_
_
_
_
_

Pita de albóndigas de cordero

Un bocadillo diferente y sabroso para comidas informales y picoteos. La potencia del cordero combina a la perfección con la salsa de tahina y limón, y la frescura la ponen los brotes y las aromáticas.

Pitas, pitas, pitas
Pitas, pitas, pitasSTOMAKO

La comida callejera está de moda, aunque de momento en nuestro país se limite a eventos puntuales porque las limitaciones legales no permiten -a día de hoy- que haya gastronetas por nuestras calles, como en otros países.

Hoy os traemos un ejemplo perfecto de comida callejera, que podremos usar en una cena informal o un picoteo de pie en nuestro próximo guateque. Si preparamos cuatro raciones sobrarán más o menos la mitad de las albóndigas, que se pueden congelar sin problema. Si se descongelan en la nevera durante la noche y se recalientan con una fritada rápida en una olla con aceite -o en el horno, la opción más sana- quedarán perfectas.

El primer paso es encontrar un carnicero/a majete que nos deshuese una pata de cordero y la pique dos veces. También hay que darle importancia al pan de pita que usemos, ya que es importante para que la receta quede bien porque los panes con harinas de baja calidad se rompen con facilidad. Antes de formar las bolas es conveniente comprobar la consistencia; si es necesario podemos añadir un poco de pan rallado para conseguir una masa más seca y maleable.

Si os da algo de miedo la cebolla os recomendamos un truco para que pierda fuerza: dejarla 20 minutos en agua fría con sal y un chorro de vinagre, escurrirla y lavarla antes de ponerla a marinar. Los acompañamientos nos darán un punto crujiente y fresco, perfecto para contrarrestar el exceso de grasa del cordero. Podemos cambiar la menta y el cilantro por perejil o albahaca.

Dificultad: Más fácil que bailar la canción del verano.

Ingredientes

Para 4 personas

Para unas 30 albóndigas

  • 1 k de carne de cordero picada
  • 150 g de miga de pan
  • 4 cucharadas de menta fresca picada
  • 2 cucharadas de cilantro fresco picado
  • 2 huevos grandes
  • 1 yogur griego
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de girasol (para freír)
  • 4 cucharadas de harina de trigo (para rebozar)

Para la salsa

  • 2 cucharadas de tahini
  • El zumo de media lima
  • Unas hojas de menta fresca picada
  • 4 cucharadas de agua fría

Para la cebolla

  • Media cebolla roja
  • Zumo de una lima

Además

  • 4 panes de pita
  • Brotes tiernos

Instrucciones

1.
Mezclar los ingredientes de las albóndigas con ayuda de un tenedor y dejar reposar en nevera tapado con papel film dos horas como mínimo (idealmente, ocho horas).
2.
Cortar la cebolla roja en juliana y rociar el zumo de una lima con una pizca de sal (se puede hacer con antelación). Reservar.
3.
Mezclar los ingredientes de la salsa de tahini Reservar.
4.
Llenar un bol con agua para ir hidratando las manos y formar las albóndigas una a una, del tamaño de una pelota de golf. Reservarlas en un plato humedecido para que no se peguen.
5.
Pasarlas por harina y freír en una olla pequeña con abundante aceite de girasol caliente, sin que este llegue a humear. En tandas de 2 a 4 bolas, dependiendo del diámetro de la olla.
6.
Cuando estén bien doradas, sacar del aceite con la ayuda de una espátula y secar el aceite sobrante con papel absorbente.
7.
Dorar los panes de pita un par de minutos por cada lado, abrirlos por la parte superior con cuidado y rellenar al gusto. Aconsejamos poner primero un poco de salsa en el pan, después los brotes tiernos y seguir alternando albóndigas con cebolla marinada y salsa de tahini.

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_