Cenas en 10 minutos con verdura
La sección que soluciona la cena a los que pierden la inspiración con la puesta de sol se centra hoy en el reino vegetal. Un festival de recetas sencillas y ligeras que se preparan sin sentir (y se comen igual).
Cenar, esa actividad que solemos hacer a diario a una hora en la que ya tenemos el cerebro como el de un tronista de Mujeres y hombres y viceversa y la inspiración ha hecho bomba de humo. El hambre sigue ahí, pertinaz, así que más vale que la calmemos rapidito antes de que acabe abriendo una cerveza, unos cacahuetes y unas aceitunas o pidiendo una pizza.
Si te encuentras en esa situación a menudo, nuestra sección Cenas en 10 minutos con… puede ayudarte. Después de que hayan desfilado por aquí el pescado y el marisco, los huevos, la pechuga de pollo o la pasta, entre otros, hoy les toca el turno a las verduras. En ensaladas, salteados, cocidas o a la parrilla, a continuación os ofrecemos un montón de sabrosas opciones para cenar rápido, bueno, bonito y barato.
En una olla
Poner una olla con agua y sal al fuego puede ser un estupendo principio para una deliciosa cena. Cuando hierva podéis añadirle judías verdes, brócoli, guisantes, espárragos verdes, hojas de acelga o trocitos de zanahoria: en unos cinco minutos estarán listos (unos siete si optáis por la cocción al vapor). Si tenéis un ratito más -unos nueve o 10 minutos-, podéis cocinar calabaza troceada, coliflor, col y lombarda, endivias, cebolla, nabo y chirivía.
Jugando con los tamaños de corte y añadiendo primero unas verduras y después otras, podemos preparar un plato completo y variado. Para las patatas tendremos que tener un poco más de paciencia: si las cortamos muy pequeñas para que se hagan antes, directamente se desintegrarán. Podemos aliñar estas verduras de muchísimas maneras: desde el minimalismo de un chorro de aceite, sal y pimienta -el vinagre es opcional- hasta con una salsa un poco más elaborada de tofu y miso, un pesto o una mayonesa casera. Si coméis carne, un poco de jamón, panceta o chorizo salteados también puede darle una alegría al plato.
En la sartén
Las verduras son perfectas para preparar platos rápidos en la sartén; en este vídeo ya os enseñamos cómo hacer berenjenas con muy poco aceite en poquísimo tiempo. Nosotros las hicimos con salsa de tomate y parmesano rallado, pero también pueden hacerse con curry en polvo o en pasta y leche de coco, o dejarlas tal cual y servirlas con un yogur aliñado con ralladura de limón, sal pimienta y hierbas picadas o especias.
También puedes darle caña al fuego -o rescatar ese wok que te compraste en 2006, y desde entonces sirve de hotel a las arañas- y prepararte un buen salteado. La cebolla, la zanahoria y el calabacín -o la calabaza en trozos pequeños- nos darán una buena base. A partir de aquí podemos añadir chirivía, nabo, brócoli en arbolitos, setas, tirabeques, judías, espárragos, hinojo, col o soja germinada. La manzana y las espinacas hacen un buen combo: quedan buenísimas con unas cuantas pasas y nueces. Si quieres añadir tomate, que sean cherry y casi al final de la cocción, porque si no se convertirán en una mezcla muy poco apetitosa de pellejo y agua.
Si quieres añadir alguna proteína y que el resultado sea vegano, puedes optar por tofu -marínalo unos minutos con salsa de soja o miso diluido en agua para que tenga sabor-, seitán o tempeh. Un huevo añadido casi al final del salteado también es una buena opción, igual que un poco de lomo de cerdo o contramuslo de pollo cortado en tiritas, unos langostinos o gambas o un poco de salmón (si comes animales).
