Un pan de pita y 10 cosas que puedes hacer con él
Este pan plano, muy típico en algunos países del Mediterráneo, es uno de los más fáciles de preparar. Además, su versatilidad hace que sea un acompañante ideal para casi todo lo imaginable y comestible.
Qué producto tan noble es el pan, que igual sirve para un bocadillo que para mojar en una salsa, para incorporar en una receta, hacer una tostada o comerlo solo, y además gusta a todo el mundo. Uno de los más versátiles, y además fácil de preparar, es el pan de pita: ese disco plano, típico de muchos países que toca el Mediterráneo, que en España hemos adoptado cariñosamente y seguramente muchos habéis probado en restaurantes de cocina libanesa, griega o turca. El pan pita está delicioso relleno con falafel, shawarma o gyro, o acompañando hummus, baba ganoush o muhammara, pero también se pueden hacer otras tantas recetas con él. Por ejemplo, estas diez que vienen a continuación.
Triángulos fritos para untables y otros picoteos
Esta es probablemente una de las cosas más sencillas que se puede hacer con un pan de pita. Basta con cortarlos en cuatro, seis u ocho triángulos, dependiendo del tamaño que se busque, y freírlos en abundante aceite de girasol bien caliente. Se freirán bastante rápido, por lo que es importante estar atentos y retirarlos en cuanto se empiecen a dorar. El resultado será crujiente y perfecto, como decíamos antes, para acompañar hummus, baba ganoush o muhammara, pero también guacamole o cualquier otro tipo de untable que se ponga por delante.
Los triángulos también pueden ser muy útiles para preparar aperitivos. Se les puede colocar algún tipo de ensalada encima como fatush, champiñones laminados con vinagreta de mostaza, hinojo, naranja y aceitunas negras, o la combinación de ingredientes que te salga de la pita. Recuerda: las conservas pueden ser buenas aliadas en esta tarea.
Picatostes, croutons, crostini…
Otra cosa muy simple que puedes hacer con pan pita es convertirlo en tiras o cuadrados crujientes para incorporarlos a ensaladas al estilo panzanella o Cesár o para darle un toque crujiente a cremas y sopas. ¿Cómo hacerlo? Fácil: corta los panes en tiras o cuadrados y ponlos en una bandeja de horno con papel vegetal o aceite. Añádeles un chorrito de aceite de oliva por encima y hornea a 160ºC hasta que hayan perdido humedad y estén dorados. Si quieres darle un extra de sabor puedes añadir hierbas aromáticas como tomillo, orégano, albahaca o romero, pimienta, ajo –puedes hacerlo frotando los panes con un diente de ajo previamente–, queso rallado o algún otro tipo de especia que te guste.
Pizza-pita
Evidentemente no quedará igual que una masa de pizza pero un pan de pita puede funcionar muy bien como base para pizzas individuales. La combinación de ingredientes que puedes ponerles encima es tan infinita como pizzas existen en el mundo. Elige si quieres hacerla roja –con salsa de tomate– o blanca, sin ella, y a partir de ahí pon los ingredientes que quieras y llévala al horno. En las pizzas siempre es interesante agregar algún elemento en crudo después de sacarla del horno: burrata o ricota, tomate cortado en rodajas finas, hierbas aromáticas como albahaca u orégano o incluso alguna fruta –más allá de la piña– pueden darle el toque fresco que necesita.
Sándwich mixto
Si el pan pita es como un pan de bocadillo, ¿por qué no hacer un sándwich mixto? Para hacer el clásico, divide el pan en sus dos caras, úntalas en mantequilla y añade dos lonchas de jamón cocido y dos de queso –o las que quieras, vaya–, ambas de buena calidad. Llévalo a la sandwichera, si tienes una, hasta que esté fundido, dorado y crocante y el crepitar del pan y el queso te haga salivar. Si no tienes sandwichera puedes hacerlo en una sartén a fuego bajo poniéndole algo de peso –limpio– encima que tengas en la cocina. Caliéntalo un par de minutos por cada lado vigilando que el pan no se queme: así imitarás, más o menos, lo que hace una sandwichera. Si quieres algo más que el clásico, puedes añadirle una mezcla de mostaza antigua con mostaza Dijon para untar los panes, puedes utilizar una mezcla de quesos suaves e intensos, cambiar el jamón cocido por jamón serrano u otro embutido, añadir frutos secos picados o verduras asadas o seguir alguna de las ideas que puedes encontrar aquí.
Relleno de verduras asadas con salsa de yogur y menta
Las verduras asadas son una de las cosas más prácticas que puedes tener en la nevera para solucionar comidas durante la semana, de ahí que casi nunca falten en los batch cooking. Para rellenar un pan de pita van de perlas las berenjenas, los calabacines, los pimientos, las cebollas e incluso las patatas o los boniatos asados. Puedes ponerles una salsa de yogur, limón y menta o preparar una salsa taratur o tarator, la que comúnmente se sirve con el shawarma, con 100 g de tahini, 50 ml de zumo de limón, 50 ml de agua, un diente de ajo y sal, todo bien triturado con la batidora o un robot de cocina.
