Pollo al ajo cabañil, la magia de un majado de ajo y vinagre
De origen humilde y popular, este plato murciano se prepara con muy pocos ingredientes y casi con los ojos cerrados


Lo del ajo cabañil es una cosa riquísima que se ha cocinado de forma tradicional en Murcia, pero que propongo a quien me lea que pruebe a incorporarlo en su cocina por su propio bien, sea o no murciano. Es una pena que un plato tan rico, sencillo y económico no se esté haciendo en todas las casas que tengan patatas, ajos, aceite y vinagre en la despensa. Es decir, en todas las de este país.
No tiene mucho misterio: se le llama ajo cabañil a la pasta de ajos machacados en mortero junto a unas cucharadas de vinagre, agua y sal. Lo habitual es que se añada a patatas o carne, resultando de ahí las patatas, el conejo o, como en esta versión, el pollo al ajo cabañil. El origen humilde y popular de esta receta honra sus ingredientes, escasos y básicos. La elaboración nos dice que este plato se ha preparado en zonas rurales, en el campo y en una única olla.
Para elaborarlo se fríen primero las patatas, luego la carne en el mismo aceite y, finalmente, se añade la pasta de ajos y vinagre. El ajo no debe cocinarse del todo, así que se añade justo al final de la cocción. El resultado es fuerte, pero no demasiado gracias a la acción del vinagre, que neutraliza mucho la potencia del bulbo.
Dificultad: Baja, bajísima
Ingredientes
Para 4 personas
- 3 patatas grandes (unos 800 gramos)
- 1 kg de pollo (pueden ser todo contramuslos o un mix de partes del pollo)
- 1 cabeza de ajos (o más)
- Unos 125 mililitros de vinagre de manzana o de vino blanco (o al gusto)
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
- Perejil (opcional)
Instrucciones
Pelar y cortar las patatas en rodajas.
En una cazuela amplia poner medio dedo de aceite y freír las patatas hasta que queden muy doradas. Retirar y salar.
Bajar el fuego y, en el mismo aceite, freír el pollo previamente salado hasta conseguir un dorado uniforme. Algunas piezas más grandes pueden tardar más en cocinarse hasta el centro. Si se empiezan a dorar en exceso, bajar un poco más el fuego y dejarlas más rato.
En un mortero machacar los dientes de ajo junto con media cucharadita de sal hasta obtener una pasta sin grumos. Incorporar el vinagre poco a poco y finalmente unas tres cucharadas de agua.
Cuando el pollo esté hecho, devolver las patatas a la cazuela e incorporar el ajo cabañil. En este punto se puede retirar el aceite sobrante de la cazuela si lo hay.
Cocinar cinco minutos removiendo bien para que la mezcla se integre y apagar el fuego sin retirar la cazuela para que se termine de cocinar con el calor residual.
Dejar reposar cinco minutos más y servir.
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