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Matbucha: ensalada cocida de tomate y hortalizas

¿Es una ensalada? ¿Una salsa? ¿Un avión? La matbucha cruza el Estrecho, y va directa a tu plato para llenar los últimos días del verano de color y de sabor a pisto exótico.

Aquí hay tomate (y más cosas)
Aquí hay tomate (y más cosas)ANA VEGA 'BISCAYENNE'

La matbucha (o matbuja, matbuha y matbukha) es una ensalada típica del norte de África e Israel. Tú pensabas que con tener cuscús, hummus y baba ganush controlados ya tenías quesito de Trivial, pero no: la gastronomía de la orilla sur del Mediterráneo es infinita y muestra de ello es esta original ensalada-pasta-salsa, parecida a un pisto pasado por un filtro especiado y que lo mismo sirve para un roto que para un descosido.

Especialmente popular en Marruecos, la matbucha forma parte de la tradición culinaria tanto de musulmanes como de judíos sefardíes. Estos últimos la llevaron consigo a Israel y la siguen llamando en ladino “ensalada kocha” debido a que maṭbūkhah en árabe quiere decir “cocinado” o “cocido”. Habitual entre el repertorio del meze levantino, la matbucha se sirve como entremés, con pan de pita o jalá, o como acompañamiento de pescados y carnes. También funciona como base para improvisar una shakshuka con huevos, y sobre todo, para untar y no parar.

Básicamente se trata de un sofrito de tomates, pimientos y ajo, reducido hasta eliminar casi por completo el líquido. Ayudada por un poco de aceite de oliva, la verdura se vuelve melosa y dulce en la sartén, y tan sólo necesita un empujoncito de especias y picante para completar la función y teletransportarte ipso facto a Tánger.

¿Está buena? Buenísima. ¿Es fácil? Mucho, aunque requiere de supervisión para que no se agarre. Una vez hecha, se puede conservar en la nevera hasta cinco días en un recipiente hermético o congelarse en porciones para alegrar unos huevos fritos con patatas. Lo importante es usar buenos ingredientes: tomates maduros que suelten líquido rápidamente —para no eternizarnos— y pimiento morrón asado en casa o de bote.

Dificultad: Nasti de plasti.

Ingredientes

Para unos 400 g

  • 750 g de tomates de pera maduros
  • 250 g de pimiento morrón asado y pelado
  • 3 dientes de ajo picados muy finos
  • 5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1/2 cucharadita de comino en grano
  • 1/2 cucharadita de cilantro en polvo
  • 1/2 cucharadita de pimentón (dulce o picante, al gusto)
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • 1 cucharada de vinagre

Instrucciones

1.
Pelar los tomates (haciendo un corte en la base y blanqueándolos un minuto en agua hirviendo o con un pelador serrado) y cortarlos en trozos menudos.
2.
Calentar en una sartén grande 4 cucharadas soperas de aceite de oliva. Sofreír el ajo picado en la sartén hasta que coja un muy leve color dorado.
3.
Añadir el tomate troceado, revolver y dejar reducir al menos 10 minutos a fuego medio, revolviendo de vez en cuando.
4.
Cuando el tomate haya soltado todo el líquido y éste se haya reducido a la mitad, agregar la carne de pimiento asado, picada y sin piel.
5.
Cocinar todo junto 5 minutos, bajar el fuego al mínimo y dejar que reduzca hasta obtener una pasta sin agua (vigilar removiendo constantemente para que no se pegue a la sartén). Poner el comino y el cilantro. Salpimentar al gusto y revolver.
6.
Disolver el pimentón en una cucharada de aceite de oliva, agregarlo a la sartén y dejar que se sofría todo un par de minutos más.
7.
Dejar que la matbucha atempere y añadir el vinagre. Remover bien y guardar en un recipiente hermético hasta el momento de servir.

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