Lasaña de calabaza, gorgonzola y frutos secos
Ha llegado la tamporada de ponerse como la moñoño de calabaza, la cucurbitácea más famosa de las que se hacen y deshacen. Esta vez la arropamos con pasta, bechamel, bien de queso y a gratinar: gochez y satisfacción aseguradas.
La llegada del otoño invita a encender el horno y regalarse con recetas de esas que huelen a hogar, a amor de abuela y a queso tostadito. Con el descenso de temperaturas apetecen comidas más contundentes y cambiamos el "yo hoy no voy a comer, si eso solo un gazpachito" por un hambre de estibador portuario y la necesidad imperiosa de meternos más calorías en el cuerpo. Para cumplir todos esos requisitos –sin dejar de ser una receta de temporada y con alto contenido en verdurichis– llega a vuestras mesas la lasaña vegetariana definitiva.
Aunque ahora podemos encontrar calabazas en el mercado todo el año, es en otoño cuando éstas cucurbitáceas nos ofrecen mejor sabor y más variedad. Aunque manipularlas tiene su aquello si las compras enteras –a pesar de tener un cuchillo cebollero supersónico, raro es el día en el que haciéndolo no termino con una bonita ampolla en la base del índice– es fácil encontrarlas ya troceadas, listas para dejar su sabor en asados, purés o cremas sin que medie dolor.
Darle un toquecito a la bechamel con queso, especias o hierbas –si son leñosas, infundiéndolas en la leche y retirándolas después– es un truco bastante resultón para jugar cuando haces croquetas, gratinados o pasta rellenas como ésta. Es una buena manera de repartir sabor por cada una de las lujuriosas capas (aunque para mí no hay ninguna como la de arriba, la del parmesano cronchi-cronchi). Los frutos secos son amigos tanto de la calabaza –el sabor tostado de la avellana y el dulce de la pasa realzan su sabor– como de los lácteos, así que su presencia en esta lasaña es un éxito de todas todas.
Como el relleno es muy blandito ésta lasaña lleva un poco menos de bechamel que algunas de sus primas carnacas: la calabaza hecha con ésta técnica tiernísima y conserva todo su sabor porque no pasa por agua. Añadiéndole unas legumbres cocidas a ese mismo relleno (con los mismos frutos secos o cambiándolos por algo de panceta a la pimienta o un pescado ahumado en trozos muy pequeños, pero sin pasta ni bechamel) puedes conseguir una versión igual de otoñal pero bastante menos gocha de la lasaña.
Nivel de dificultad
Se tarda un ratito, pero podría hacerla hasta Ruperta.
Ingredientes
Para 4-6 personas
- Un paquete de placas para lasaña (20 placas)
- 1,2 kg de calabaza violín sin piel ni semillas
- 1 puerro
- 1 cebolla
- 75 gr de avellanas tostadas
- 60 gr de pasas de corinto
- 75 gr de queso gorgonzola
- 80 gr de queso parmesano o pecorino
- Una rama de tomillo
- 800 ml de leche entera
- 40 g de harina
- 40 g de mantequilla
- Aceite de oliva virgen extra
- Nuez moscada
- Sal
- Pimienta
Instrucciones
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