Cardo con almendras para Navidad
Si no quieres ponerte ciego a proteína de origen animal estas fiestas, aquí tienes una receta sencilla pero muy sabrosa que se sirve con algunas variaciones en distintos puntos de la geografía española.
El cardo con almendras es un plato navideño en muchas regiones españolas, incluida Madrid. Aunque yo, siendo madrileña, no me había enterado hasta hace poco. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Sus apariciones en la gastronomía invernal se deben a que el cardo es una hortaliza de invierno, pero no solo a eso: aunque creamos que pegarse festines pantagruélicos es connatural con la Navidad, como contaba Ana Vega (Biscayenne) hace un tiempo en este mismo portal, la Iglesia proclamó en tiempos pretéritos el día 25 -la Navidad-, fiesta de solemnidad con vigilia de ayuno y abstinencia. Es decir, que el día 24 de diciembre no solo se prescribía comer solamente verduras, huevos o pescado, sino además hacerlo con frugalidad (igualito que ahora).
Este precepto de ayuno y abstinencia en Nochebuena perduró hasta el año 1966, marcando la gastronomía navideña de manera parecida a como se hizo con la cocina de Cuaresma. De ahí procede el uso de comer pescado, marisco y platos sencillos de hortalizas como el cardo, la lombarda o la berza. El cardo comestible, pariente de la alcachofa, tiene unos tallos o pencas que recuerdan a las de las acelgas, recubiertas de una piel espinosa y fibrosa que hay que pelar previamente. Estas pencas se trocean y se cuecen, y se acompañan por una rica salsa espesada con un poco de harina y almendra majada.
Si no encuentras cardo fresco -que se vende en esta época en según qué regiones- puedes usar su versión en conserva e incluso congelada, ambos limpios, troceados y listos para usar (y con excelentes resultados si la conserva es buena y el congelado respeta la cadena de frío). Así que te has quedado sin excusa para no probar esta sencillísima fórmula navideña que se prepara en un pispás y aligerará considerablemente tu conciencia en los ágapes navideños. Así luego tienes más margen para ponerte ciego a polvorones. Que te veo venir.
Como buen plato antiguo y popular, el cardo de Navidad tiene tantas variantes como casas, pero suele llevar poco más que el cardo cocido, con la compañía de un sofrito de ajo, las almendras majadas (o sin majar) y un poco de harina para espesar la salsa, que se suele hacer con el propio jugo del cardo. Vamos allá.
Dificultad: Ninguna, salvo encontrar el propio ingrediente principal: el cardo.
Ingredientes
Para 3 o 4 personas
- 500 g de cardo limpio (fresco, congelado o en conserva)
- El zumo de un limón (si se usa cardo fresco)
- Aceite de oliva virgen extra
- 2 dientes de ajo
- Un puñado de almendras crudas
- 1 cucharada de harina
- 30 g de jamón serrano picadito
- Perejil
- Sal al gusto
- Picatostes (opcional)
Instrucciones
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