Crema de calabaza con naranja y azafrán
Ábrete a una nueva dimensión asando la calabaza antes de triturarla, y remata la jugada con ralladura de naranja y una pizca de azafrán. Aviso: esta crema engancha.
Juro por Ruperta que ésta es la última crema de calabaza que publicamos... esta temporada. Nuestro cremadecalabacismo se tendrá que dar un obligado descanso cuando entremos en los meses calurosos del año y toque entregarse a otras hortalizas más sandungueras, pero nunca remitirá del todo porque este plato no sólo reconforta, sino que permite múltiples variantes que impiden cansarte de él.
Las bases de la crema de calabaza clásica ya las sentamos en un capítulo anterior, así que lo de hoy entra más en el terreno de la fantasía. El punto de partida es un hecho bastante difícil de rebatir: la calabaza asada está mejor que cocida, porque carameliza ligeramente y concentra más su sabor. En consecuencia, una crema de calabaza previamente horneada también tiene que estar más sabrosa. Entonces, ¿por qué no la hacemos siempre así? Hay motivos: tienes que encender el horno, manchar una bandeja, se tarda un poco más... pero cuando pruebas el resultado te das cuenta que ese pequeño curro extra vale la pena.
Además, siempre puedes aprovechar al máximo el esfuerzo -y el gasto de energía- asando una cantidad importante de calabaza, y congelando parte para usarla más adelante. El proceso posterior al asado es tan simple -poco más que cocerla en caldo cinco minutos y triturar- que, si tienes mandanga congelada, podrás preparar una fantástica crema exprés cualquiera de esas noches que llegas a casa tarde y no te apetece hacer ni el huevo para cenar.
La receta de hoy está adaptada de un libro maravilloso que recomiendo a todos los que sepáis algo de inglés: Simple, de Yotam Ottolenghi. Este cocinero israelí afincado en Londres, del que sólo hemos hablado unas 784 veces en El Comidista, suele ser criticado por proponer platos con miles de ingredientes, y en su último recetario ha querido sacudirse esa fama apostando por lo sencillo. Pero como a mí a básica no me gana nadie, he simplificado aún más su crema de calabaza. Si eres un ser de luz y de perfección, haz como él y tuesta y pela las pepitas de la propia calabaza que compres; si lo tuyo es la holganza, como es mi caso, píllalas peladas y a correr.
También he incluido una pequeña dosis de boniato inexistente en el original para dar más textura, cambiado su crème fraîche por yogur de oveja y alargado un poco el tiempo de cocción. Por lo demás, el mérito de esta crema armoniosa que une tres ingredientes nacidos para amarse como la calabaza, la naranja y el azafrán, es todo suyo.
Dificultad: Para personas profundamente estúpidas.
Ingredientes
Para 4-6 personas
- 900 g de calabaza
- 250 g de boniato (en su defecto, patata o más calabaza)
- 2 cebollas
- 1 naranja
- 4-6 hilos de azafrán
- 150 g de yogur de oveja (en su defecto, normal de vaca)
- 1 litro de caldo de verduras
- 1 manojo de cilantro o perejil
- 4 cucharaditas de pipas de calabaza peladas
- 1/2 cucharadita de chile en polvo
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra recién molida
Instrucciones
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