Ensalada de remolacha con nuez y comino
Tengo la sensación, quizá equivocada, de que la remolacha no es muy valorada en España. No la encuentras con frecuencia en los menús de los restaurantes, y a mucha gente -al menos en mi círculo- no le gusta. Me resulta incomprensible este rechazo, pues es una de las hortalizas más agradecidas que existen en cuanto a dulzor y, sobre todo, a color.
Imagino que su condición de marginada en este país viene por haberse comido o absolutamente recocida, o más avinagrada que Cospedal en una comparecencia con la prensa. Se me abren las úlceras cada vez que pienso en las tiritas de remolacha de bote cortada en juliana que te suelen poner en algunas ensaladas, acompañadas siempre por las ineludibles tiritas de zanahoria en el mismo estado. Si sólo tienes esa imagen gustativa de esta raíz, no me extraña que la odies.
Por el contrario, la remolacha cocida en su punto o asada al horno es una delicia. Pero en la receta de hoy, que puede servir como aperitivo o como acompañamiento, no va de ninguna de estas maneras, sino cruda. Como es bastante dura, la única forma de tomarla en este estado es cortándola en láminas muy finas, a poder ser con una mandolina. Si no tienes una en casa, el plan B es darle un hervor corto (siempre con piel) y cortarla con un cuchillo. Para alcanzar una textura más tierna, conviene también dejarla un rato marinando con el aliño, para que el aceite, el vinagre, la sal hagan su trabajo como relajantes.
El aliño, de lo más simple, incluye a tres buenos compañeros de la beta vulgaris: el comino, una especia que combina a la perfección con las raíces; el vinagre de Jerez, que contrarresta su dulzor, y la nuez. Ésta última aparecer en dos formatos: picada como aderezo crujiente y como materia prima original del aceite, si es que lo encuentras. Si no, un aceite de girasol o de oliva suave puede servir tranquilamente.
Dificultad: Para botarates.
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 remolachas grandes (unos 600 g)
- 30 g de nueces peladas
- 1/2 cucharadita de comino
- 1 cucharadita de vinagre de Jerez
- 1 cucharadita de zumo de limón
- 4 cucharadas de aceite de nuez (en su defecto, girasol u oliva)
- Sal y pimienta negra recién molida
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