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Focaccia sin amasado

Esta pan esponjoso y alveolado nacido en Italia no requiere tener buenos bíceps: el tiempo y la nevera hacen todo el esfuerzo por ti

Dan ganas de usarla de almohada
Dan ganas de usarla de almohadaMiriam García Martínez
Miriam García

La focaccia es un pan plano delicioso, esponjoso y alveolado, que triunfa por donde va. Más fácil de preparar de lo que cualquier lego en panificación pudiera pensar, te presentamos un método sencillísimo para hacer focaccia sin amasado, basado en una receta de la famosa youtuber Esbieta, de su libro Los secretos del pan casero. Empleamos con esta masa dos herramientas al alcance de cualquiera: el tiempo y el frío de la nevera.

Prepárate a triunfar entre propios y ajenos con una focaccia de impresión sin necesidad de ser un maestro del amasado ni tener ningún tipo de robot ni amasadora. Eso sí, este tipo de pan precisa de una temperatura muy alta en el horno; organízate y asa otras cosas después para toda la semana el día que te pongas a ello.

Tiempo: 1530 minutos

Dificultad: Tener paciencia con los tiempos y delicadeza con la masa

Ingredientes

Para 1 focaccia

  • 470 g de harina de fuerza
  • 380 g de agua
  • 3 g de levadura de panadero liofilizada (9 g de levadura fresca)
  • 9 g de sal
  • 20 g de aceite de oliva
  • Aceite de oliva adicional para pintar la focaccia
  • Orégano seco al gusto
  • Sal en escamas

Instrucciones

1.

Mezclar a mano la harina de fuerza con el agua, la levadura, la sal y el aceite de oliva hasta obtener una masa más o menos homogénea. Tapar y dejar reposar 20 minutos.

2.

Si tienes un táper grande cuadrado o rectangular, pasar la masa a él, facilita los pliegues  que se le harán a la masa.

3.

Humedecerse las manos y levantar un lateral de la masa; plegarlo sobre ella. Levantar el lateral opuesto de la masa con las manos mojadas y plegarlo otra vez sobre la masa; junto con el pliegue anterior es como si plegáramos el papel de un sobre o hiciéramos un tríptico. Tapar de nuevo y reposar otros 20 minutos.

4.

Repetir este ciclo de pliegue y reposo por lo menos otras cuatro o cinco veces; se apreciará que la masa va cogiendo cuerpo y liga. En todo momento hay que tratar la masa con delicadeza, sin estirones ni apretones muy bruscos ni maltrato.

5.

En este punto, tapar el recipiente y meter la masa en la nevera por lo menos 24 horas.

6.

Forrar una bandeja de horno con papel y pintarlo generosamente con aceite de oliva.

7.

Sacar la masa de la nevera, que debe estar fermentada y con burbujas; temblará como un flan al sacudir el recipiente.

8.

Con mucho cuidado, volcar la masa sobre el papel de horno dejando que caiga sola, tocándola lo mínimo para no quitarle gas.

9.

Regar con  más aceite de oliva, untarse las manos en aceite y extender la masa poco a poco hasta que ocupe casi toda la bandeja, tomando la masa por debajo o hundiendo los dedos en la masa con cuidado y estirando hacia los bordes. Dejar fermentar por lo menos 30 minutos, hasta que la masa  se vea muy levada.

10.

Calentar mientras tanto el horno a 240 °C.

11.

Espolvorear la focaccia con orégano seco y escamas de sal, y cocerla en el horno unos 20-25 minutos, hasta que haya subido y esté bien dorada.

12.

Sacar la focaccia y pasarla a una rejilla sobre el propio papel. Dejar enfriar antes de cortar.

Si tienes dudas o quejas sobre nuestras recetas, escríbenos a elcomidista@gmail.com. También puedes seguir a El Comidista en TikTok, Instagram, X, Facebook o Youtube.

Sobre la firma

Miriam García
Química y traductora de inglés de formación, gastrónoma por pasión desde el 2013. Divulgadora gastronómica y fotógrafa para marcas de alimentación o medios como El Comidista y 'Bon Viveur', profesora de cocina en la Escuela Alambique de Madrid, recetea en su blog 'El invitado de invierno' y en donde le lleve el viento, gastronómicamente hablando.
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