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Morcilla de verano

La falsa morcilla sin carne es un aperitivo murciano para los meses de calor sin nada que envidiar a su prima cerdícola. Con un buen pan y algo rico para beber, ¿quién necesita la versión de invierno?

Morcilla sin pizca de carne.
Morcilla sin pizca de carne.MÒNICA ESCUDERO

Confieso que la primera vez que oí hablar de la morcilla de verano me vino a la cabeza una morcilla en bikini tomándose un daiquiri al lado de una piscina, y me pareció una imagen bastante divertida. Pero la realidad, un plato típico de Murcia, sencillísimo y tan bueno que podrías fundirte dos barras de pan untando sin darte ni cuenta, consiguió superar a la ficción.

Se trata de un picadillo de berenjena y cebolla en proporciones bastante parecidas, aderezado con sal, pimienta y el orégano que caracteriza las morcillas de la zona. Los piñones le dan un rico sabor tostado y una textura muy agradable al mordisco, consiguiendo un plato con un sabor muy profundo y sorprendente.

Diría que la receta que probé -en un bar al que fui a parar de casualidad y cuyo nombre no recuerdo- lleva bastante más aceite que la que proponemos hoy, y nada de vino blanco (y mi digestión lo notó). Las que he encontrado en internet están divididas: algunas llevan y otras no, pero a mí me gusta más con, porque te ahorras aceitazo y le da un fondo de sabor interesante.

No hace falta mucho más que el pan que comentábamos antes -y una copa de tinto o una cerveza, ya puestos- para disfrutar de este aperitivo. Pero si te sobra puedes darle un montón de buenos usos: en bocadillo con queso fundido es una maravilla, con arroz o quinoa y un huevo a la plancha, delicioso, y también puede servir para acompañar pasta, como guarnición para una crema de verduras o de relleno para unos champiñones. Más versátil, imposible.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 3 berenjenas medianas
  • 2 cebollas grandes
  • 80 g de piñones
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 100 ml de vino blanco
  • Sal
  • Pimienta
  • Orégano

Instrucciones

1.
Tostar los piñones a fuego medio en una sartén sin aceite, vigilando para que no se quemen.
2.
Pelar la cebolla, cortarla en dados y dorarla en la misma sartén con un fondo de aceite.
3.
Pelar las berenjenas y cortarlas en dados pequeños, añadirlas a la sartén a fuego medio cuando la cebolla empiece a dorarse. Remover de vez en cuando durante cinco minutos.
4.
Añadir el vino, los piñones, orégano al gusto, sal y pimienta. Cocinar unos 15 minutos más, o hasta que esté todo bien pochado: si queda muy seca, se puede poner un poco de agua. Servir con pan o regañás.

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