Espinacas con garbanzos tostados y salsa de yogur
"Ya está el plasta este con los garbanzos y las espinacas otra vez", imagino que estarán pensando los seguidores más pertinaces de El Comidista. ¿Y qué le voy a hacer si yoooo, nací para comer garbanzos y espinacas? Me requetechifla esta combinación, y no puedo más que insistir en ella en todas sus formas y maneras. Creo que son dos ingredientes que vinieron al mundo para intimar, cohabitar e incluso tener sexo entre ellos, así que no me voy a arrugar a la hora de publicar la enésima receta en la que aparecen juntos.
Además, estamos en plena Semana Santa, y como buenos cristianos no sólo no debemos fornicar o visitar clubes de hombres nocturnos, sino tampoco ponernos como zepelines a carnaza. Lo suyo estos días son los potajes monacales, pero como la SS ha caído un poco tardía este año, os traigo una propuesta garbancera más ligera y menos calurosa, nacida de la purísima improvisación un día que compré un manojo de espinacas frescas y no sabía qué hacer con ellas.
La idea de tostar los garbanzos me la inspiró David Robin Food de Jorge en una de nuestras jacarandosas intervenciones en el Hoy por hoy de la Cadena Ser, donde compartimos sección culinaria cada lunes a las 11.30. Yo siempre había sido timidillo con el salteado de dicha legumbre por miedo a su desintegración, pero lo cierto es que el sabor se intensifica sin que la textura se resienta demasiado. El punto tostado va tan bien con las espinacas como con el yogur. Aunque lo mejor de este plato es que tardas unos 10 minutos en prepararlo, y parece que te lo has currado.
Dificultad
Es una jetarreceta.
Ingredientes
Para 4 personas
- 800 g de espinacas frescas
- 300 g de garbanzos cocidos
- 2 filetes de anchoa
- 200 g de yogur griego
- 1 limón
- 1 cucharadita de pimentón picante o dulce
- 1/3 cucharadita rasa de azúcar
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida
Preparación
1. Mezclar el yogur con el zumo del limón, el pimentón y el azúcar. Salpimentar con generosidad, que quede alegre. Esta salsa debe estar a temperatura ambiente cuando la vayamos a usar.
2. En un mortero o un plato hondo con un tenedor, aplastar las anchoas con un par de cucharadas de aceite hasta formar una pasta.
3. Saltear los garbanzos a fuego vivo en una sartén grande con una cucharada de aceite unos 4 o 5 minutos, o hasta que se doren. Pasarlos a un plato con cuidado para que no se deshagan.
4. En la misma sartén, añadir otra cucharada de aceite y poner las espinacas. Tapar e ir moviendo de vez en cuando para que pierdan volumen. A los 3 o 4 minutos, cuando ya estén blandas, mezclar con la pasta de anchoas y los garbanzos y remover. Salar con mucha moderación, probando hasta alcanzar el punto deseado.
5. Repartir las espinacas con garbanzos en los platos, con la salsa de yogur. Espolvorear un poco más de pimentón y servir.
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