¿Por qué desapareció el Frigurón?
Los ochenta fueron la Edad de Oro del helado industrial. Repasamos algunos de los más míticos y resolvemos uno de los mayores misterios de la humanidad: la extinción del Frigurón.
Blanes, 1987 (léase recordando a Sofía, de las Chicas e Oro).
Cae la tarde y un niño corre por el paseo marítimo hacia la caseta de helados con unas monedas en la mano. La ilusión brilla en sus ojos: no en forma de estrellitas, no como arcoiris azucarados, no. La ilusión brilla como un tiburón de color azul.
Su ilusión es doble, además, porque corre hacia la caseta para comprar el primer Frigurón de la temporada, el helado que mantiene el título de Su Helado Favorito desde 1983.
Raudo como una saeta, el niño levanta una nube de polvo a su paso y se precipita sobre el mostrador sin detenerse, donde hace caso omiso de Desireless –atronando en la radio con Voyage, Voyage–, y pide su Frigurón, relamiéndose, de forma casi incomprensible.
– No, este ya no lo tenemos.
Implacable, el heladero hizo estallar en cien mil añicos la ilusión, el verano y mi infancia entera. No logro sacármelo de la cabeza.
Por verle algo positivo a la DUI de Frigo, gracias a aquel trauma me vi abocado a comer otros helados que con el tiempo aprendí a querer. Frigopie –que a mí nunca me gustó–, Frigodedo –que sí– y Calippo (que, bueh). La verdad es que había donde elegir.
Los años 80 en España fueron la época dorada de los helados industriales. Jorge Díaz y Javier Ikaz, responsables del blog Yo Fui a EGB, hicieron en 2013 una concienzuda encuesta para averiguar cuál era el helado favorito de los que fuimos niños en aquella época.
“Participaron cerca de 20.000 personas y fue sorprendente comprobar la cantidad de recuerdos que todos tenemos asociados a algo tan sencillo como un helado. Muchos comentarios nos pedían que hiciéramos todo lo posible para que volvieran, porque deseaban volver a probarlos. Como si estuviera en nuestras manos”, nos cuentan Jorge y Javier.
Además del Frigurón, el Frigodedo y el Frigopie, en aquella época de esplendor surgieron también Colajet, Mikolápiz, Drácula, Twister… una explosión creativa de glucosa helada.
Todos tenemos nuestro favorito pero, ¿cuál fué el que dejó más huella?
La encuesta de Yo Fui a EGB concluye que el helado más mítico fue el Drácula, seguido del Colajet y el Frigopie. ”Estaba claro que esos tres helados tenían que ocupar el podium por ser los más míticos de aquellos años, casi son iconos de la EGB”, nos dicen
Si los ochenta fueron todo luz y color, los 90 tuvieron un reverso tenebroso, materializado en helados de extraño aspecto y aviesas intenciones.
Jorge y Javier afirman que “los helados más extraños llegaron en los 90, como aquel experimento llamado Doctor Strabik que tenía doble palo, en forma de uve, y los ojos eran dos bolas de chicle, el helado Cobi de 1992 o el Chis! que tenía forma de queso”.
De aquellos helados, queda poco. Aunque hoy en día aún se ven helados muy locos, la chispa creativa está un poco apagada en la industria heladera.
Crecimos con el frigo dedo.. Ahora ROCATOCHA! (polo de fresas y rosas) como comerse un aroma a la vez que una nariz pic.twitter.com/HfY63TWbwV
— Rocambolesc (@RRRocambolesc) February 27, 2014
Quizá, como dicen Javier y Jorge: “en aquellos años comerse un helado era toda una fiesta, la mayoría de las veces nos teníamos que conformar con un flash que era más barato, así que como para olvidarnos de ellos”.
Y, a todo esto, ¿qué pasó con el Frigurón? ¿Por qué figuró sólo 4 años en cartel?
Hace más de una década tuve ocasión de hablar sobre el tema con un directivo de Frigo, cuyo nombre desgraciadamente no recuerdo. Era un veterano en la empresa, que por aquella época acababa de ser absorbida por la multinacional Unilever, y yo un tipo que trabajaba en la agencia que les llevaba la publicidad.
Según me digo, a mediados de los ochenta Frigo dejó de utilizar colorantes artificiales en sus helados y los responsables de los tintes no fueron capaces de encontrar un color azul, comestible y con sabor a piña, en la naturaleza. Misterio resuelto.
Aunque el mayor de los misterios relacionado con el Frigurón sigue siendo un enigma. ¿Quién asoció el color azul con el sabor a piña?
Quizá un genio loco como Doctor Strabik, responsable de una heladería industrial en un país donde las piñas crecen azules. O quizá, como cuentan en Verne,
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