Los 10 minutos de los que disponemos en estas entregas de cenas rápidas no dan para cocinar muchos hidratos para acompañar. Entran en la ecuación los fideos de arroz tipo vermicelli, los de trigo instantáneos o la sémola de trigo que conocemos como cuscús. Una buena manera de darles más enjundia sin pasarnos del tiempo es añadirles legumbres cocidas: si las judías y los garbanzos amenazan con darte la noche del loro, siempre te quedarán las lentejas, que suelen tener resultados mucho menos gaseosos.
Algunas tortillas con verdura también se pueden preparar en cuestión de minutos. Desgraciadamente la de patata tarda bastante más, pero una de espinacas, calabacín o cebolla dulce Fuentes de Ebro se hacen en un pispás, y están buenísimas. Con una ensalada o una rebanada de buen pan con tomate, ya tienes la cena apañada (y lo mismo si prefieres unos huevos revueltos).
En ensalada
Son la manera más sencilla de preparar una cena rápida con ingredientes del reino vegetal. Si tienes una despensa mínimamente preparada, con unos botes de legumbres, algún encurtido, sardinas o bonito y un tarro de mostaza o algún otro aderezo en la nevera para alegrar una vinagreta, es difícil que la cosa salga mal.
Usa los ingredientes de temporada que tengas al alcance de la mano como base: hay mucha vida más allá de la lechuga (especialmente de ese horror llamado iceberg). Si te apetece hoja verde, también puedes usar rúcula, espinacas tiernas, cogollos, escarola, canónigos o endivias. El tomate de temporada -si está bueno- también tiene algo que aportar, igual que frutas como la manzana, la pera -las dos quedan perfectas con queso-, el mango o la piña.
Hay verduras que solemos tomar cocinadas que podemos ensaladear crudas: los espárragos, los champiñones, el calabacín -con el que podemos preparar un carpaccio muy resultón, o unos calabaguetis salteados con ajo y guindilla o con pesto de avellana- y la remolacha son buenos ejemplos para iniciarse. Es importante tener en cuenta que el resultado va a ser nuestra cena, y no usar el plato como cubo de compostaje: una ensalada hecha con una zanahoria mustia, espinacas amarillentas y medio tomate que ya ha hecho la mili será más triste que los caballitos pony, pero si le pones un poco de mimo puedes conseguir un resultado campeón.
Además de la combinación de vegetales que se prefiera, hay muchas otras cosas que podemos usar para conseguir un plato rápido más rico, tanto de sabor como nutricionalmente. Queso fresco o curado, frutos secos, frutas deshidratadas, un huevo cocido durante seis minutos, anchoas, bonito, sardinas en aceite, pepinillos, aceitunas… las posibilidades con casi infinitas. ¿La teoría la llevas bien, pero en la práctica te quedan las ensaladas más sosas de la galaxia? Aquí tienes nueve trucos para aliñarlas con gracejo: mantente a distancia del vinagre balsámico de pegolete y todo irá bien.
A la plancha
Una parrillada rápida de verduras, bien aliñada con especias o con alguna salsa, también entra en las posibilidades de una cena para cagaprisas. Puedes asar zanahorias, chirivías, espárragos, calabacín y calabaza, pimientos o setas, y otras menos evidentes pero que quedan deliciosas, como el puerro y las envidias. No las cortes demasiado gruesas porque no se harán, ni muy finas porque quedarán securrias en minutos: haz tiras con el pimiento, corta en cuartos a lo largo las zanahorias y chirivías y corta rodajas al bies como de medio centímetro de grosor de calabacín.
Puedes aliñarlas con alguno de los aderezos que proponíamos para las ensaladas, usar una salsa como la de xató o calçots -tal cual o alargada con un poco de aceite y vinagre, para que sea más líquida- o hacerles un refrito de ajo y pimentón. Si no puedes concebir una parrillada sin patata o boniato y tienes microondas, cocínalos allí enteros durante unos minutos -dependiendo del tamaño pueden tardar entre cinco y ocho minutos- y después márcalos un minuto más en la plancha: quedarán perfectos.
¿Cuál es tu cena rápida favorita con verduras? Cuéntanoslo en los comentarios y ayuda a alguien a irse a la cama más contento.
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