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Lío desembarca en Palma con un cabaret para resucitar el esplendor de una sala de fiestas centenaria

Bajo la dirección artística del exmiembro de Tricicle Joan Gràcia y con un menú diseñado por el chef mallorquín Andreu Genestra, la marca traslada a la mítica sala Tito’s, cerrada en 2019, el concepto de cena espectáculo con el que lleva años cosechando éxito en Ibiza

Discoteca Lio Palma de Mallorca
Bailarines de la nueva discoteca Lío Mallorca, en Palma.Biel Grimalt
Lucía Bohórquez

Corría el año 1973 cuando la diva alemana Marlene Dietrich actuó con una banda de músicos en directo en el escenario principal de la sala de fiestas Tito’s, en pleno paseo marítimo de Palma. Epicentro del ocio nocturno de la capital balear durante las décadas de los cincuenta a los ochenta, por aquel escenario inaugurado en los años veinte habían pasado hasta entonces otros artistas de la talla de Louis Armstrong y Ray Charles que animaron veladas con asistentes ilustres como la princesa de Mónaco Grace Kelly, el millonario armador griego Aristóteles Onassis o el actor Charles Chaplin. Tras unos años cerrada, la sala resucitó a principios de este mes de agosto con el desembarco de la marca Lío. Su propuesta de espectáculo de variedades y cena pretende avivar las noches del paseo marítimo de Palma, una zona inmersa en una importante remodelación urbanística que pretende recuperar el esplendor de los años pasados.

Historia de la ciudad, con sus grandes ascensores de cristal con vistas a la bahía, la sala de fiestas Tito’s comenzó con espectáculos en directo en 1923, cuando se celebraban conciertos con músicos de renombre, espectáculos de variedades e incluso algunos números de cabaret. Sus terrazas, que permitían las fiestas al aire libre, fueron posteriormente cubiertas para dar todo el peso al escenario principal. Tras acoger shows en vivo durante décadas, el paso del tiempo y los cambios en los gustos del público la llevaron a convertirse en una discoteca en 1985. Con un indudable éxito en las galas de tarde orientadas a los jóvenes adolescentes de la ciudad en los años noventa, Tito’s animó las noches de Palma hasta su cierre en 2019, cuando el grupo Cursach, entonces propietario del edificio, decidió ponerlo a la venta.

Dos años antes, en febrero de 2017, el mayor empresario del ocio nocturno de Mallorca y propietario de Tito’s, Bartolomé Cursach, fue detenido acusado de un rosario de delitos como pertenencia a organización criminal, amenazas o prevaricación junto a su mano derecha, Bartolomé Sbert, y el entonces director de la discoteca, Jaime Lladó. Un juzgado de Palma investigaba entonces supuestos negocios turbios y connivencia con la Policía Local por parte del empresario, que fue enviado a prisión de forma preventiva y comenzó a ver cómo su imperio empresarial se tambaleaba. Todos los detenidos fueron exonerados el año pasado, después de que la fiscalía retirase las acusaciones que pesaban sobre ellos durante el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial de Palma. Si embargo, la tormenta judicial de entonces le llevó a vender parte de sus activos, como algunos restaurantes conocidos y la discoteca Tito’s, de la que terminó deshaciéndose tras más de 30 años.

La antigua sala Tito's, en Palma, en una foto de 2017.
La antigua sala Tito's, en Palma, en una foto de 2017.Samuel Aranda

La mítica sala permaneció cerrada hasta que, en 2019, la familia Fluxà, propietaria de la marca de zapatos Camper, compró el edificio como parte de un plan de adquisiciones para reflotar Gomila, un barrio en la zona alta del Paseo Marítimo que vivió su mayor época de gloria en los ochenta, con restaurantes, hoteles y bares de copas. A principios de agosto, la marca Lío —perteneciente al grupo Pacha— desembarcó en la zona con el objetivo de replicar en la antigua sala de fiestas el éxito del espectáculo de cena cabaret que lleva 13 años reinando en las noches de verano de Ibiza, con un público entregado al ocio nocturno y la publicidad indirecta de numerosos futbolistas y actores que frecuentan su show, que no baja de los 250 euros por persona. El nuevo local de Palma se suma a los de Ibiza, Londres y Mikonos, que han quedado fuera de la venta que su propiedad, el fondo Trilantic, realizó el pasado mes de julio sobre el resto de activos del grupo Pacha al conglomerado de ocio indio Five Holdings.

Mantener la esencia original

“Hemos intentado recuperar la sala que había antes de la gran reforma de los años ochenta, aunque se han mantenido los característicos ascensores de cristal, que, aunque no están catalogados, forman parte de la memoria de la gente de la ciudad”, cuenta Guillermo Reynés. Su estudio, Gras Reynés Arquitectos, ha realizado el trabajo de remodelación, en colaboración con el interiorista Lázaro Rosa-Violán, que ha dado al recinto un toque inspirado en los clásicos cabarets, con mesas y sillas bajas alrededor del escenario principal y una sala con varias alturas. Reynés explica que se ha hecho un ejercicio de “limpieza” para recuperar el edificio original, que contaba con varios pisos, y mantener la “esencia” que la sala tenía antes de ser una discoteca, con el objetivo de adaptarla a los usos que tendrá a partir de ahora y adecuando su interior para ser “restaurante, teatro y discoteca” a la vez. Su entrada por la plaza Gomila, revitalizada en los últimos tiempos con la apertura de nuevos bares y restaurantes, dará paso en los próximos meses a una entrada principal por el paseo marítimo a través de los míticos ascensores de cristal con vistas a la bahía de Palma.

Interior de la nueva discoteca Lío Mallorca, en Palma.
Interior de la nueva discoteca Lío Mallorca, en Palma.Biel Grimalt

La dirección artística del espectáculo corre a cargo del actor y productor Joan Gràcia, miembro del grupo de teatro Tricicle, que también dirige el programa artístico de la marca en Ibiza y que en Palma ofrece un abanico que va desde los números musicales hasta los de acrobacia y otros más inspirados en el cabaret clásico. “Hay toques del cabaret antiguo, lo que antiguamente eran las variedades. En España se perdió un poco y quedó denostado porque se bajó la calidad, aunque permanece en lugares como el Moulin Rouge o el Crazy Horse de París”, explica Gràcia. A la capital balear se ha traído un compendio de actuaciones basadas en éxitos de la canción de todos los tiempos que pretenden subir el ánimo del público a medida que avanza la cena sin apenas respiro.

Espectáculo con cena que ofrece Lío Mallorca.
Espectáculo con cena que ofrece Lío Mallorca.Biel Grimalt

Durante la noche, los bailarines se mezclan con el público, que paga por degustar un menú del mallorquín Andreu Genestra, con una estrella Michelin en el restaurante que lleva su nombre. “Se busca el concepto mediterráneo y todo lo que lo envuelve. Quisimos implantar una carta con producto local, con los sabores de aquí y que al cliente le puedan transmitir algo más”, detalla el chef, que participa en la supervisión de varios servicios semanales, en los que se ofrece una carta dinámica que cambia en función de los productos de temporada.

Tras más de tres horas de espectáculo, la antigua Tito’s y el nuevo Lío se transforman y recuperan el espíritu de la discoteca hasta bien entrada la madrugada. Con el público en pie, aspiran a contribuir, en buena medida, a revivir el ocio nocturno de la zona.

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Sobre la firma

Lucía Bohórquez
Colaboradora de EL PAÍS en las Islas Baleares. Periodista de la Cadena SER en Mallorca desde el año 2008, donde se ha especializado en temas de tribunales. Estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco.

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