Hummus de calabaza
Modificar un plato emblemático siempre entraña sus riesgos: si añades un ingrediente nuevo como protagonista, es bastante fácil destruir la esencia del mismo o directamente rozar la guarrindongada. Por eso tenía yo ciertas reticencias a introducir la calabaza en una variante del hummus, maravilla de Oriente Próximo por la que profeso un respeto casi reverencial.
Sin embargo, tras ver que expertos como Claudia Roden describen platos parecidos como propios de la tradición judía del norte de África, me lancé a experimentar. Al fin y al cabo, tampoco es que le estuviera echando piña o ketchup: la calabaza es una hortaliza muy presente en las cocinas de las que proviene el hummus; suele acompañar a los garbanzos en algunos guisos, y su sabor dulce bien podía darle un giro interesante al aperitivo más internacional del mundo árabe.
En la receta veréis que mezclo garbanzos y judías blancas: me encanta el hummus hecho con esta última legumbre, y creo que la combinación funciona, pero si no os queréis complicar la vida, tirad con uno de los dos ingredientes. La calabaza también se puede cocinar de dos maneras: o bien al horno, o bien cociéndola y después salteándola en la sartén para que pierda su líquido. A mí me gusta más la primera, pero añado también la segunda porque tampoco queda mal. Los que vigilan su contador eléctrico como si fuera el reloj del fin del mundo lo agradecerán.
Dificultad
Hay que saber enchufar un electrodoméstico.
Ingredientes
Para 4 personas
- 400 g de calabaza
- 150 g de garbanzos cocidos (pueden ser 300 si no se usan alubias)
- 150 g de alubias blancas cocidas (ídem si no se usan garbanzos)
- 2 dientes de ajo sin pelar
- 3 cucharadas de tahina
- 4 cucharadas de zumo de limón
- 100 ml de agua muy fría
- Sal
- 1/2 granada (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimentón picante (opcional)
Preparación
1. Si usas horno, precalentarlo a 200 grados. Cortar la calabaza en dados gruesos y ponerla sobre una bandeja de horno cubierta con papel de horno. Sazonarla y añadirle los ajos sin pelar. Asar unos 45 minutos o hasta que la calabaza esté muy tierna. Dejar que se enfríe.
2. Si usas los fogones, hervir la calabaza cortada en dados gruesos y los ajos sin pelar hasta que la primera esté tierna (unos 5-10 minutos). Después ponerlos en la sartén con un poco de aceite a fuego medio hasta que la calabaza pierda casi todo su líquido. Dejar que se enfríe.
3. Juntar la calabaza con los garbanzos y/o las judías blancas. Triturar.
4. Con la batidora en marcha, añadir la tahina, el zumo de limón, los ajos pelados y una cucharadita de sal.
5. Finalmente, añadir agua helada sin dejar de batir hasta obtener una textura cremosa (puede que no haga falta todo el agua).
6. Poner el hummus en un bol, taparlo con plástico transparente y dejarlo reposar un mínimo de media hora.
7. Para servirlo, extender el hummus en un plato, poner unos granos de granada si se quiere en el centro, y rematar con un chorrito de aceite de oliva y pimentón picante si se quiere.
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