Judías verdes a la mayordoma con patatas hasselback
Esto no es comida viejuna. Esto es comida previejuna. Por el nombre, las judías a la mayordoma parecen venidas de los tiempos de Gran Hotel o Downton Abbey, cuando los platos recibían denominaciones afrancesadas y un tanto excéntricas que no te decían mucho de lo que ibas a comer. El libro del que sale la receta, eso sí, es un poco posterior: se trata del Manual de cocina de la Sección Femenina, esa magna obra que enseñó a cocinar a las mujeres de media España en los años cincuenta y sesenta.
Me encanta recuperar fórmulas olvidadas de estos recetarios prehistóricos y ver qué puedo hacer con ellas para actualizarlas. Por eso (y por su glorioso nombre) me dispuse a hacer estas judías dándoles un pequeño giro personal. Como las vainas (que así se llaman en el País Vasco) me gustan muchísimo con patatas, pensé en juntarlas con unos ejemplares del tubérculo asados al estilo hasselback*. Es decir, abiertas en láminas y horneadas.
La combinación, que mola de puro demodé, se puede tomar sola como primero, o también utilizarla de guarnición para una carne asada, por ejemplo. Y sí, ya sé que lleva mantequilla, pero esa es precisamente la gracia del asunto. Porque la comáis un día en vez del sacrosanto aceite de oliva tampoco os vais a morir.
Dificultad: Para boniatos.
Ingredientes
Para 4 personas
Judías
- 800 g de judías verdes
- 1 limón
- 1 cucharada de perejil picado
- 75 g de mantequilla
- Sal y pimienta negra
Patatas
- 4-8 patatas medianas
- 1 diente de ajo
- La ralladura del limón de las judías
- 2 cucharadas de perejil picado
- 1 cucharadita de guindilla roja picada o de cayena
- 4 cucharadas de mantequilla derretida
- 1 cucharada de mantequilla blanda
- Sal
Instrucciones
*Actualización: Xabier Aurtenetxe, aficionado a la historia de la cocina, me ha enviado esta información sobre las patatas hasselback, que añado para el que la considere interesante. "Las hasselback son originarias de Suecia. Llevan el nombre del Restaurang Hasselbacken ubicado en el idílico paisaje de la isla de Djurgarden en Estocolmo. Desde principios del siglo XIX la isla era un complejo de ocio y atracciones en las afueras de la capital. Según la historiadora alemana Petra Foede la primera cita escrita de las patatas hasselback sería de 1948, apareciendo su receta en un libro de la época (en dicha receta, las patatas tras cortarlas se embadurnan con mantequilla, sal y pimienta y pan rallado, antes de meterse al horno a 180°). Creo que lo más probable sea que nacieran con la Gran Crisis que siguió al crack de 1929. Hasta entonces el tubérculo no debía ser considerado muy fino por las famillas burguesas que componían la clientela del restaurante. De ahí, quizás, la curiosa presentación en abanico que hizo que se les conociera también como patatas évantail, presentación que probablemente perseguía transformarlas en algo espectacular. El restaurante sigue abierto con igual éxito hoy en día".
Las Patatas Hasselback, que, como bien comentaba Kalekatu, son originarias de Suecia. Llevan el nombre del Restaurang Hasselbacken ubicado en el idílico paisaje de la isla de Djurgarden en Estocolmo. Desde principios del siglo XIX la isla era un complejo de ocio y atracciones en las afueras de la capital. En 1852 cogió la gastronomía el pastelero Jacob Wilhelm Davidson, abriendo un local de estilo suizo, sirviendo cafés, chocolates y dulces. Aunque su bebida estrella era el ponche de arrak, destilado de la canya de azúcar o de la savia de la palma cocotera. Poco a poco fue ampliando su carta y pronto adquirió reputación internacional, orientando su cartahacia la imperante cocina burguesafrancesa. La segunda edición de la prestigiosa "Gourmet's Guide to Europa", publicadaen marzo de 1908 en Londres por Grant Richards Ltd. Publishers (se puede consultarpor internet en el Projekt Gutenberg) presenta un menú típico del restaurante: Purée à la Reine - Saumon fumé aux épinards - Selle de mouton aux légumes - Gélinottes rôties (grévoles asados, especie defaisán no muy grande) - Salade - Soufflé au citron. Según la historiadora alemana Petra Foede la primera cita escrita de las "Patatas Hasselback" sería de 1948, apareciendo su receta en un libro de la época (en dicha receta, las patatas tras cortarlas se embadurnan con mantequilla, sal y pimienta y pan rallado, antes de meterse al horno a 180°). Creo que lo más probable sea que nacieran con la Gran Crisis que siguió al crack de 1929.Hasta entonces el tubérculo no debía ser considerado muy fino por las famillas burguesas que componían la clientela del restaurante. De ahí, quizás, la curiosa presentación en abanico que hizo que se les conociera también como "patatas évantail" (que otra de las comentaristas de tu blog transforma en el cateto "fantail"), presentación que probablemente perseguía transformarlas en algo espectacular.
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