Así es el restaurante de Ibiza en el que puedes encontrarte a Leonardo DiCaprio
Con una mezcla de alta cocina y espectáculo de cabaret, Lío se ha convertido en el punto de encuentro de la gente 'guapa' de la isla
Si has estado en Ibiza probablemente te haya pasado. Miras por la calle, buscas en las playas y te dejas los ojos en alguna discoteca buscando algún famoso. Te conformarías con encontrarte a Pocholo y hacerte una foto, pero solo ves a turistas como tú, en chanclas, y con la toalla a la espalda. ¿Dónde se ocultan las celebrities que vemos en las revistas visitando la isla?
La respuesta más corta tiene tres letras y se llama Lío. Si no has visto ningún cartel de este restaurante no te preocupes, no se anuncian. El boca a boca es lo que ha hecho famoso a este local por que el que han pasado ya actores como Leonardo DiCaprio, Sean Penn o deportistas como Michael Jordan. Tienen un sencillo pero efectivo secreto: mezcla platos de alta cocina con espectáculos de cabaret.
¿Pero qué tiene este restaurante para que toda la beautiful people quiera sentarse a su mesa? En Tentaciones hemos visitado Lío y esto es lo que hemos encontrado:
Exclusividad. Entrar en Lío no es barato (el mínimo es de 180 euros para vivir la experiencia completa), y tampoco es fácil. A pesar de que el restaurante puede dar de cenar en una sola noche a más de 550 personas, suele haber lista de espera y ya se sabe que el nuevo lujo no es cuánto dinero cuesta, sino cuánto tiempo tardas entrar. Una vez dentro todo respira ese ambiente ibicenco que, por ser relajado, no deja de ser exagerado. Dos datos: 4.000 botellas de champán y 6.000 ostras es lo que lleva vendido el restaurante desde que se inauguró. También 500 kilos de langosta, así que sí, esto es un restaurante de lujo aunque no lo parezca.
Pero, ¿esto qué es? Parte del éxito de Lío es la dificultad para definirlo, no es puramente un restaurante ni es una sala de fiestas. Ahora, este tipo de sitios se conocen como experiencias 360 —para los que tengáis más de 35, esto sería algo así como una versión actualizada de las cenas con espectáculo, pero mucho más glamour—. El escenario, por ejemplo, está flotando encima de una piscina (en la que nos chivan que obviamente ha acabado algún cliente), y en una misma noche puede haber números de flamenco, jazz o rock... Siempre con muy poca ropa porque el espíritu burlesque impregna toda la atmósfera.
Tú eres el protagonista. Una de las cosas que hace realmente diferente a Lío es que los artistas están en constante interacción con el público. Nada más entrar, los bailarines se acercan para hablar y enseñarte una pequeña coreografía que después podrás bailar; el público canta y puede entablar conversación con cualquiera de los bailarines, actores o cantantes que actúan. Y algunos de ellos se quedan cuando termina la función y abre el club, así que si tienes alma de groupie, este podría ser tu local.
Se come y se bebe bien. Aunque nos cuentan que existen 27 platos en el menú, en Tentaciones hemos probado solo parte de la oferta. Nuestra valoración es positiva. Y es importante, en muchos lugares donde hay comida y entretenemiento a la vez, la carta flojea y al final no merece la pena cenar. Esta temporada los chefs encargados de la comida son los cocineros Josetxo Arrieta y Jordi Grau. Nuestra recomendación: no te pierdas el carpaccio de cigalas con piña y esféricos de foie.
Aquí fue donde Anne Hathaway le cantó a Valentino. Sobre Lío, como de todos los lugares donde van las celebrities, existen muchas leyendas, aunque no todas se pueden confirmar. Una que sí podemos contar sin miedo a equivocarnos es que una noche la actriz Anne Hathaway, que se encontraba entre el público, salió al escenario para dedicarle una canción al diseñador Valentino. Mucha gente aprovechó para pedirle matrimonio a su pareja, así que también puede ser un buen lugar para declararte.
¿Ese no es el de The Wire?: Además de restaurante y espectáculo, se convierte en club a partir de la hora bruja y este año va a tener al frente de los platos al actor Idris Elba, al que recordarás por su papeles en series como The Wire (HBO, TNT) o Luther (Netflix). Así que si la noche que vayas da la casualidad de que no hay ningún famoso en la pista, habrá seguro uno como DJ.
Podrás hacerte esa foto con Pocholo. No sabemos si es casualidad o no, pero el embajador por excelencia de la ‘fiesta de Ibiza’ estuvo allí la noche que visitamos el restaurante. ¿Un poco freak el apunte? Puede, pero fue bastante amable con todo el mundo y, al final, Pocholo es un clásico de la isla.
¿Entonces, qué? ¿Ir o no ir a Lío? Es un buen sitio al que acercarte si te gusta comer bien y quieres vivir una experiencia diferente (para la nuestra, el propio restaurante organizó la logística). Pasan cosas, muchas y todo el rato, pero el espectáculo no impide disfrutar de la comida. El ambiente es bueno, con una enorme diversidad de nacionalidades (hasta 44 han pasado por ahí), y, sobre todo, disfrutarás de una noche celebrity por un precio que, aunque alto, ahorrando un pelín no llega a ser prohibitivo.
“Lío es como una burbuja sin móviles"
Cuatro amigos, un piloto, un restaurador, un realizador de televisión y un juez, se reúnen un fin de semana con un objetivo: acabar con sus vidas en apenas dos días comiendo, bebiendo y teniendo sexo. En 1973 y con este argumento La Grande Bouffe se convirtió en un clásico instantáneo del cine, gracias a su argumento, su irreverencia y su estética.
La película es la inspiración del último espectáculo presentado en Lío, y nace de la imaginación de Joan Gràcia, una de las tres ruedas del grupo cómico El Tricicle, y el responsable de cada año de dar forma al espectáculo del restaurante. “La idea es recuperar el espectáculo de variedades que en España está muy denostado pero en otros sitios como París y Las Vegas sigue siendo muy actual”.
Dar forma a lo que cada noche van a ver los comensales no es una tarea fácil y puede llevar hasta siete meses de trabajo. “En general suelo empezar a pensar en el concepto en Noviembre o Diciembre, si no lo he hecho antes, y comenzamos con los primeros castings de artistas en enero”. A partir de ahí comienza un trabajo en cadena que se acentúa hasta el momento de los ensayos, con jornada de 7 a 8 horas, y que culmina la noche del estreno. “Lío es como una burbuja en el que los clientes solo suelen coger el móvil para hacer alguna foto”.
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