cassina, forma parte del consejo asesor del Politécnico de Milán y del Museo de la Triennale, y ha sido profesora de la Academia Domus de Milán y en las universidades de Harvard, Michigan, Israel e instituciones como la Alvar Aalto Academy de Finlandia. Los trabajos de su estudio se exponen en grandes museos del mundo como el MoMA de Nueva York, el Museo de Artes Decorativas de París, la Triennale, el Museo Vitra de Diseño de Basilea, el Victoria & Albert de Londres, o el Museo de Diseño de Barcelona.
Tanto desde el diseño de producto como a través de la concepción de espacios y soluciones, la obra de Patricia Urquiola parte de una concepción de su oficio como propio de “una persona que analiza y ayuda a cambiar el punto de vista y a materializar soluciones”. Porque el diseño no solo es un modo de hacer lo que ella llama tools for living. “No son meros objetos, sino extensiones de nuestro cuerpo que, en realidad, son la prolongación de nuestra mente”, argumenta. “Los objetos son prótesis de nuestro cuerpo, y el teléfono es una prótesis mental. El teléfono es el objeto más sincero de mi vida”. En este sentido, recuerda el último capítulo de la monográfica, comisariada por Ana Domínguez Siemens en 2020 en MDF y titulada Nature Morte Vivante donde aparecían cinco minutos en la vida de su teléfono.
Urquiola comenta que tardó en comenzar a dar forma a su propia identidad como diseñadora porque se sentía cómoda trabajando con grandes maestros como Achille Castiglioni, Vico Magistretti o Piero Lissoni. “No tenía necesidad de crear un espacio propio, surgió de forma natural. Así llevo con Alberto Zontone 20 años en los que hemos creado una comunidad que es muy transparente”. El estudio de Patricia Urquiola se encuentra en el mismo edificio que su vivienda. Allí recibe a clientes porque considera que “es muy positivo que los clientes vengan y absorban lo que se respira”. En este trabajo, asegura, es importante crear relaciones empáticas. “El factor humano es clave en el proceso creativo”, concluye.
La diseñadora aboga por una actitud comprometida con la sostenibilidad e indica que la revisión que está llevando a cabo en Cassina –firma para la que acaba de renovar por otros cinco años– está siendo profunda. La española tiene un gran interés por conseguir circularidad en los productos. En 2021 diseñó Architexture, una colección de mesas minimalistas para Budri con el mármol como protagonista, la grifería Lìmon que edita Agape, las alfombras Venus Power para CC-Tapis, la mesa Taula de Salvatori o la colección de mobiliario Lunam de Kartell.
Ideada para la firma valenciana Andreu World y expuesta en la Expo de Dubái 2020, la butaca Nuez Lounge BIO se basa en una carcasa de termopolímero 100% degradable y compostable que está compuesta por piezas fácilmente separables entre sí. Urquiola afirma que reciclar sin más no es suficiente. “Hay que dar un plus de valor y encontrar una nueva belleza que sea más atractiva que comercial. Muchas veces consiste en simplificar. Lo hemos visto durante la pandemia: todos hemos reevaluado la casa desde su interior, faltaban plantas, animales y la gente se ha planteado la casa de otra forma”, señala.
En cuanto al futuro, la diseñadora reflexiona acerca de los materiales y piensa que en la actualidad estamos frente a materiales híbridos, que vivimos una situación de transición y que al igual que de un día para otro no todos los coches van a a ser eléctricos, en diseño de producto hay que huir de decisiones drásticas y hacer ese cambio de forma paulatina. “Hay que ser inteligentes para hacer esa transición hacia la producción circular”, concluye.
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