Relleno de carne o pollo asado
Seguro que en algún momento tienes en tu nevera restos de pollo asado o de alguna carne que hiciste el fin de semana al horno. Desmenúzala –no demasiado– y utilízala para rellenar tu pan pita. Si lo combinas con un queso que funda bien tipo gouda, emmental o cheddar –del bueno, no del radioactivo– y unos encurtidos picados, tendrás un pan pita para resucitar a un muerto.
Taco refrescante
Si divides el pan de pita en dos tendrás una especie de tortillas que puedes utilizar para preparar algo así como unos tacos. Para un bocado refrescante pica tomate y cebolla morada, abre una lata del marisco que más te guste y mézclalo todo con zumo de limón, un poco de sal y cilantro. Ponlo encima de la “tortilla” pasada previamente por una sartén caliente y a comer. Puedes hacer esto mismo con este falso ceviche de berberechos o hacer unos tacos mexicanos con ingredientes de aquí.
A la barbacoa
Si está en tus planes hacer una barbacoa en un futuro próximo puedes cambiar las chuletas de siempre por unas sabrosas brochetas que te sirvan para comer con pan de pita. Una buena opción es prepararlas al estilo shish taouk, típico de la cocina libanesa. Para ello hay que marinar dos pechugas de pollo cortadas en cubos en el zumo de un limón, un yogur natural, tres dientes de ajo, cuatro cucharadas de aceite de oliva, una cucharada de tomate triturado, una cucharadita de tomillo seco, una cucharadita de pimentón, pimienta negra recién molida y una cucharadita de sal. Se deja reposar como mínimo durante cuatro horas e idealmente durante toda la noche, se colocan los trozos de pollo en brochetas y se cocinan a la barbacoa. Se pueden servir en el pan con una salsa de yogur o tzatziki -o una versión de la tzatziki como esta-, rodajas de tomate y pepino. O puedes aprovechar la barbacoa y servirlo con tomates cherry, pimiento o cebolla asados.
French toast
No todo iba a ser salado: también se pueden hacer recetas dulces como estas french toast de Martha Stewart. Basta con mezclar seis huevos, 350 ml de leche, 100 g de azúcar, dos cucharadas de ralladura de limón, una pizca de nuez moscada y una pizca de sal, cortar cuatro panes en cuartos y sumergirlos en la mezcla durante 15 minutos. Transcurrido ese tiempo, cocinar los cuartos de pan en una sartén con mantequilla hasta que estén dorados por ambos lados. Servir con azúcar glas por encima, fruta troceada o, para nivel goloso máximo, con una bola de helado.
Chips dulces con canela
¿Recuerdas los triángulos fritos de los que hablábamos al principio? Pues aquí el procedimiento es el mismo, solo que una vez que lo fríes debes pasarlos inmediatamente por una mezcla de canela y azúcar. Por cada cucharada de azúcar pon aproximadamente media cucharadita de canela en polvo. Se pueden comer tal cual o pueden servir como decoración y parte crujiente de un helado, unas natillas o un arroz con leche.
La receta del pan
El pan de pita es probablemente uno de los panes más fáciles de hacer a nivel doméstico: se hace rápido y el resultado suele ser muy bueno. Por eso, si os ha picado el gusanillo de prepararlo en casa después de ver estas diez ideas, os invito a que sigáis la receta que viene a continuación. La receta en cuestión no es mía, sino del libro Pan Casero de Ibán Yarza, porque en el mundo hay muchos maestros panaderos y yo no soy una de ellas, pero él desde luego que sí.
PAN DE PITA
Ingredientes
- 375 g de harina panificable
- 25 g de harina integral
- 250 ml de agua
- 10 g de sal
- 5 g de azúcar
- 5 g de levadura fresca o 1,5 g de levadura seca
Elaboración
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Mezclar todos los ingredientes hasta obtener una masa que se pegue a tus manos en los primeros momentos de la mezcla.
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Dejar reposar 15 minutos y amasar sobre la mesa (tendría que poder hacerse con facilidad). Para amasarla, plegarla y dejarla rodar sobre sí misma repetidas veces durante 5 minutos hasta que quede una masa manejable.
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Dejar reposar durante media hora y dividirla en porciones de unos 80 g.
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Bolear cada porción con las manos y estirar con rodillo hasta que queden unos discos de unos 15 cm de diámetro y unos 3 o 4 mm de espesor.
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Calentar el horno a 250º C con la bandeja metálica dentro al menos durante 20 o 25 minutos.
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Colocar los discos de dos en dos en papel vegetal y dejar que fermenten durante un cuarto de hora.
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Colocar los panes con el papel sobre la bandeja caliente y llevar al horno. Comenzarán a hincharse transcurrido medio minuto. Al cabo de dos, darles la vuelta para que se cuezan de manera homogénea. Retirar después de otros dos minutos.
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com.
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